miércoles, 26 de octubre de 2016

martes, 25 de octubre de 2016

TOME USTED NOTA... DIGITAL

Cambiarse el anillo, hacerse un apunte en la mano… los avances también hacen evolucionar los métodos para recordar cosas
Algunas aplicaciones permiten llevar un orden en las tareas y evitar contratiempos
El tan socorrido Post-it amarillo se ha quedado como recuerdo de otra época; de cuando se estaba en un sitio y se trabajaba con una máquina. Ahora se trabaja desde cualquier parte y con diversos aparatos. Más actividad, más diversa, más aceleración en menos tiempo. Si uno no se acuerda de todo, basta escribirlo o vocearlo en el móvil para que quede en la nube y poder consultarlo desde cualquier sitio. Aunque el sistema no es perfecto, se acerca al ideal.


CAMA Y POLÍTICA


viernes, 21 de octubre de 2016

POR QUÉ DEJÉ DE SER ANTITAURINO

Más solo ante el peligro que nunca. El autor nos explica por qué de joven participó en el Kolectivo Asturiano/Anarquista de Liberación Animal, el KOALA, y ahora es ferviente defensor de la ‘fiesta nazional’. Dejó de ser antitaurino y cree que ya es hora de defender las tradiciones de sangre y arena, que los jóvenes animalistas se pongan a ‘emprender’, que está muy de moda, y se dejen de tanta mamandurria, y que la izquierda ‘flower power’ pare ya de bloquear la grandeza de este país.


 Iliustración: Liliana Peligro.
A finales de los años 90 yo estoy a la salida de la Plaza de Toros de Oviedo con un grupúsculo de radicales, encapuchados, veganos, hardcoretas y pelicoloridos. Portamos una pancarta que reza “fiesta nazional = tortura”. Nuestro líder, un veterano catedrático de Psicología que murió poco después y al que en las reuniones tabernarias se le quedaban las migas de los bollos en la barba (era, pues, un buen hombre), va disfrazado de toro portando orgulloso un cartel que dice “atrévete a torearme”. Somos tan pocos y tan peligrosos que la Policía Nacional tiene que defendernos a nosotros de las señoras que salen empitonadas y los señores sedientos de sangre. Un día la cuadrilla de un torero trata de secuestrar en su furgoneta a nuestra camarada Marta. Otro día un viejo antifranquista nos viene a agredir ofendido porque siente que le llamamos nazi (y es que se lo hemos llamado). Otro día sacan a hombros a Fran Rivera, yo le digo asesino y él me hace un corte de manga. Éramos el Kolectivo Asturiano/Anarquista de Liberación Animal. El KOALA.

No sé si nosotros tuvimos algo que ver (es evidente que no), pero la Plaza de Toros de Oviedo está hoy abandonada y donde antes corría la sangre hoy crecen malas hierbas. Yo ya paso de los 35 años y, por supuesto, dejé de ser antitaurino. A mi modo de ver actual, aquello solo eran locuras de juventud, pájaros que me metieron en la cabeza y que ya han volado, tonterías utópicas. Hace unas semanas fui a la manifestación antitaurina que finalizó en la madrileña Puerta del Sol y se me cayó el alma a los pies al ver a una juventud tan fresca, lozana y provechosa, tirando a la basura la tarde dominical para protestar por la tauromaquia. Eran muchos, y aún no saben que en la vida tenemos el tiempo contado. ¿Por qué no estaban emprendiendo? ¿Por qué no están levantando este país, que tanta falta hace? ¿Por qué no se van a duchar? A esos les daba yo un pico y una pala.

Ahora les contaré por qué dejé de ser antitaurino y me hice ferviente defensor de nuestra Fiesta Nacional. Todo tuvo mucho que ver con la cultura, porque yo soy hombre culto, y con aquella vez que un amigo me dijo: “Tú es que no sabes ver el verdadero simbolismo del toreo. Fíjate: el torero sale vestido de mujer, con sus mallas, su chaquetita corta, sus joyas de traje de luces y hasta su coleta. El toro es el hombre que aparece furioso con la verga enhiesta. Así la mujer baila con el hombre (le torea) hasta que ella misma es hombre. El estoque es otra vez la verga poderosa que atraviesa al toro, convertido ahora en hembra. Hermoso, ¿verdad?”.

Tan hermoso y poderoso me pareció aquel cuento, tan potente la metáfora, que me di cuenta de que torturar animales por puro regocijo no era nada malo. De que la Tortura Animal era un Derecho Humano. Joder, este simbolismo me hizo darme cuenta de que valía la pena la sangrienta carnicería de los ruedos, incluso la Guerra de Vietnam era deseable si era capaz de generar tan desopilantes relatos. ¡Que me toreen a mí en pos de la poesía!

La cultura, digo, lo cura todo. Yo antes era uno de esos inmaduros miembros de la izquierda flower power que huyen de la realidad de la muerte. Ahora la muerte, como gran destino cósmico, me flipa en todas sus dimensiones. Deberían torear también a los perros, a los gatos, a los hipsters. Las tardes de corrida lejana bajo al grasa-bar con el mondadientes hundido en los labios y pido un chato de vino. Ahí veo los toros con mis compadres, y muy culturalmente, comentamos la corrida a través de citas de Deleuze y Foucault (en ese grasa-bar somos muy de Foucault). Luego cojo a Paco y a Perico y nos vamos a ver unas performances. De esas en las que la artista se echa por encima un cubo de sangre.

Y es que los toros son la verdadera cultura que nos debería representar por el mundo, no esa cultura mojigata de teatrillo y poema incomprensible, de jóvenes que no quieren trabajar y quieren vivir de la teta del Estado. La ubre pública que se ocupe del toreo, que cada vez nos quitan más subvenciones y los chavales pierden sus sueños de sangre y arena. Y si en el extranjero nos dicen que somos brutales, que maduren. España tiene que liderar un regreso a la barbarie.

Yo era también un mojigato. Fíjense: me daban pena los toros, me daba cosilla ver su sufrimiento, el torrente de sangre que les caía de la boca, la pica del picador rompiendo en lo más hondo, la punta de las banderillas fabricando carne picada debajo de la negra piel del lomo. Ahora, que soy un esteta, la sola visión de una verónica o una manoletina me hace orgasmar hasta que no veo otra cosa más. Al fin y al cabo el toro de lidia (¿quién será esa Lidia?) vive de puta madre en la dehesa, que es lo equivalente para un toro a vivir en Ritz y tener Netflix y comer todos los días en Can Roca. Y estoy seguro de que el toro se da perfectamente cuenta de eso, que si es listo para coger al torero también lo tiene que ser para eso. Yo firmaría por una vida así, a ver si alguien me la ofrece.

También pensaba yo eso de que el progreso se consigue eliminando las tradiciones funestas y emprendiendo nuevas tradiciones más acordes con los tiempos, como hizo el proceso de la Ilustración, que barrió el toreo de toda Europa y solo lo dejó en España y el sur de Francia. Pero ahora pienso que las tradiciones hay que mantenerlas. ¿Acaso no es tradicional el gazpacho, la siesta, el sol y sombra? ¿Acaso no es tradicional la corrupción? ¿Acaso no es María Teresa Campos una tradición? Yo es que he flipado mucho con su docurreality. Dejen las tradiciones donde están, que es lo que nos hace ser lo que somos, por horrendo que sea eso.

Con lo del toreo, y con todos los puestos de trabajo que peligran, no puedo evitar acordarme de todas las familias de músicos que se fueron a la calle cuando llegó el gramófono, de los empleados de Kodak despedidos cuando se acabó la fotografía analógica, de los fabricantes de teléfonos fijos. ¿Qué fue de los verdugos que en España oficiaban las exitosas ejecuciones públicas? No se puede permitir que pase lo mismo. No se puede permitir que el mundo avance, que no están los toreros ni los apoderados, los pobres, para montar start-ups tecnológicas.

Solo en una cosa estoy de acuerdo con los antitaurinos. Y es que el toro no puede ser el emblema de España, porque es un animal derrotado, al que matan cada domingo en la plaza seis veces. Y así nos va. Necesitamos un emblema poderoso, inmortal, eterno, que represente bien la idiosincrasia española y a toda la diversidad nacional. Que sea María Teresa Campos.


Como digo, cuando era antitaurino, sentía pena por el toro. Ahora ya no. Lo que pasa es que me cuesta sentir ya cualquier otra cosa.

domingo, 16 de octubre de 2016

ES NECESARIO RELEER A HUXLEY Y A ORWELL

2011: A Brave New Dystopia

Chris Hedges* | truthdig | 27/12/2010

Las dos grandes visiones sobre distopías futuras han sido “1984”, de George Orwell, y “Un mundo feliz”, de Aldous Huxley. El debate existente entre quienes observaban nuestro deslizamiento hacia el totalitarismo de las corporaciones giraba en torno a quién de los dos escritores tenía razón. ¿Viviríamos dominados, como escribió Orwell, por una vigilancia represiva y un estado de seguridad que utilizaría formas de control brutales y violentas? ¿O, como Huxley imaginó, nos sentiríamos fascinados por el entretenimiento y el espectáculo, cautivos de la tecnología y seducidos por un derroche consumista que envolvería nuestra propia opresión? Pues ha resultado que ambos, Orwell y Huxley, tenían razón. Huxley fue capaz de imaginar la primera fase de nuestra esclavitud. Orwell la segunda.

Como Huxley predijo, el estado de las corporaciones nos ha ido despojando gradualmente, seduciéndonos y manipulándonos con gratificaciones sensuales, artículos baratos producidos en masa, crédito sin límites, teatro político y diversión. Mientras nos iban entreteniendo y envolviendo, fueron desmantelando todo el conjunto de regulaciones que en otro tiempo mantuvieron a raya al depredador estado corporativo, volviendo a reescribir las leyes que nos protegían hasta abocarnos a la pobreza. En estos momentos, el crédito se ha secado ya, los puestos de trabajo medianamente decentes para la clase trabajadora han desaparecido para siempre y los artículos producidos en masa resultan ahora inasequibles, por todo lo cual nos vemos transportados desde “Un mundo feliz” a “1984”. El estado, asfixiado por déficits masivos, guerras sin fin y fechorías corporativas, se desliza hacia la bancarrota. Ha llegado la hora de que el Gran Hermano se apodere del sensorama, de la orgía-porfía y de la bomba centrífuga de Huxley. Estamos pasando de una sociedad donde se nos manipula hábilmente con mentiras e ilusiones a otra donde estamos clara y totalmente controlados.
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sábado, 15 de octubre de 2016

LA CONQUISTA DE AMÉRICA "SIN COMPLEJOS"

ENTREVISTA CON ANTONIO ESPINO

"Ejecuciones, mutilaciones, violaciones", así fue la Conquista de América
          El conquistador Hernando de Soto torturando a los jefes nativos de Florida
El catedrático presenta en su libro una revisión crítica de la colonización española analizando las armas, las batallas, y las sangrientas prácticas cometidas
12.10.2013 – 06:00 H. - ACTUALIZADO: 12.10.2015 - 18:12H.
Masacres, asesinatos, amputaciones de manos y pies, heridas curadas con aceite hirviendo, violaciones… semejantes crímenes parecen sacados de una mente perturbada. Sin embargo esto era el día a día en las batallas que tuvieron lugar durante la conquista de América. Un periodo de nuestra historia que tiende a mitificarse obviando sus pasajes más oscuros. El catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en Historia Militar, Antonio Espino López, según cuenta a El Confidencialpropone una mirada sin prejuicios de la colonización hispana en su libro La conquista de América: Una revisión crítica (RBA Ediciones). En su obra, Espino se sirve de los testimonios dejados en las numerosas crónicas de Indias  para describir con precisión las armas, tácticas, batallas y sangrientas prácticas que 'héroes' como Hernán Cortés llevaron a cabo.
¿Cuándo surge su interés por revisitar la conquista de América?
Desde siempre me he preocupado especialmente por cuestiones relacionadas con la historia de la guerra. Poco a poco fue surgiendo el interés por explicar mejor a mis alumnos las estrategias y tácticas militares empleadas en la conquista de América y ello me llevó a releer un número importante de Crónicas de Indias. Allí descubrí numerosos testimonios de las técnicas utilizadas para someter a las poblaciones aborígenes, todas ellas basadas en el terror, la crueldad y la violencia extrema. Una realidad muchas veces obviada por otros historiadores.
¿Por qué se tiene mitificada la conquista de América por parte de, sobre todo, la ficción?
Por un puro y simple desconocimiento histórico. Aquellos que se dedican a ello pueden conocer algunos datos, pueden tener algunas nociones, pero carecen habitualmente de una  perspectiva historiográfica del asunto. Y, 
en buena medida, los culpables somos los historiadores, claro.

Por una cuestión de patriotismo mal entendido siempre se ha negado cualquier exceso cometido en América

¿En qué son culpables los historiadores?
Una amplia mayoría, hasta hace muy pocos años, apenas se había atrevido a mostrarse crítica con el imperialismo hispano en las Indias, en América. Hay que tener en cuenta que, durante mucho tiempo, se había considerado que mostrarse crítico con las hazañas hispanas era sinónimo de ser un mal español, me atrevería a decir; de hacerle el juego a todos aquellos que habían fomentado la famosa “leyenda negra”. Me da la sensación que, por una cuestión de patriotismo mal entendido, siempre se ha negado cualquier exceso cometido en América o se ha querido justificar como una típica “acción de guerra” que, además, en el caso que nos ocupa duró muy poco tiempo.
¿Cree que existe miedo a reconocer la crueldad que usted describe en su libro?
En realidad todo el mundo es más o menos consciente de que tenemos una factura pendiente con los descendientes de las poblaciones aborígenes. Pero no sólo los españoles, sino todas las potencias europeas imperialistas en las épocas moderna y contemporánea. No hay que tener miedo a la hora de reconocer que cualquier imperialismo es expansionista y agresivo por definición, y prácticamente todos ellos usaron de la crueldad. Lo mejor es tenerlo claro, estudiarlo y aceptarlo para encarar cualquier crítica que se pueda hacer. No somos ninguna excepción. No somos ni mejores ni peores que los demás. Hay que entender este tipo de realidades, conocerlas y procurar erradicarlas en nuestro presente y en el futuro.
Nuestros conquistadores muchas veces son mostrados como héroes
Una vez más, esa imagen es fruto del desconocimiento o la falta de reflexión. Es fruto de la idea tan generalizada de que los aborígenes ganaron mucho con la presencia hispana en sus tierras. Por lo tanto, si a la larga resultaron beneficiados, las “molestias” causadas eran asumibles y, en el fondo, poco importantes. Por otro lado, los conquistadores siempre se presentaron a sí mismos como héroes, sus ejemplos eran los antiguos hacedores de imperios: Alejandro Magno, Julio César… Los intelectuales de la época jugaron un papel importante transformando sobre todo a Hernán Cortés, y en menor medida a Francisco Pizarro, en nuevos héroes a la altura de los mencionados. Esa imagen fascinó y convenció a lo largo de los años, sobre todo en un país en el que no hubo grandes “héroes” a partir del siglo XVII.
Theodor de Bry, grabado de la serie América
¿Existe algún conquistador que destacara por su compasión?
Yo diría que nos encontramos en general con personas que utilizan la crueldad sólo cuando era necesario, el problema es que lo fue muy a menudo teniendo en cuenta las características de la conquista hispana de las Indias: contingentes hispanos muy reducidos, necesidad de imponerse sobre grandes poblaciones aborígenes, necesidad de demostrar firmeza ante los amerindios aliados…
¿Considera que fueron excesivas las medidas que se tomaron?
Las medidas que se tomaron fueron muy duras. La conquista de América fue un proceso terrible, muy alejado de la imagen idílica que habitualmente se tiene. No fue en absoluto un conflicto de baja intensidad. Fue una guerra muy dura bajo el paraguas jurídico-religioso del derecho hispano a su presencia en aquellas tierras con el único interés por la civilización y la evangelización de sus habitantes, cuando más bien lo que se escondía era un deseo brutal por obtener riquezas. Como se ha afirmado, la codicia fue el verdadero motor de la conquista. Leyendo numerosos testimonios de la
época es evidente que fue así.
Todo el mundo es más o menos consciente de que tenemos una factura pendiente con los descendientes de las poblaciones aborígenes.
¿Cree que la conquista del territorio podía haberse llevado a cabo de una manera menos sangrienta?
Sinceramente, creo que no. Creo haber demostrado en mi libro que existió toda una tradición bélica a la hora de enfrentarse a un enemigo diferente, distinto, al europeo. En sus razzias en el norte de África, en la guerra de Granada, en la conquista de Canarias y en los primeros años de presencia hispana en las Antillas (y Panamá), los españoles fueron perfeccionandounas formas de enfrentarse a dichas poblaciones que culminarían en las conquistas de México y Perú. Se trataba de usar el terror para imponerse de manera contundente a un enemigo difícil que podía, en un momento dado, complicar mucho las cosas.
¿Culturalmente cree que la colonización fue positiva?
Claramente, de la atomización cultural aborigen imperante antes de 1492 se pasó a una cierta uniformidad cultural, pero una y otra vez se nos quiere dar a entender que sólo por la adquisición de un idioma europeo el beneficio obtenido puede justificar cualquier exceso cometido, y hay quien duda de que se cometieran excesos. En el caso de América, el etnocidio cultural cometido durante y después de la etapa colonial hispana es evidente.
Respecto a ese tema Carmen Iglesias, miembro de la RAE, declaraba hace poco que “A veces, la leyenda negra predomina, pero les dejamos una herramienta de unidad como es el español”. ¿Qué opina de ese punto de vista?
Es la típica reacción de aquel que, conociendo los muchos excesos cometidos, tiene que buscar una justificación adecuada. Y el idioma, por lo que vemos, es esa justificación. Sería algo así como la herencia amable recibida.
Theodor de Bry, grabado de la serie América
¿Cuántas tribus indígenas pudieron perderse o esclavizarse?
No soy especialista en etnología y, por lo tanto, no puedo ofrecer respuestas concretas. Lo que está claro es que numerosos grupos humanos sufrieron mucho con las guerras de conquista: hubo no sólomatanzas, sino también desplazamientos humanos importantes y ello tuvo consecuencias. Dicha circunstancias alteraban los equilibrios de poder en diversas regiones y todo ello tenía sus repercusiones en forma de nuevos conflictos. También es conocida la táctica hispana de usar los conflictos interétnicos en su provecho: se obtenían indios aliados y se les incitaba a la lucha contra sus enemigos aborígenes. Es de sobra conocido como poblaciones enteras en las islas Bahamas, La Española (Haití y República Dominicana actuales), en la costa de la actual Venezuela, en Panamá, en Ecuador y Colombia actuales, etc., resultaron muy mermadas.
Por otro lado, si bien la Monarquía procuró evitar en la medida de sus posibilidades la esclavitud del indio, lo cierto es que casi todas las poblaciones aborígenes sufrieron un trato equivalente al de la esclavitud
En el libro se citan muchas fuentes, basadas en testimonios, pero muchas de ellas se contradicen en las cifras, ¿qué es más normal en los documentos históricos la exageración o el esconder los hechos reales?

Siempre hay exageraciones a la hora de presentar, por ejemplo, los efectivos del enemigo, porque de esa manera justificamos y magnificamos no sólo la victoria conseguida, sino también las medidas terribles que se hubiesen podido tomar. Por otro lado, he detectado algunos casos en los que hubo una clara voluntad más que por esconder, por reducir a la baja las consecuencias de determinadas conductas basadas en la crueldad, en el terror. El problema es que numerosos historiadores de las últimas décadas, tanto españoles como extranjeros, han exhibido una cierta voluntad por “maquillar” mediante el lenguaje utilizado algunos pasajes de la conquista bastante conflictivos. No me atrevería a hablar de autocensura, pero estaríamos en el límite de la misma. Por otro lado, creo haber detectado entre algunos hispanistas un verdadero esfuerzo por justificar la conquista hispana de América de la mejor forma posible, dado que eran muy conscientes de los excesos cometidos por la denominada “leyenda negra”, un conjunto de opiniones que, en general, se caracterizan por ser muy burdas intelectualmente hablando.

miércoles, 12 de octubre de 2016

LA INDEPENDENCIA JUDICIAL DE MISTER RAJOY Y COMPAÑÍA

EL CONSEJO DE EUROPA LEE LA CARTILLA A RAJOY POR SU INACCIÓN RESPECTO A LA INDEPENDENCIA DE LA JUSTICIA

Reprochan a España que no haya puesto en marcha sus recomendaciones sobre la elección de jueces o para prevenir la corrupción 

S.C. Mar, 11 Oct 2016 


 El Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO), dependiente del Consejo de Europa, ha hecho público un duro documento en el que critica de forma contundente a España por no atender sus recomendaciones para fortalecer la independencia judicial. El texto advierte de que la falta de interés del Gobierno por modificar el sistema de elección de miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para mejorar la actual situación “tanto en apariencia como en la realidad”.

 Sombras y alguna luz 


El GRECO también insiste en que para luchar contra la corrupción las autoridades políticas no deberían intervenir en “ninguna de las etapas” del proceso de designación de los magistrados y que en el caso de la elección de los miembros del CGPJ no es así. El grupo recuerda asimismo que ya se han producido advertencias anteriores en ese sentido y que España no ha actuado. Sí valora los pasos dados para que la Fiscalía General del Estado tenga mayor autonomía. 

 El documento insiste en que existe un muy bajo nivel de cumplimiento de sus recomendaciones por parte de España y pide que se implementen antes del 31 de julio de 2017. También alerta de que la respuesta en materia anticorrupción es “globalmente insatisfactoria”. En cualquier caso el informe también valora en ese campo que se haya trabajado para reforzar los controles del Tribunal de Cuentas o reformas penales para endurecer la persecución del enriquecimiento ilícito y agilizar las investigaciones
 Jueces para la Democracia pide más medios económicos 

Ignacio González, portavoz de Jueces para la Democracia, apuntó a ELPLURAL.COM que el informe es una evaluación sobre el grado de cumplimiento de las recomendaciones que hicieron en 2014 y que parte de la premisa de que el CGPJ deber tener un sistema mixto de elección, en la línea de las directrices de otros organismos europeos. "Nos decantamos por el sistema de elección corporativa", recordó sobre la postura de JpD. En cuanto a la lucha contra la corrupción, González insistió en la necesidad de más medios económicos "no sólo para el trabajo de los jueces sino también para el de la policía judicial, para caminar hacia una mayor formación y especialización" así como "una batería de medidas integrales para combatir de forma global esta lacra"

jueves, 6 de octubre de 2016

¿POR QUÉ ESTÁ PASANDO LO QUE ESTÁ PASANDO EN ESPAÑA?

Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra


Creo que el periodo que estamos viviendo en España puede definirse como histórico, en el que existe una crisis profunda del régimen que se inició en el proceso de Transición del Estado español (pasando de una dictadura a una democracia), un proceso dominado por las fuerzas conservadoras que controlaban los aparatos del Estado, las cuales configuraron el Estado democrático en términos muy favorables a sus intereses, causando como consecuencia un Estado escasamente democrático y con un gran subdesarrollo de su Estado del Bienestar. Hoy el sistema electoral es muy poco representativo (algo bien denunciado en el famoso eslogan “no nos representan” del movimiento de los indignados, eslogan con el cual la mayoría de españoles está de acuerdo), y la dimensión social del Estado está poco desarrollada, siendo uno de los países de la Unión Europea de los Quince (UE-15) (el grupo de países de la UE de semejante nivel de desarrollo económico al español) con uno de los gastos públicos sociales (que incluyen los servicios públicos tales como sanidad, educación, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, servicios sociales, vivienda social, programas de prevención de la pobreza y de la exclusión social, programas de integración de inmigrantes y transferencias públicas, como pensiones, ayudas a las familias, ayudas a los trabajadores en paro, entre otros) per cápita (en el caso de la prestación por desempleo, por trabajador) más bajos de esta comunidad (ver mi libro Bienestar insuficiente. Democracia incompleta. De lo que no se habla en nuestro país.Anagrama, 2002).

El establecimiento del régimen iniciado en la Transición...

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