ESTE ES EL SITIO DONDE, SI EL DUENDE AYUDA, SE ME CONSERVARÁN LAS COSAS QUE YO VOY VIENDO Y QUE ME GUSTAN. CREO QUE ASÍ SE AHORRA SITIO EN CASA Y SABES SIEMPRE DÓNDE HAY QUE IR A BUSCAR.
domingo, 12 de noviembre de 2017
ANTE EL FANATISMO,SIEMPRE NOS QUEDARÁN "LAS NEURONAS ESPEJO"
"Esto no quiere decir, como por desgracia es evidente, que los humanos no seamos capaces de los más grandes horrores. Y para ello, curiosamente, tenemos siempre que deshumanizar al otro. Convertirle en un objeto, quizá para que las neuronas espejo no se activen. Con todo, no hay que perder la esperanza en nuestra capacidad de compasión. En nuestra necesidad de ser buenos, por decirlo de la manera más simple".
"Hace pocos meses se publicó en España, en la editorial Kailas, un libro estremecedor cuyo hermoso título he cogido prestado para este artículo: Buena gente en tiempos del mal. La autora, Svetlana Broz, es una médica serbia, nieta del mariscal Tito"
"Es un libro que se lee a lágrima viva. Pero no lloras al leer las horribles torturas o el relato de unos sufrimientos innecesarios e indecibles, sino al encontrarte, una y otra vez, con esa buena gente que, en el peor de los momentos, en la hora más negra de la noche del alma, eligieron ayudar al prójimo, aunque en ese momento ese prójimo fuera oficialmente el enemigo y aunque esa ayuda pudiera suponer su propia muerte, su propio dolor y su tormento. Incluso en el corazón de los infiernos llevamos con nosotros la posibilidad del paraíso."
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HAY AMORES QUE MATAN
AMAR EL DAÑO
"Hay amores que matan, en efecto, pero justamente porque no son amores, sino dislocaciones del alma, desquiciamientos."
"En la vida real me parece que es mejor salir corriendo cada vez que te atraiga alguien dañino."
Rosa Montero 30 JUL 2006
Una de las mayores fuentes de atracción sexual y amorosa entre los humanos es el desequilibrio mental. No es una broma, sino una inquietante realidad a tener muy en cuenta. Lo explica muy bien Cyril Connolly, el célebre crítico literario inglés, en su Obra Selecta publicada por Lumen: "El amor a primera vista -y la primera vista es la consumación suprema para los románticos- es una intuición, engendrada por el hábito, de la persona que puede hacernos daño". Cyril Connolly era un neurótico importante, y de ahí que conociera tan bien esa terrible tendencia amorosa que consiste en emparejarse con la persona más inconveniente. Muchos hombres y muchas mujeres se sienten instantánea y extrañamente atraídos por individuos psíquicamente inestables y además dañinos. No se trata, naturalmente, de una elección consciente, sino de un error tan repetitivo que termina siendo una costumbre.
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"Hay amores que matan, en efecto, pero justamente porque no son amores, sino dislocaciones del alma, desquiciamientos."
"En la vida real me parece que es mejor salir corriendo cada vez que te atraiga alguien dañino."
Rosa Montero 30 JUL 2006
Una de las mayores fuentes de atracción sexual y amorosa entre los humanos es el desequilibrio mental. No es una broma, sino una inquietante realidad a tener muy en cuenta. Lo explica muy bien Cyril Connolly, el célebre crítico literario inglés, en su Obra Selecta publicada por Lumen: "El amor a primera vista -y la primera vista es la consumación suprema para los románticos- es una intuición, engendrada por el hábito, de la persona que puede hacernos daño". Cyril Connolly era un neurótico importante, y de ahí que conociera tan bien esa terrible tendencia amorosa que consiste en emparejarse con la persona más inconveniente. Muchos hombres y muchas mujeres se sienten instantánea y extrañamente atraídos por individuos psíquicamente inestables y además dañinos. No se trata, naturalmente, de una elección consciente, sino de un error tan repetitivo que termina siendo una costumbre.
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EL EGO, ASESINO DE LA RAZÓN
"(...)La palabra economía proviene del griego -"los asuntos de casa"?-. El PIB de
nuestra isla de primates no ha hecho sino crecer, pero al final ellos se
extinguieron porque el PIB se medía en número de dátiles e ignoraba la salud de
la palmera."
Érase una vez una pequeña isla en medio del océano habitada por alimañas y aves curiosas. Al cabo de millones de años, unos primates se adueñaron del lugar. Seres muy inteligentes que descubrieron la ciencia, con aplicación práctica en una herramienta a la que bautizaron como tecnología.
La isla tenía una sola palmera con los frutos necesarios que los primates necesitaban. Pero consideraron que el número de dátiles era insuficiente y pensaron cómo podría solucionar la tecnología aquel asunto. Un primate llegó a proponer arrancar la palmera del suelo para controlar, a través del agua que sus raíces absorbían, el número de dátiles semanales. La economía de los primates crecería al ritmo adecuado.

En su fulgurante carrera por adueñarse del mundo, el hombre está olvidando sus orígenes. La tecnología no es más que una reproducción, a pequeña escala, de las leyes naturales. Nuestros hitos han sido tan formidables que nos creemos capaces de todo. No importa si hay menos agua, si el planeta se calienta, si la deforestación será irreversible. Porque la tecnología, cuando llegue el momento, encontrará una solución.
Como cantó Luis Eduardo Aute, la ciencia es una estrategia, es una forma de atar la verdad. Pero no es la verdad en sí misma. Los científicos reconocen que cualquier teoría es válida solamente en el contexto de lo conocido. Y que toda teoría científica será reemplazada por otra que, a su vez, también caducará. La ciencia jamás alcanzará la verdad.
Hoy veneramos los productos de la razón. Y la razón, el cerebro, como observó Schopenhauer, es una forma de expresión de la voluntad del mundo, quizá la más avanzada, pero expresión al fin y al cabo. La razón no es más que un síntoma de la vida. Pero el ego es el cáncer de la razón. Tiene su foco en la exaltación de la misma a través de la tecnología. Nuestro pecado es olvidar que todo empieza y acaba en las leyes de la naturaleza. Por ejemplo, la economía se concentra hoy en la productividad, la inflación? La palabra economía proviene del griego ?"los asuntos de casa"?. El PIB de nuestra isla de primates no ha hecho sino crecer, pero al final ellos se extinguieron porque el PIB se medía en número de dátiles e ignoraba la salud de la palmera.
En algún punto de nuestra historia hemos perdido la perspectiva global. Los árboles talados no nos dejan ver el bosque, como dice el adagio. El ego es una enfermedad lenta. Como el cáncer, que te ha destruido cuando es demasiado tarde. Quizá fue en el utilitarismo cuando se perdió la conciencia. La economía persigue, entre otras cosas, la utilidad. Y útil no es lo que sirve durante cierto tiempo, sino lo que sirve y perdura. ¿Qué estamos haciendo, pues, con nuestra fuente de riqueza?
Últimamente se habla mucho de sostenibilidad. El término es ya de por sí un error. La naturaleza y sus reglas son sostenibles en sí mismas. Lo que las hace insostenibles es la falta de visión sistémica de los primates que vivimos en esta isla que, en realidad, no nos necesita. No, no nos necesita para nada.
Pero estamos a tiempo. Sólo una cosa puede impedir que rectifiquemos: la fe ciega en nuestra tecnología. O lo que es lo mismo: el ego de la razón.
Fernando Trías de Bes es profesor de Esade, conferenciante y escritor.DRIVE
LA ATRACCIÓN DE LO PROHIBIDO
"Está riquísimo.
Lástima que no sea pecado". ¿Por qué no existe mayor atracción que lo
prohibido?
¿Cómo eliminar entre
nuestros hijos la atracción por lo prohibido sin inducirles a peligros? La
solución es hablar de cualquier asunto con naturalidad. Tengo un amigo a quien
su hijo le dijo con 15 años que no pasaba nada por tomar drogas. Mi amigo, en
lugar de discutir, le condujo a un centro de rehabilitación de drogadictos. Su
hijo habló con algunos internos a solas y el padre no tuvo que argumentar nada.
Su hijo abandonó las drogas que estaba empezando a consumir. Hoy es ingeniero
de puertos y caminos.
Una niña entre los trece
y los dieciséis. Uno de los criterios del casting: edad difícil de determinar.
El televidente debe sentirse atraído por su físico, pero a la vez culpable por
anhelar –utilizando el neologismo de Nabokov en Lolita– una
"nínfula", una menor de edad en pleno cambio hormonal. La niña va a
hacer algo probablemente relacionado con el sexo. Y nos convierte en voyeurs de
primera. Nuestro gozo en un pozo. Es una simple tableta de chocolate. Muerde
una tableta. Eslogan: placer adulto.
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viernes, 10 de noviembre de 2017
LA ESPAÑA QUE DESEO
“Yo quiero una España que reconozca los errores históricos y que se empeñe
en acomodarse a los nuevos tiempos, a las necesidades políticas, económicas y
afectivas de sus ciudadanos de las periferias”.
19 octubre 2017
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No soy nacionalista. Ni vasca ni española.
Igual no lo soy precisamente porque soy vasca, porque llegué a la conciencia
política en un contexto en el que la nación, tanto vasca como española,
significaba para mí una especie de pozo negro donde fermentaban el odio, la
polarización y la violencia. Me crié en un ambiente en el que España era los
GAL, la guardia civil de los controles de tráfico, los “maderos” que nos
sacaban a tortas de los bares. España era la monja bigotuda de mi colegio que
se negaba a llamarme Edurne porque era un nombre vasco. España era el imperio
que celebraba el quinto centenario del “descubrimiento” de América sin
reconocer el genocidio indígena. España era lo peor. No nos
acordábamos ni de Lorca ni de Miguel Hernández, ni de Durruti ni de Federica
Montseny. En nuestro imaginario —o en el mío, solo debería hablar
por mí— los españoles admirables lo eran a pesar de sus orígenes. O lo eran
porque se rebelaron contra la España carpetovetónica, la que va de los Reyes
Católicos hasta el Caudillo y sus herederos. Euskal Herria, la otra nación,
tampoco me resultaba mucho más atractiva: era la Arcadia por la que algunos
estaban dispuestos a matar. Con eso bastaba.
Ahora soy consciente de las
limitaciones de mi visión polarizada, tanto de la nación española
como de la vasca. Aun así, sigo creyendo que esa España carpetovetónica existe.
Es la España inmovilista, la monológica, la que mira entre el desprecio y el
odio cualquier demostración de diferencia, la que está dispuesta a sacar los
tanques en defensa de una constitución fallida y defectuosa. Es la España que
se aferra a una legalidad que parece escrita no por seres humanos, con las
limitaciones propias y de su contexto histórico, sino por un dios omnisciente
que ha marcado su ley en unas tablas sagradas invariables, eternas,
irrevocables. Es la España que cuando se habla de la dispersión de presos dice
“que se jodan”, la que piensa que si a un detenido le torturan, “algo habrá
hecho”.
Es la que no reconoce el feminicidio ni ampara
como debiera a las mujeres y niños víctimas del abuso, la que cuestiona la
ley de matrimonio homosexual. Es la que condena con la cárcel a gente que
cuelga un chiste en Twitter pero se calla, cómplice, cuando un torero enarbola
la bandera con el aguilucho franquista o cuando un cura dice desde el púlpito
que con Franco se vivía mejor. Es la que defiende que desenterrar a los muertos
de las cunetas y devolverlos a sus familiares en duelo eterno significa reabrir
la herida de la Guerra Civil. Es la que cierra sus puertas a los refugiados, la
que dice que se queden en sus casas si no se quieren morir ahogados en el mar.
Esa España existe, no es minoritaria, vota en las elecciones, elige a sus
representantes. A esa España yo no la quiero.
Pero sé que hay otra España, una con la que se podría construir la que yo
deseo. No soy politóloga ni abogada ni juez. No sé qué mecanismos se pueden
crear para mejorar la Constitución ni cómo habría que cambiar las leyes para
poder desarmar a esa otra España ruin. Para sentirme ciudadana en este país,
para aceptar a España como una nación con la que me siento identificada, que
reconoce mis derechos y mi diferencia, tendrían que cambiar mucho las cosas.
Yo quiero una España en
la que hablar en lengua propia, ya sea el catalán, el gallego, el euskera, el
bable o cualquiera de los idiomas o dialectos que pueblan nuestro Estado, no
sea objeto de linchamiento colectivo, como vimos a cuenta de las comunicaciones
de los Mossos durante el atentado de Barcelona. Una España que reconozca los
errores históricos y que se empeñe en acomodarse a los nuevos tiempos, a las
necesidades políticas, económicas y afectivas de sus ciudadanos de las
periferias. Una España que penalice el feminicidio pero no la libertad de
expresión, solidaria con los más desfavorecidos de dentro y de fuera. Me
llamarán ingenua, adanista, pero me da igual. A mí me han preguntado qué
España quiero, no qué España creo que sea posible. El deseo a veces
es incompatible con la realidad, pero sin deseo tampoco hay futuro.
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MEMORIA HISTÓRICA
PEP GUARDIOLA
·
«El periodista deportivo de la televisión dice, en prime time, que
Josep Guardiola debería limitarse a hablar de fútbol, “que es de lo que sabe”»
·
«A muchos no le gusta que Guardiola opine sobre lo que sucede en Cataluña
por una razón muy sencilla: no les gusta, o no les viene bien su opinión»
·
«Guardiola, como Piqué, son una bendición para los que somos aficionados al
fútbol. Y a la política. Y a la libertad de opinión. Y al cruce de ideas»
Pep Guardiola, entrenador del Manchester City, da indicaciones a sus
jugadores durante el encuentro contra el Arsenal, el pasado domingo 5 de
noviembre. / Nigel Roddis (Efe/EPA)
El periodista deportivo de la televisión dice, desde
el corazón del duopolio audiovisual y en prime time, que Josep
Guardiola debería limitarse a hablar de fútbol, “que es de lo que sabe”. El
periodista deportivo de la radio, en este caso desde una gran cadena y también
en horario de máxima audiencia, asegura estar cansado de escuchar cómo el
entrenador del Manchester United mezcla la política y el deporte. “Sus
opiniones sobre el proceso independentista en Cataluña se las debería guardar
para él”, asegura.
La gente debería hablar de lo que sabe, claro que sí.
El fontanero, de tuberías. La taxista, del tráfico. El ejecutivo de banca, del
Dow Jones. La florista, de las petunias. Y el entrenador de fútbol, del 4-4-2.
La gente debería hablar solo y exclusivamente de aquello que domina… excepto si
es periodista. En este caso tiene barra libre, y puede hablar de cuanto le
venga en gana. Incluso sin tener ni idea de lo que habla. Si no me cree,
escuche a los tertulianos.
A muchos periodistas no le gusta que Guardiola dé su
opinión sobre lo que está sucediendo en Cataluña por una razón muy
sencilla: no les gusta, o no les viene bien, la opinión de
Guardiola. Está a favor de la independencia. Si estuviera en contra, si
fuese de su misma opinión, si estuviese en la misma línea ideológica que el
medio en que trabajan, estarían encantados con que el ex entrenador del
Barcelona hablase por los codos y mezclase deporte y política. Sería uno de los
suyos.
Pero no es así. Lamentablemente, Guardiola
tiene una opinión propia sobre las cosas de la vida. Ya sabe, esas cosas
que, como la política, afectan al resto de las cosas: todo es política. Y en
las ruedas de prensa los periodistas extranjeros, serán provocadores, le
preguntan sobre aquello que está sucediendo en su tierra. Y Guardiola, en un
alarde de irresponsabilidad, da su opinión. Una opinión que no coincide,
maldita sea, con la de aquellos periodistas que le quieren callado. O como
mucho, diciendo aquello de “fútbol es fútbol, partido a cara de perro, hemos
ganado porque hemos metido un gol más…”.
Guardiola, como Piqué, son una bendición para
los que somos aficionados al fútbol. Y a la política. Y a la
libertad de opinión. Y al cruce de ideas. Y al debate inteligente. Todos
aquellos que despreciamos el pensamiento único. Pero es entrenador de fútbol y
no periodista-tertuliano, razón por la cual debería de permanecer callado.
Evidentemente.
miércoles, 1 de noviembre de 2017
TIEMPO DE BANDERAS
El Gobierno debe volver a la propuesta concertada en el Estatuto anulado y
el Govern a la legalidad constitucional vigente. Cuando haya acuerdo, ambos
entenderán que hubieran ganado más con una negociación hace diez años que con
el enfrentamiento
El tiempo se acelera desordenadamente, estamos perdiendo el compás, el ritmo y la política de las emociones y de la improvisación se está apropiando del juego. Nos sentimos más vulnerables y claro, cuando nos ofrecen una bandera la tomamos con más facilidad y nos hacemos nacionalistas, españolistas, catalanistas, madridistas o barcelonistas… Banderas e insignias que representan una de nuestras dos mitades o identidades, la que nos mantiene unidos a la tierra, a la familia, a unos amigos, a la lengua y a una nación, frente a la otra mitad que reclama el “yo soy” y garantiza nuestra personalidad, nuestras diferencias, la mejor autodefensa frente al gen fanático que llevamos dentro.
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DOPARSE O NO DOPARSE ESA ES LA CUESTIÓN
El gran colocón de la guerra
Lukasz Kamienski pasa
revista en un libro pionero al uso de las drogas en combate a lo largo de la
historia, desde los hoplitas griegos hasta las fuerzas especiales de EE UU.
No hay guerra sobria. Que en la guerra siempre se han usado drogas es
sabido, Lo que no lo es tanto es la escala. De hecho, la mayoría de los
guerreros de la historia han entrado en combate colocados de algo. Desde los
hoplitas griegos (opio y vino) a los actuales pilotos de cazabombarderos
estadounidenses (“pastillas go”: anfetaminas),
pasando por los guerreros vikingos (hongos alucinógenos), los zulúes (extractos
de diversas plantas “mágicas”) o los kamikazes japoneses (tokkou-jo,“pastillas de asalto”: metanfetamina), los
combatientes de todas las épocas y clases han echado mano de alguna sustancia
psicoactiva para enardecerse, mejorar el rendimiento, y vencer el miedo y ser
capaces de luchar contra el enemigo con armas mortíferas, un trauma, matar y
eventualmente morir, que significa un verdadero desafío a la naturaleza humana.
domingo, 29 de octubre de 2017
"FURGOL" NO ES "FURGOL", "FURGOL" ES TELEVISIÓN
Siempre, en España, se llamó a ese juego
que se juega con un balón y con los pies, balompiè o fútbol, pero llegó un
señor que pusieron como presidente de la Federación , llamado Villar, y siempre
que le hacían entrevistas lo llamaba “furgol”
Figurantes en los campos de
fútbol
El Celta inaugura las sanciones de la
Liga por ubicar incorrectamente al público en las gradas
Partido entre el Celta y el Alavés en el estadio de Balaídos.
La televisión manda. El fútbol ha dejado de ser un deporte pensado para
esos aficionados incondicionales que compran religiosamente su entrada y acuden
cada jornada al campo incluso en las condiciones meteorológicas más adversas
para jalear a su equipo. Los hinchas se han convertido en meros figurantes que
ocupan las gradas de los estadios a mayor gloria de las retransmisiones
televisivas. Salirse del foco cuesta caro. Lo acaba de comprobar el Celta de
Vigo, incomprensiblemente sancionado por no haber ubicado a los espectadores de
Balaídos frente a las cámaras de televisión.
La Liga implantó la temporada pasada un catálogo de normas de obligado
cumplimiento con las que aspira a “elevar los estándares de la producción
televisiva”, “potenciar la marca” y lograr que “cuando alguien vea un partido
de la Liga, sepa inmediatamente que es nuestro producto, con su identidad
propia y una calidad máxima”. Estas normas afectan a las imágenes del juego, la
iluminación de los estadios, la afluencia de público en las gradas, la
indumentaria de los trabajadores del estadio, el color de las redes o la
calidad del césped. El Reglamento para la Retransmisión Televisiva, un
documento de casi 100 folios, fija una serie de sanciones a los clubes que lo
incumplan. El Celta ha tenido el dudoso honor de inaugurar este delirante marcador por saltarse uno de los aspectos que más polémica han desatado: la ubicación del público.
La Liga defiende que la ocupación del estadio, para una óptima
retransmisión, deberá apreciarse lleno. Y recomienda “encarecidamente” situar a
los abonados y al público en general entre “córner y córner de la grada opuesta
a la posición de la cámara principal”. Si la ocupación de esa grada es inferior
al 75%, el club será sancionado (se anotará dos puntos negativos), aunque en
menor medida que si no llega al 50% (cuatro puntos). Eso sí, si llueve o nieva,
se perdonará que los hinchas no vayan al campo. Un consuelo para los seguidores
del Numancia, que soportan en Los Pajaritos temperaturas
bajo cero.
Para evitar que las gradas aparezcan desangeladas se contempla incluso la
posibilidad de desplegar lonas. Aunque los clubes también podrían hacer como
los italianos, que utilizaron olivos de cartón piedra para engañar a los
inspectores que realizaban fotografías aéreas de los campos de cultivo y así
aumentar fraudulentamente las subvenciones de Bruselas. En caso de urgencia,
podrían colocar un croma con enfervorecidos hooligans.
Por exigencias de la función, podría llegar un momento en el que el
respetable sea seleccionado y aleccionado al estilo de los figurantes de los
programas de televisión, que aplauden o abuchean a las órdenes del regidor. La
televisión vive del espectáculo, pero intentar trasladar el artificio a la vida
real suena, como poco, a despropósito. A no ser que se pretenda equiparar el
fútbol a Sálvame, un talk show de
tercera división.
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sábado, 28 de octubre de 2017
CUIDADO CON LA CARNE
Antibióticos: una desidia que
pagaremos cara
España es el segundo país de la UE, después de Chipre, que más contribuye a
las resistencias bacterianas por el abuso de fármacos profilácticos en las
granjas
Desinfección
de una granja de cerdos en la localidad de Hsichiou (Taiwan). AFP
Cada vez que compramos carne hemos de saber que la forma en que se ha
criado el animal del que procede puede llegar a ser la causa de nuestra muerte
algún día. Y no porque la carne tenga un efecto tóxico de efecto retardado,
sino porque por cada kilo de carne que se produce en España se emplean 402
miligramos de antibióticos. El abuso de los antibióticos como profiláctico para
evitar infecciones en la cría de animales es una de las principales causas de
las resistencias bacterianas por las que algunas afecciones comunes como la
neumonía o la infección de orina, ya no respondan a los tratamientos
disponibles.
Numerosos informes han alertado de las graves consecuencias del aumento de
las resistencias bacterianas. Se estima que cada año mueren ya ahora en Europa
25.000 personas —2.500 en España— por bacterias y otros microorganismos
resistentes a los antibióticos. De seguir en esta progresión, algunos expertos
vaticinan que las infecciones bacterianas pueden volver a ser un azote para la
humanidad como lo eran antes del descubrimiento de la penicilina, es decir, una
causa frecuente de muerte a cualquier edad. Perder el tesoro que representa el
arsenal de antibióticos con los que curar infecciones sería el peor de los
desastres. Y lo peor es que eso puede ocurrir no porque sea inevitable, sino
como consecuencia de una lamentable desidia que abarca a toda la cadena
productiva, desde las autoridades que tienen la misión de vigilar la correcta
prescripción de los fármacos, a los veterinarios que los prescriben y los ganaderos
que los administran.
España es el segundo país de la UE, después de Chipre, en el que más
antibióticos se usan en la crianza de animales, según un informe emitido por la
Agencia Europea del Medicamento. Usamos cuatro veces más antibióticos que Alemania
y seis veces más que Francia, por citar dos países con importantes cabañas
ganaderas. Las consecuencias de esta imprudencia no las pagan solo quienes
comenten la infracción. Las pagamos todos. Aunque se observa una mayor
incidencia de resistencias bacterianas en los países con mayor consumo de
antibióticos, a la larga el problema se extenderá, pues las bacterias no se
paran en las fronteras. Por esa razón, algunos países como Bélgica han
amenazado con denunciar a España por el incumplimiento de los patrones de
prescripción, tanto en animales como en humanos.
El uso de antibióticos en ganadería descendió en el resto de Europa un 13%
entre 2011 y 2015. En España ni siquiera hay datos de ese periodo. En 2014 se
aprobó un plan estratégico para reducir el consumo de uno de los antibióticos
más utilizados en la cría de cerdos, la colistina. Es un antibiótico de último
recurso para los humanos que se utiliza para prevenir infecciones en las
granjas debido al hacinamiento de los animales. El plan está basado en la
voluntariedad y, aunque se han adherido formalmente el 70% de las empresas
cárnicas, el consumo apenas ha descendido un 3% en el último año. Puesto que la
persuasión no funciona, habrá que recurrir a lo que recomienda la OMS: la
prohibición como profiláctico.
miércoles, 4 de octubre de 2017
SER ESPAÑOL
Laura Moreno de Lara
No cariño, tú no eres español. Ser español no es llevar la bandera, ni gritar como un berraco frases de odio que espero que no sientas. Tampoco lo es ponerse una pulserita en la muñeca, ni cantar el cara al sol. El concepto de ser español es algo totalmente distinto, o al menos lo debería ser, porque a estas alturas de la historia yo ya no sé qué decirte.
Como española que soy, te voy a contar lo que para mí es ser español:
Ser español es arder cuando arde Doñana o temblar cuando tembló Lorca; es sentarte a escuchar historias de meigas en Galicia y llegar a creértelas; es ir a Valencia y no sentir rabia por leer un cartel en valenciano, sino que te agrade poder llegar a entenderlo y es presumir de que las Canarias nada tienen que envidiarle al Caribe.
Sentirse español es sufrir por no haber podido vivir la movida madrileña, enamorarte del mar al oír Mediterráneo de Serrat, es pedirle borracha a tu amiga catalana que te enseñe a bailar sardanas, querer ir a Albacete para comprobar si su feria es mejor que la de Málaga y sorprenderte al ver lo bonita que es Ceuta.
Para mí ser español es presumir de que en Andalucía tenemos playa, nieve y desierto; sentir casi mérito mío que un alicantino esté tan cerca de un Nobel, pedirle a un asturiano que me enseñe a escanciar la sidra y morirme de amor viendo las playas del País Vasco en Juego de Tronos.
También es española la cervecita de las 13.00, el orujo gallego, la siesta, el calimotxo, la paella, la tarta de Santiago, las croquetas de tu abuela y la tortilla de patatas. Lo son las ganas de mostrarle lo mejor de tu ciudad al que viene de fuera y que tú le preguntes por la suya; es hacerte amiga de un vasco y pedirle que te enseñe los números en euskera, por si pronto vuelves a por 2 ó 3 pintxos; es enorgullecerte de ser el país ejemplo a nivel mundial en trasplantes, de formar parte de la tierra de las mil culturas y de ser los del buen humor.
No hay nada más español que se te pongan los vellos de punta con una saeta o con una copla bien cantá, atardecer en las playas de Cádiz, descubrir casi sin querer calas paradisiacas en Mallorca, hacer el camino de Santiago en septiembre maldiciendo el frío o que Salamanca y Segovia te enseñen que no hay que ser grande para ser preciosa.
Ser español es arder cuando arde Doñana o temblar cuando tembló Lorca; es sentarte a escuchar historias de meigas en Galicia y llegar a creértelas; es ir a Valencia y no sentir rabia por leer un cartel en valenciano, sino que te agrade poder llegar a entenderlo y es presumir de que las Canarias nada tienen que envidiarle al Caribe.
Sentirse español es sufrir por no haber podido vivir la movida madrileña, enamorarte del mar al oír Mediterráneo de Serrat, es pedirle borracha a tu amiga catalana que te enseñe a bailar sardanas, querer ir a Albacete para comprobar si su feria es mejor que la de Málaga y sorprenderte al ver lo bonita que es Ceuta.
Para mí ser español es presumir de que en Andalucía tenemos playa, nieve y desierto; sentir casi mérito mío que un alicantino esté tan cerca de un Nobel, pedirle a un asturiano que me enseñe a escanciar la sidra y morirme de amor viendo las playas del País Vasco en Juego de Tronos.
También es española la cervecita de las 13.00, el orujo gallego, la siesta, el calimotxo, la paella, la tarta de Santiago, las croquetas de tu abuela y la tortilla de patatas. Lo son las ganas de mostrarle lo mejor de tu ciudad al que viene de fuera y que tú le preguntes por la suya; es hacerte amiga de un vasco y pedirle que te enseñe los números en euskera, por si pronto vuelves a por 2 ó 3 pintxos; es enorgullecerte de ser el país ejemplo a nivel mundial en trasplantes, de formar parte de la tierra de las mil culturas y de ser los del buen humor.
No hay nada más español que se te pongan los vellos de punta con una saeta o con una copla bien cantá, atardecer en las playas de Cádiz, descubrir casi sin querer calas paradisiacas en Mallorca, hacer el camino de Santiago en septiembre maldiciendo el frío o que Salamanca y Segovia te enseñen que no hay que ser grande para ser preciosa.
Así que, acho, picha, miarma, perla, tronco, tete, mi niño… eso es ser español, lo otro es política. Pero si de política quieres impregnar este concepto, también te vuelvo a decir que te equivocas: porque ser español no es desear que le partan la cara a nadie, es sufrir la situación de paro de tu vecino o el desahucio que has visto en la tele; ser español no es oprimir el SÍ o el NO de toda una comunidad autónoma, es indignarte cuando nos llaman gilipollas con cada nuevo caso de corrupción; ser un buen español es querer que en tu país no haya pobreza, ni incultura, ni enfermos atendidos en pasillos del hospital y, joder, querer quedarte aquí para trabajar y aportar todo lo que, durante tanto tiempo, precisamente aquí has aprendido.
Eso es ser español, o al menos, eso espero.
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Más cosas que se pueden leer en el sitio de ISABEL MORENO
stos últimos esté todavía por ahí metido en el Govern. OK. LO SABEMOS. "A LA HOGUERA" CON ELLOS.
Dicho lo cual, amigo español con cerebro, te pido que valores y entiendas que, en el 99% de los casos (aquí tb tenemos nuestra cuota de gilipollas, como en todos laos), los catalanes que queremos la independencia, NO LE TENEMOS NINGÚN ODIO A ESPAÑA, Y MUCHO MENOS A SUS GENTES DE BIEN (que serán la mayoría, seguramente). Simplemente sucede que, con la independencia -y entendiendo que ello conllevaría también, probablemente, algunas cosas negativas-, aspiramos a pertenecer a un país en el cual:
-No gobierne un partido de origen franquista.
-No se subvencione a la fundación F. Franco con el dinero de todos.
-No ostente el poder un partido (presuntamente) plagado de corruptos. *En una Catalunya independiente mandaría ERC, un partido con 86 años de historia y ni un solo caso de corrupción. Ni uno.
-No nos mande un señor llamado Rey, que lo es simplemente por haber nacido del co*o de una señora llamada Reina, y así sucesivamente.
-No gobierne un person que ya no es que no sepa idiomas, sino que se hace la picha un lío con el castellano.
-No esté permitida la tauromaquia.
-No exista un impuesto al Sol para beneficiar a las eléctricas.
-No se rescate a los bancos diciéndonos que no nos costará ni un solo euro, y luego nos cueste 40.000 millones de euros.
-No se precarice el empleo a base de reformas laborales indecentes y abusivas.
-No se nos meta en guerras estúpidas y luego se nos mienta sobre la autoría de atentados terroristas derivados de ellas.
-No se le meta el miedo en el cuerpo a la gente mayor diciendo que una Catalunya independiente no podría pagar las pensiones, cuando tú te has pulido TODA la caja de la seguridad social destinada a las mismas.
-No se despilfarre el dinero en trenes y aeropuertos fantasmas por un puñado de votos,
-No se gaste el dinero de todos los españoles en mandar Policía Nacional y Guardia Civil a Cataluña con órdenes de pegar palos y cargar indiscriminadamente como si de una guerra se tratase,lo cual solo había el pueblo con una papeleta en mano....y en cambio no haya dinero para luchar contra la violencia de género o para ayudar a las personas dependientes...
Por todos estos motivos y muchos más, amigo español con cerebro, entiende por favor que muchos, AUN DESEÁNDOLE LO MEJOR A ESPAÑA, nos planteemos la posibilidad de irnos y empezar de cero. GRACIAS.
Copia y pega si estás de acuerdo....
Dicho lo cual, amigo español con cerebro, te pido que valores y entiendas que, en el 99% de los casos (aquí tb tenemos nuestra cuota de gilipollas, como en todos laos), los catalanes que queremos la independencia, NO LE TENEMOS NINGÚN ODIO A ESPAÑA, Y MUCHO MENOS A SUS GENTES DE BIEN (que serán la mayoría, seguramente). Simplemente sucede que, con la independencia -y entendiendo que ello conllevaría también, probablemente, algunas cosas negativas-, aspiramos a pertenecer a un país en el cual:
-No gobierne un partido de origen franquista.
-No se subvencione a la fundación F. Franco con el dinero de todos.
-No ostente el poder un partido (presuntamente) plagado de corruptos. *En una Catalunya independiente mandaría ERC, un partido con 86 años de historia y ni un solo caso de corrupción. Ni uno.
-No nos mande un señor llamado Rey, que lo es simplemente por haber nacido del co*o de una señora llamada Reina, y así sucesivamente.
-No gobierne un person que ya no es que no sepa idiomas, sino que se hace la picha un lío con el castellano.
-No esté permitida la tauromaquia.
-No exista un impuesto al Sol para beneficiar a las eléctricas.
-No se rescate a los bancos diciéndonos que no nos costará ni un solo euro, y luego nos cueste 40.000 millones de euros.
-No se precarice el empleo a base de reformas laborales indecentes y abusivas.
-No se nos meta en guerras estúpidas y luego se nos mienta sobre la autoría de atentados terroristas derivados de ellas.
-No se le meta el miedo en el cuerpo a la gente mayor diciendo que una Catalunya independiente no podría pagar las pensiones, cuando tú te has pulido TODA la caja de la seguridad social destinada a las mismas.
-No se despilfarre el dinero en trenes y aeropuertos fantasmas por un puñado de votos,
-No se gaste el dinero de todos los españoles en mandar Policía Nacional y Guardia Civil a Cataluña con órdenes de pegar palos y cargar indiscriminadamente como si de una guerra se tratase,lo cual solo había el pueblo con una papeleta en mano....y en cambio no haya dinero para luchar contra la violencia de género o para ayudar a las personas dependientes...
Por todos estos motivos y muchos más, amigo español con cerebro, entiende por favor que muchos, AUN DESEÁNDOLE LO MEJOR A ESPAÑA, nos planteemos la posibilidad de irnos y empezar de cero. GRACIAS.
Copia y pega si estás de acuerdo....
QUÉ POCO HEMOS CAMBIADO
El día que volvimos a entender lo que somos
Por
-
2 octubre, 2017
2815
Ha sucedido. Ha llegado la
primavera catalana a Hispanistán, y con ella han florecido los extensos prados
de resentidos, envidiosos, catetos y fascistas (valga la pluriredundancia).
Esos mismos prados que parecían yermos pero que sabíamos vivos porque daban
explicación a los muchos millones de votos de la derecha y parte de la
pseudoizquierda de este país.
Tenía que ocurrir tarde o
temprano. Solo esperaban a que les diera el sol para ponerse otra vez de cara a
él y poder soltar toda su bilis. Y así, cara al sol, las redes se han visto
saturadas de estupideces mayúsculas y perversiones mentales como no se había
visto nunca, que ya es decir. Parece que se ha conjurado todo el arco de la
idiocia patria. Ese que va de los guturales “a por ellos, oe” hasta la “España
una” o “yo soy español”. Aunque de todos ellos los que en realidad producen
mayor vergüenza ajena son los que además quieren justificar sus desvaríos,
porque al intentarlo hacen evidentes sus problemas a la hora de simultanear la
contención de esfínteres con la expresión oral o escrita, y no es agradable.
Estos son los que han oído campanas y, en lugar de soltarte directamente una
hostia, antes te sueltan lo del respeto a la ley, la inconstitucionalidad, el
egoísmo, el embauco de la burguesía, el internacionalismo excluyente, los
‘pujoles’, las nuevas fronteras, y cualquier otra simpleza que dentro de sus
estrechos límites dé sentido crítico a sus perniciosas pulsiones
religioso-nacionales.
Las dos Españas de siempre.
Nada ha cambiado. Bueno, o quizá sí, porque ahora también tenemos nuevos
especímenes: paletos con titulación académica y comunistas de la
indivisibilidad de la patria (antes izquierda centralista). Todo un logro de
esta España de la tercera restauración. Por lo demás, seguimos siendo el mismo
pueblo servil, rastrero y ponzoñoso que adora sus ‘caenas’, y que no perdona
que otros siquiera intenten librarse de ellas.
Nada ha cambiado, no. Y nada va
a cambiar, porque en España solo hay política de partidos, y no política desde
la sociedad. Y política de partidos, pero además con una particularidad: de
partidos dinásticos, porque es algo que ya dejó muy bien atado el dictador. Democracia
a la franquista: solo si no se sale del guión.
Seguro que en este momento
alguien estará pensando que ahora está Podemos, y que Podemos no es de esos. Y
bueno, en parte sería verdad y en parte no. Porque Podemos pudo ser algo
importante. El caso es que no creyó en esa otra España sensata, que también
existe y en la que también estaban muchos catalanes, y ahora es esa otra España
la que ya no cree en ellos. Es lo que tiene, por buena intención que destiles,
no ir de cara y vivir intentando calcular lo ajeno sin calcular tu propia
arrogancia.
Por si faltaba algo, ahora con
el tema de Cataluña también se han confundido. Ninguno de sus potenciales
votantes no dogmáticos puede sentirse cómodo cuando escucha hablar de
patriotismo a alguien que sabemos que como nosotros también escuchaba el “Cara
al Culo”. O cuando dice eso de: “Yo no quiero que Cataluña se vaya”, porque es
el momento en el que te preguntas… ¿y se puede saber específicamente por qué te
importa tanto eso de las territorialidades pasionales? O cuando personas que
apoyaban (cuando no financiaban) actos de desobediencia te vienen ahora con eso
otro del “referéndum con garantías”.
En fin, esto es por
simplificar, porque un poco más en serio, sé que comparto con Iglesias,
Monedero, Errejón y compañía más de una lectura, influencias, e incluso algunos
amigos, y sé que a nivel patriótico-sentimental e intelectual les importa una
mierda si Cataluña, Andalucía o La Rioja deciden ser un estado propio. Pero,
por no ser malpensado, voy a decir que creo que llegaron a la conclusión
de que sin integrar a parte del sistema entre sus filas y filias nunca podrían
acceder al poder, o que lo harían de forma efímera; lo cual no es ni mejor ni
peor, pero creo sinceramente que se equivocaron, como en tantas otras cosas. En
cualquier caso lo mismo da, porque ya es tarde. Y de todas formas todavía son
lo mejor que nos podía pasar, a pesar de que ciertas declaraciones, como las
últimas del presunto revolucionario Monedero equidistante entre represores y
reprimidos, me produzcan urticaria.
Así que sí, que si teníamos
alguna duda, ahora ya ha quedado claro que no hemos cambiado nada. Que se
volvería a llenar la Plaza de Oriente. Que los grises solo han cambiado de
color. Que las reuniones ‘legales’ ya no son de cuatro sino de veinte, y que en
lugar de purgas te meten un multazo, que casi duele más. Y que, como con ‘la
Pirenaica’, hoy también tiene que ser la prensa extranjera, o algun digital de
tercera como este, desde donde nos informen con alguna objetividad de lo que ocurre
en el régimen de Rajoy (y de Sánchez, Rivera, Atresmedia, Mediaset, la AN, el
Constitucional, el TS, Ricardo Blázquez, y un largo etc.).
De esta forma, y de cualquier
otra, mucha suerte con vuestra república, catalanes. Y huid. A pesar de todas
las dificultades huid como alma que lleva el diablo de este decepcionante país,
y ni se os ocurra mirar atrás.
VISTO EN INICIATIVA DEBATE
VISTO EN INICIATIVA DEBATE
martes, 5 de septiembre de 2017
"SI SIGUES CUMPLIENDO AÑOS ACABARÁS POR MORIRTE"
Huérfanos de Groucho
Julius Henry Marx juró
“vivir para siempre o morir en el intento”. Cuarenta años después de su muerte,
nadie ha podido llenar el vacío dejado por su humor destructivo y su corrosión
del lenguaje convencional desde la lógica más rigurosa
Para el subconsciente de muchos de sus seguidores, la muerte de Groucho fue
una frustración. Tenía vocación de inmortalidad, como queda de manifiesto en
una de sus frases para la posteridad en la que supuestamente pensaba vivir
cómodamente instalado: “Tengo la intención de vivir para siempre o morir en el
intento”. Una afirmación de tal calibre resume la lógica implacable y dislocada
de su Weltanschauung, feliz y agresivamente inmadura. No
es muy diferente de esta felicitación de su puño y letra: “Si sigues cumpliendo
años acabarás por morirte. Besos, Groucho”. Incluso mencionó en Groucho y yo que alguien por la calle le había
implorado encarecidamente “No se muera usted nunca”, como si Rufus
T. Firefly conociera la pócima de la eternidad. Con su querencia burlesca
hacia la inmortalidad, Groucho invertía brutalmente esa condolencia trillada,
propia de tarjeta postal o de galletita china de la suerte, que proclama
hipócritamente: “¡Vivirá siempre en nuestro recuerdo!”. La tontuna no convenció
a Unamuno y tampoco a Groucho. Bien sabían los dos que no existen los controles
de memoria y que, en todo caso, se pueden falsificar. Por ejemplo, con el timo
de los aniversarios.
Etiquetas:
cultura,
HUMOR,
libertad de pensamiento,
pensadores
viernes, 11 de agosto de 2017
GENTE VALIENTE, COHERENTE E INTELIGENTE
Artículo que se pudo ver hace algún tiempo en el país (3 de junio de 2012) y que no deja de tener actualidad, los problemas que surgen en la conversación están todavía en el mismo estado y lugar en el que estaban por aquellos años, no sé que habrá sido de la persona que es entrevistada, su blog se eliminó ya.
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miércoles, 9 de agosto de 2017
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
Cuando la musa es un emoji
El mundo del arte lleva tiempo reflexionando sobre la semántica de los emoticonos. Hollywood hace ahora su particular interpretación en una película que se estrena el viernes
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