viernes, 30 de septiembre de 2016

ES LA CASTA IMBECIL


El golpe de mano de una facción del PSOE para hacerse con el control del partido es el síntoma más inequívoco de lo que puede llegar a pasar en este país para impedir que lleguen al poder los que no deben. Es la demostración de que la oligarquía, los que de verdad mandan, utilizarán todos sus resortes para que la izquierda de verdad no llegue al poder. Los que les dan miedo o, simplemente, dan muestras de ir a alterar su status quo no gobernarán. Cueste lo que cueste.
Ese es el pecado de Sánchez. Eso ha desatado la furia cainita. Por eso ha salido Felipe González de sus consejos de administración. Todo se ha precipitado cuando ha sido evidente que Pedro, ese Pedrito al que ante todo creen imbécil, tenía un plan B. Un plan que consistía en no dar el poder a la derecha e intentar el gobierno que desalojara a Rajoy. Ese que debería haberse hecho efectivo tras las primeras elecciones. Entonces no le dejaron formalmente explorar esta posibilidad. Ahora habían visto que todo se estaba cociendo para intentar muñir una opción que, tic-tac, llegara en el momento justo en el que sólo quedara eso o nuevas elecciones. No han querido arriesgar más y han decidido hacer saltar la banca. Alguien ha dado la voz de alarma: ¡desactiven eso ya! Así que los que podían hacerlo se han dispuesto a cortar el cable aprovechando las luchas de poder y personales que, además de todo, también enfrentan a los miembros de un partido centenario.
Los argumentos formales esgrimidos por los levantiscos no resisten un mínimo análisis. Los malos resultados electorales en Euskadi y Galicia -que no han sido buenos pero tampoco peores de lo esperado- son sólo una escalera para tomar el castillo. Es evidente que algunos de los sublevados vienen de varias debacles electorales propias. El análisis de los datos por años de los socialistas indica un declive que se remonta a Zapatero y, desde luego, demuestra que la sangría de votos por la izquierda ha sido constante. Pretender que Susana Díaz y su nacionalismo español y olé va a mejorar los datos de la formación en Euskadi, Catalunya, Galicia o, incluso, Madrid, es querer venderse una mula que no anda. No, no será el discurso populista y centralista el que recupere el espacio político para el PSOE. Siguen muy encegados porque, en realidad, sí son los rebeldes los que están pensando en términos de conservar espacios de poder y han perdido el contacto con la realidad de este país.
El segundo argumento, el de que Sánchez lleva a la destrucción al PSOE, es también de traca. Pretender que es él, con su postura contraria a colaborar para que gobierne la derecha, el que desangra al proyecto socialista es insostenible. Pensar que facilitando un gobierno de Rajoy el PSOE va a volver a ser el que era es no conocer al votante de izquierdas. Ese votante que es el que han perdido.
Indignarse por lo que está sucediendo no tiene que ver con ser de unos o de otros. Les confieso que Pedro me cae bien, Pablo también y que me divierto mucho con Carmona. Todos han sido compañeros de bancada. No, yo me indigno con lo que veo porque sólo leo un mensaje en todo lo que está sucediendo: no hay esperanza de que gobierne la izquierda en este país. Sólo la hay de que lo haga una izquierda domesticada y dócil a Bruselas que los poderes oligárquicos y fácticos admitan. Lo siento pero eso es lo que yo interpreto en cada nota discordante que oigo resonar en la sintonía de este país que es tan mío como de la casta. A fin de cuentas la casta no tiene país porque el dinero no tiene patria.
Por eso está pasando también que la derecha se muestra tan animada con los del alzamiento y lo mismo le sucede a los poderes mediáticos, incluso a los de la camiseta progresista, que son sobre todo poderes económicos. Por eso a las izquierdas varias y fratricidas, incluso a los que hasta ahora le han denostado, Sánchez les parece un mártir de una esperanza que se diluye como un azucarillo.
El tema de fondo es la democracia de la que disfrutamos. No sólo nosotros sino occidente en general. Pensemos si no estamos metidos en una comedia de la que no vemos la tramoya y en la que nuestra aparente libertad de elección es sólo una mascarada. Ese es el gran debate de toda Europa ahora. La verdadera secesión es la de los ricos. Nos han abandonado porque el dinero ha roto con la sociedad y con el país. Ha roto incluso con la democracia. Y lo estamos comprobando.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

LA AMNISTÍA FISCAL...EN EL ANTIGUO EGIPTO

Más de tres milenios antes de Cristo existía un régimen tributario que financiaba la costosa corte de los faraones y otorgaba privilegios fiscales a los sacerdotes.


“En el mundo no hay nada seguro, salvo la muerte y los impuestos”. Lo dijo Benjamin Franklin hace más de dos siglos, pero lo sabían ya los antiguos egipcios, que fueron precisamente los que inventaron el primer sistema fiscal sofisticado de la humanidad. Más de tres milenios antes de Cristo existía un régimen tributario que financiaba la costosa corte de los faraones. La economía se basaba en las vastas tierras fértiles que propiciaba el río Nilo con sus desbordamientos anuales. Los campesinos pagaban más o menos un 20% de impuestos sobre su cosecha, que se basaba en un cálculo de Hacienda, no en el resultado real. Para eso, los funcionarios de los faraones se servían de unas estructuras similares a pozos, los llamados “nilómetros”, que permitían medir el nivel de agua del río y presagiar si iba a ser un año bueno o malo para la cosecha. También existían ya impuestos indirectos sobre el aceite, productos manufacturados o la cerveza.
Los encargados de recaudar los tributos eran los escribas. Durante mucho tiempo acompañaban al propio faraón en sus viajes río arriba y abajo, aprovechando sus estancias para cobrar a los contribuyentes. Para evitar la corrupción, a los escribas se les pagaba muy bien y existían mecanismos de control de las actividades recaudatorias. Estos inspectores de Hacienda eran temidos porque, en muchas ocasiones, propiciaban palizas a los campesinos y demás ciudadanos que se negaban o no podían pagar sus impuestos. Mucha gente acababa en la cárcel por incumplimiento fiscal.  En otras épocas, el Gobierno optaba por la benevolencia y permitía que a los agricultores pobres se les condonara dos tercios de la deuda. Los faraones eran conscientes de que la tributación tenía un potencial peligroso y podía alimentar revueltas populares.
La mala gestión y las reformas de Akenatón –el marido de Nefertiti– en el siglo XIV a.C. provocaron una rebelión que sacudió al país, especialmente por su empeño en introducir el monoteísmo. En consecuencia, el faraón se vio obligado a conceder la inmunidad fiscal a los sacerdotes. Los poderosos templos, que controlaban un tercio de las tierras, ya no tenían que pagar más impuestos. Es más, empezaron a servir como refugio para los que huían de los escribas, que tenían vetado el acceso, un derecho llamado “asilo”.
En siglos posteriores, Egipto pasó a ser gobernado por fuerzas extranjeras: persas, nubios, asirios o griegos, que acabaron con la exención fiscal de los sacerdotes, aunque no con el asilo para los refugiados de Hacienda. Hizo falta otra gran revuelta para que los templos recuperaran sus privilegios. Dos siglos antes de Cristo, se produjo una auténtica guerra civil motivada en buena parte por los altos impuestos para financiar las diversas guerras con las otras potencias de la región. “La acumulación de impuestos no pagados debió llegar al máximo. La confiscación masiva de propiedades privadas destruyó el país, se despoblaron aldeas, se dejaron de trabajar muchas tierras y varios diques a lo largo del Nilo necesitaban ser reparados para evitar inundaciones”, explica Charles Adams en For Good and Evil: The impact of taxes on the Course of Civilization (Para bien y para mal: el efecto de los impuestos en el desarrollo de la civilización).
En el año 197 a. C., el faraón Ptolomeo V puso fin a los disturbios con un decreto que ha llegado hasta nuestros días por su inscripción en la famosa piedra de Rosetta. Los sacerdotes recuperaron su inmunidad fiscal. A los demás ciudadanos se les condonó su deuda con Hacienda y se liberó a todos los presos por delitos fiscales. “La liberación de los rebeldes fiscales muestra que las cárceles estaban llenas, y que el país necesitaba urgentemente mano de obra”, escribe Adams. Aquella amnistía fiscal, una de las primeras que se conocen, “señala que Egipto estaba lleno de fugitivos que habían abandonado sus hogares para escapar al castigo por no pagar impuestos”, añade.
VISTO EN LA MAREA

domingo, 18 de septiembre de 2016

SOCIALISMO PARA RICOS, CAPITALISMO PARA POBRES




ANÍBAL MONASTERIO ASTOBIZA 
REBELIÓN

Las elites son tratadas de una forma especial por las políticas de estado. Hubo una época en la que el resto éramos los destinatarios de las políticas públicas de estado.

El adagio que da título a este texto, acuñado por Charles Abrams, describe está notable inversión de las categorías en la teoría y práctica y existe una plétora de ejemplos para el incrédulo. Algunos ejemplos son subsidios y ayudas públicas a empresas y sectores privados, rescates a bancos privados con el dinero de todos los contribuyentes, compra de deuda a empresas privadas por parte de Bancos Centrales, créditos fiscales para salarios bajos financiados por el estado, eliminación de impuestos de patrimonio, exenciones para las empresas, rebajas y deducciones fiscales en impuestos (pero no para las personas físicas), cláusulas de contratos que tipifican lucro cesante por lo que si una empresa privada fracasa en su modelo de negocio el estado cubre gastos... y la lista puede seguir ad libitum.

En cambio, el resto de la ciudadanía (las clases populares y trabajadoras, clase media/trabajadora, pobres o ponga usted el epitome sociológico que más le guste) viven bajo la doctrina férrea de un capitalismo. Algunos ejemplos son individualismo cultural e individualismo expresivo en todas sus formulaciones (búsqueda de estatus social por medio del consumismo y la exploración hedonista) competición por ofertas de trabajo cada vez más precarias y escasas, mercantilización de los derechos y servicios públicos (quien disponga de los recursos para obtenerlos que pague por ellos porque ya no serán ofrecidos por el estado como ejemplo la educación, sanidad...).

Para que el lector se haga una idea, en España el 20% más rico de la población recibe el 25% de las ayuda públicas mientras que el 20% más pobre solo el 10%. José Antonio Noguera, Profesor Titular de Sociología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y director del grupo de investigación GSADI (Grupo de Sociología Analítica y Diseño Institucional), lo expone de una forma más clara y didáctica. El 10% que declara una renta más alta (renta promedio de 71.000 euros al año en el IRPF) recibe una subvención pública de 350 euros mensuales como media mientras que el 10% con menos ingresos (que declara una media de 2.300 euros al año) recibe únicamente 41 euros mensuales (El estado de bienestar oculto en España, 12 de septiembre 2016, Agenda Pública).
Esto es lo que los politólogos, economistas y científicos sociales llaman “bienestar fiscal” por oposición a “bienestar social”. Sí, sí, a los ricos se les ayuda con subvenciones públicas igual que a los pobres, lo que sucede es que tiene la forma de ser socialismo para los ricos, pero capitalismo para los pobres. En otras palabras, exenciones, reducciones y deducciones impositivas que la administración aplica a los contribuyentes de rentas medias y altas que no recibe la trascendencia y eco mediático que debiera, mientras que las rentas más bajas presentadas de forma pícara como perceptores de prestaciones sociales directas que viven de la ayuda pública; basta para alarmar política y socialmente.

Que a las rentas más altas se les perdonen 7.300 millones de euros no preocupa a nadie y que las rentas más bajas se les creen la imagen de parásitos sociales, ocupa las páginas de los periódicos.

Es como si se tratará a los ricos con guantes de seda y a los pobres con mano de hierro. En una verdadera sociedad de economía capitalista las empresas que toman decisiones que entrañan grandes riesgos y se equivocan, entran en bancarrota, se arruinan y desaparecen. Es la competitividad. Pero las rentas altas o las empresas no quieren una verdadera sociedad de economía capitalista. Quieren que “papa estado” este ahí para socorrerles cuando están en peligro, rescatándoles con el dinero de los contribuyentes. De ahí la cínica expresión “demasiado grande para caer”.

Sí, aunque le parezca contraintuitivo y un absurdo á la Lewis Carroll, el sistema actual es un socialismo para los ricos y un capitalismo para los pobres.

sábado, 10 de septiembre de 2016

LA EMPATÍA CON LOS ANIMALES NO ENTIENDE DE IDEOLOGÍAS

LAURA DUARTE (PACMA): 


Lola, una galga rescatada a manos de un cazador, recibe cariñosamente a todo el que cruza el umbral de la sede del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA). Una modesta oficina situada en la céntrica calle Preciados de Madrid que sirve de cuartel general para el partido fundado en 2003 a partir de la unión de diversos colectivos de defensa de los animales, y que desde entonces ha multiplicado su número de votos: de los 10.000 en las municipales de 2007 a los 55.000 en las del pasado mayo; de los 44.000 en las generales de 2008 a los más de 100.000 en las de 2011; de los 41.000 en las europeas de 2009 a los 177.000 en las de 2014.
El último éxito, el diputado conseguido del PAN -su partido hermano en Portugal- en las elecciones lusas del pasado fin de semana, les anima a ser optimistas en una materia que consideran tradicionalmente olvidada por los grandes partidos. Laura Duarte, portavoz y una de las caras más mediáticas del PACMA, insiste en la necesidad de hacer pedagogía social sobre nuestra manera de tratar a los animales.
¿Cómo valoran los resultados en Portugal? 
De manera muy positiva. El PAN ya tenía representación en Madeira, pero no a nivel estatal. Es un gran paso, uno más a nivel europeo, donde cada vez hay más presencia de partidos animalistas: Alemania, Holanda y ahora Portugal. A pesar de la situación de grave crisis económica que vive el país, hay una parte de la sociedad que considera que es el momento de reclamar derechos para los animales y que éstos sean tenidos en cuenta por quienes nos gobiernan. Es muy significativo y esperanzador.
¿Hasta qué punto puede cambiar las cosas un solo diputado?
Es algo muy importante, porque supone estar en el lugar donde se toman las decisiones para poder influir y hacer propuestas que, de otra manera, difícilmente llegarían a un parlamento. Como es lógico, que salgan adelante o no va a depender del apoyo de la Cámara, pero esa pluralidad y ese intercambio de ideas es fundamental.
Incluso es posible que algunos partidos estén de acuerdo en sus propuestas independientemente de su color político…
Así es. Con un partido animalista en el Parlamento pueden salir adelante medidas que a lo mejor nadie se había planteado hasta ahora, porque los animales no son una prioridad en la agenda para ningún partido político, pero que en un momento determinado pueden contar con el apoyo de otros grupos.
¿La sociedad está cada vez más sensibilizada con los animales?
Nuestra percepción es que sí. Vamos poco a poco, pero las cosas en España están cambiando: las noticias sobre casos de maltrato generan una gran indignación, y las redes sociales hacen de altavoz y convierten esas noticias en virales. Está claro que hay países en Europa que nos llevan una gran ventaja. En Alemania, por ejemplo, un porcentaje importantísimo de la población es vegetariana, y eso es significativo: existen incluso informes de cuántos animales han dejado de matarse gracias a ese creciente porcentaje de población que ha dejado de consumir carne. Esa corriente se ha ido extendiendo poco a poco, y también por España. Es algo que se percibe en el ambiente.
Quizás en algunos ambientes. En otros, hablar de derechos de los animales aún suena a broma.
Desde luego. Pero también la gran mayoría de los ciudadanos se reían cuando hace 200 años unos pocos se atrevían a decir que la mujer debía tener derecho a votar, o que ningún ser humano debía ser esclavo independientemente del color de su piel. Llegará un momento, esperemos que dentro de no demasiado tiempo, en que los derechos de los animales sean vistos como algo normal, y la tortura y la explotación sea cosa del pasado, de la misma manera que hoy nadie discute que una mujer tenga derecho a votar.
Mucha gente simpatiza con la causa animalista, pero a la hora de votar considera que es más útil decantarse por un partido con una propuesta programática más amplia. ¿Cómo tratan de seducirles y convencerles de que los animales son una prioridad?
Creemos que el Parlamento debe ser un lugar plural, donde estén representados los intereses y las preocupaciones de la sociedad. Los grandes movimientos sociales han tenido el apoyo de organizaciones y partidos que han empujado para hacer valer los derechos de las minorías. Hoy, la defensa de los animales es algo olvidado por los partidos, por lo que existe una necesidad de contar con esa representación. Pero además, es importante recordar que defender esos derechos no es incompatible con todo lo demás. Los derechos no son finitos: se trata de ampliar el circulo. Porque el sufrimiento de los animales nos está condenando como sociedad.
A priori, cabría pensar que se entienden mejor con la izquierda. Pero sus críticas van en todas direcciones…
Debería ser así, y en un principio así lo pensamos: se supone que aquel que defiende el progreso y los derechos de los más débiles debería también defender a los animales. Pero ha resultado no estar tan claro. Hay partidos, también en la izquierda, que lo consideran algo ridículo. Buena parte de la izquierda nos ha decepcionado. Y la realidad es que tenemos militantes de todo el espectro ideológico, también conservadores. Al fin y al cabo, la empatía no entiende de ideologías: es algo universal.
Sitúese en un escenario postelectoral. ¿Con qué partido se entenderían mejor?
La verdad es que no sabemos. Está claro que tanto el PP como el PSOE no tienen ningún interés en trabajar por la defensa de los animales. Ciudadanos, tampoco. Y Podemos, que en su momento pareció posicionarse, ha ido dando pasos hacia atrás. Respecto a la tauromaquia, por ejemplo, primero hablaron de prohibición, luego de quitar subvenciones públicas, ahora de abrir un debate social…. Así que no lo tenemos claro. Pero supongo que son los más receptivos.
En ese sentido, muchos animalistas que inicialmente simpatizaron por Podemos se han ido desencantando con el partido de Pablo Iglesias. Incluso el círculo animalista se disolvió hace apenas unos días. ¿Irán esos votos a parar al PACMA?
Espero que así sea. La verdad es que no me sorprende esa decepción que han sentido muchos con Podemos. Cuando un partido aspira a gobernar, antes o después trata de contentar a todo el mundo. Aunque Podemos haya lanzado ideas que tienen que ver con la causa animalista, está claro que no es una prioridad para ellos. Porque si consideran que posicionarse de una manera muy clara respecto a algunos temas les puede restar votos, no van a dudar en renunciar a esas propuestas.
También son críticos con Manuela Carmena y su decisión de quitar las subvenciones a la Escuela de Tauromaquia.
Es que 60.00 euros al año es algo anecdótico. Después de retirar esa subvención, Carmena lanzó un mensaje de tranquilidad y respeto al mundo taurino, haciéndoles entender que ella no lo va a poner en riesgo. Es algo que se lleva ahora mucho, eso de decir “a mí no me gusta, pero no voy a hacer nada por cambiarlo”. Con todo el respeto, a mí no me importa si a Manuela Carmena le gustan o no los toros, lo que quiero saber es qué va a hacer ella al respecto como alcaldesa. Y se pueden hacer cosas: sin ir más lejos, la plaza de Vistalegre es de titularidad municipal, y sigue acogiendo festejos taurinos.
Establezcamos un orden de prioridades para el PACMA: ¿por dónde se empieza? ¿La industria cárnica? ¿La experimentación con animales? ¿El uso de pieles? ¿La abolición de la tauromaquia?
Es complicado. Desde luego, si atendiésemos al número de animales explotados, deberíamos estar centrando nuestros esfuerzos en el consumo de carne de manera prioritaria. Pero sinceramente creo que gran parte de la sociedad no está preparada para asimilar y aceptar ese discurso, y la realidad es que existen un gran número de intereses al respecto. Entendemos que hay que concienciar, contar cómo viven los animales y que los ciudadanos conozcan la realidad y puedan opinar de una manera crítica y consciente. Estamos convencidos de que si la gente conociese la manera en que viven los animales que consumen, muchos rechazarían hacerlo. Por eso tratamos de poner el foco en lo oculto. Pero la realidad es que nos centramos mucho en temas que pueden tener un final cercano.
Como la tauromaquia.
Exacto. O la caza, o el uso de animales en circos, o los zoológicos. Creemos que es más fácil luchar contra ese tipo de actividades, porque hay más posicionamiento social en contra. Hay países que han prohibido la caza y los circos, países que han cerrado zoológicos y acuarios. Es algo a lo que se podría llegar aquí pronto y un objetivo a corto plazo. Aunque para ello hace falta voluntad política.
¿Los toros tienen los días contados?
Así lo creo. Desde luego, en el caso de las prácticas especialmente crueles, como el Toro de la Vega o las becerras, es cuestión de tiempo. Puede que este año haya sido el último del Toro de la Vega, dadas las circunstancias. Pero en cualquier caso estamos convencidos de que el negocio taurino, que ya es ruinoso de por sí, se va a ir a pique pronto. Aun así, nuestro objetivo es acabar con él, no dejarlo morir por sí solo.
VISTO EN LA MAREA . COM

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