lunes, 19 de abril de 2021

EMBRIONES QUIMERA HUMANO-MONO

 Un equipo internacional liderado por el español Juan Carlos Izpisúa genera embriones quiméricos humano-mono

viernes, 16 de abril de 2021

LAS HERMANAS VAN GOGH TOMAN LA PALABRA

La correspondencia entre Anna, Elisabeth y Willemien, publicada por primera vez, arroja luz sobre las relaciones familiares del pintor


ISABEL FERRER

La Haya - 28 MAR 2021 - 05:15 CEST











Imágenes en el Museo Van Gogh, en Ámsterdam, de las hermanas del pintor, Anna, Willemien y Elisabeth. / MUSEO VAN GOGH EN ÁMSTERDAM/ ARCHIVO TRALBAUT

La vida y distinta suerte de Anna, Elisabeth y Willemien van Gogh, las tres hermanas de Vincent, el famoso pintor neerlandés, ha pasado casi desapercibida debido a la potencia arrolladora del legado fraterno. Aunque el artista dependió económicamente de su hermano Theo, que siempre dijo que su obra sería reconocida, y así ocurrió a su muerte. Mucho antes de que su firma bastara para valer millones, sus cuadros sirvieron para auxiliar a Willemien, la pequeña de las tres. Los problemas mentales afectaron a varios miembros de la familia, y la venta de parte de los 17 cuadros que ella tenía en casa permitió sufragar su ingreso en 1902 en un centro especializado, donde estuvo 39 años internada. En cierto modo, fue como si Vincent (1853-1890) hubiera conseguido al fin devolver la ayuda que él recibió en vida.

El síndrome de abstinencia del alcohol provocó psicosis a Van Gogh

Gracias al estudio de las 900 cartas conservadas de Vincent van Gogh parece saberse casi todo del artista. Menos conocida es la correspondencia entre sus hermanas, formada por centenares de misivas guardadas en el archivo del museo del pintor, en Ámsterdam. Al estar escritas en lengua neerlandesa no han despertado el interés internacional de las de su hermano, que se expresaba también en inglés y francés, pero muestran a unas mujeres con personalidad propia marcada por las convenciones sociales y el paso del siglo XIX al XX. En una de ellas Anna, la mayor, que mantuvo una relación distante con Vincent, admite en 1909 su asombro ante el precio obtenido por la venta de uno de sus lienzos para pagar los cuidados de Willemien. Se lo dice a su cuñada, Jo Bonger, viuda de Theo van Gogh, con estas palabras: “Vaya cifra. Quién podía imaginar que Vincent contribuiría de esa forma al sostén económico de Wil [el apodo familiar de la pequeña]. Theo siempre dijo que esto pasaría, pero qué sorpresa”, escribe. Le dieron por la pintura 600 florines de la época, unos 6.800 euros de 2016, según cálculos del International Institute of Social History, de Ámsterdam. Muy lejos todavía de los 13 millones de euros pagados en París este jueves en una subasta de Sotheby’s por Scène de rue à Montmartre (Escena callejera en Montmartre).

Willemien nació en 1862 y murió en 1941, y su destino parecía sellado: se ocupó de sus padres y hubiera podido hacer carrera como enfermera, pero quería darle un toque religioso a su trabajo social. Lo mismo que hacía Vincent cuando intentó ser predicador, y tal y como reflejó luego en sus cuadros sobre la dureza de la vida campesina. La joven estudió Religión y dio clases en una escuela, y en el mejor momento de su vida, fue alabada en público por su buen trabajo en la comisión ejecutiva de la Exposición Nacional del Trabajo de la Mujer. Celebrada en 1898, en La Haya, coincidió con la coronación de la reina Guillermina, bisabuela de Guillermo, el rey actual. El bajón llegó poco después, en 1902: Willemien tenía 40 años e ingresó en el centro para dolencias mentales donde acabó sus días, a los 79.















'Recuerdo del jardín de Etten' (1888), vendido para pagar el tratamiento de la hermana de Van Gogh.MUSEO ESTATAL HERMITAGE/ SAN PETESBURGO

Las cartas han sido analizadas por el historiador del arte neerlandés Willem-Jan Verlinden en su libro De zussen Van Gogh (Las hermanas Van Gogh), cuya traducción al inglés será publicada este abril por Thames & Hudson en el Reino Unido y Estados Unidos. Las considera un tesoro porque las hermanas habían estado eclipsadas. “Son unas mujeres muy interesantes que en cierto modo no encajaron al estar sujetas al qué dirán”, según explica, en conversación telefónica. En su opinión, Vincent y Willemien fueron pioneros en el enfoque social de su labor y, además, ambos escribían y tenían dotes artísticas. También defiende que tenemos una imagen equivocada de esta familia. “En realidad, el padre era un pastor protestante liberal y junto con su esposa, Anna Cornelia Carbentus, educó a todos sus hijos para que pudieran valerse por sí mismos”. Sí es verdad que los problemas del pintor “les abrumaron y restaban autoridad al progenitor con su congregación”, añade.
















Carta escrita por Elisabeth, la hermana de Van Gogh.COLECCIÓN PRIVADA

Verlinden recupera también la biografía de Elisabeth, la segunda hermana, nacida en 1859, que es un ejemplo de todo lo que pudo ir bien y acabó malográndose por culpa de las presiones sociales. Obtuvo el diploma de maestra, pero aceptó ser la dama de compañía de una señora de buena familia que estaba enferma y tenía cuatro hijos. Elisabeth y Jean Philippe, el marido de su patrona, acabaron enamorándose y tuvieron una hija a la que llamaron Hubertine.

El drama de Elisabeth

Para evitar habladurías, Elisabeth dio a luz en Francia, pusieron a la niña el apellido Van Gogh y la dejaron con una viuda que recibía por ello un estipendio. Nunca vivió con sus padres, a pesar de que se casaron cuando él enviudó y tuvieron otros cuatro hijos. Su madre quiso adoptarla, pero el padre prefirió no arriesgarse a las murmuraciones. Hubertine tenía 35 años cuando, en 1922, Elisabeth le propuso regresar a Países Bajos; demasiado tarde. Su existencia fue descubierta por un periodista francés en los años sesenta porque vendía postales de puerta en puerta diciendo que era sobrina del pintor. Aunque recibió ayuda de la familia holandesa a partir de entonces, murió sola a los 83 años.

La más independiente, a la vez que responsable con su familia, fue Anna, la hermana mayor, que vino al mundo en 1855. Dio clases de inglés y francés y ejerció en una escuela privada en Welwyn (Reino Unido). Se ocupó de los suyos a la muerte del padre y llevó a Willemien al hospital mental, donde la visitaba. Casada y con dos hijos, Anna admiraba el trabajo del pintor, pero decía que él no le gustaba porque les humillaba con su actitud. Sin embargo, cuando Vincent ya había fallecido, ella invitaba a expertos a su hogar para que le explicaran su obra pictórica. Según Verlinden, era su forma de compensar la difícil relación que tuvieron.

martes, 13 de abril de 2021

EL GENOMA MÁS ANTIGUO DE UN EUROPEO DESVELA SEXO CONTINUO CON LOS NEANDERTALES

Los restos de cuatro ‘Homo sapiens’ de hace 45.000 años desvelan que los cruces entre ambas especies fueron mucho más comunes de lo que se pensaba














 El cráneo de una mujer que vivió hace unos 45.000 años en República Checa, uno de los restos analizados.

Los huesos de cuatro personas que vivieron en Europa hace 45.000 años acaban de arrojar algo de luz sobre uno de los capítulos más oscuros y apasionantes de la historia de nuestra especie.

Entre todos ellos destaca la calavera sin cara de una mujer que vivió en lo que hoy es la República Checa. Los restos de los otros tres individuos, todos masculinos, se hallaron en una cueva de Bulgaria junto a collares y punzones típicos de los primeros grupos de humanos modernos. Dos equipos de paleoantropólogos han conseguido extraer suficiente ADN de estos fósiles, los más antiguos que se conocen de nuestra especie, como para reconstruir todo su genoma.

Los resultados muestran que uno de los hombres de Bulgaria tuvo un pariente neandertal hacía menos de 180 años. Los otros tres individuos también tenían parientes de esa especie. Todos descendían de híbridos fruto del sexo entre neandertales y sapiens. El genoma de la mujer de la República Checa también contiene un 3% de ADN neandertal. Antes de este estudio solo se conocían los genomas de dos Homo sapiens de la época, uno que vivió en Siberia hace unos 45.000 años y otro que vivió en Rumanía hace unos 40.000. Los dos llevaban ADN neandertal, de hecho el segundo era tataranieto de neandertal.

Todas estas evidencias, dicen los autores del estudio, muestran que los cruces entre neandertales y humanos modernos fueron mucho más frecuentes y recientes de lo que se pensaba. De hecho sus resultados apoyan la teoría de que los neandertales nunca se extinguieron del todo, sino que fueron absorbidos por los grupos sapiens, que los aceptaron en su seno.

Estos nuevos datos completan una historia de sexo entre especies que duró decenas de miles de años

“La interacción con los neandertales debió de ser frecuentísima”, explica Svante Pääbo, el genetista sueco que ha revolucionado la investigación de la evolución humana gracias al análisis del ADN antiguo y que obtuvo el primer genoma completo de un neandertal. “Lo más sorprendente es que los tres individuos de Bulgaria [y la de la República Checa] tenían ancestros neandertales en su historia reciente”, resalta Pääbo, que es autor principal del análisis de los fósiles búlgaros, publicados hoy en Nature. “Esto nos dice que los primeros humanos modernos se cruzaron con los neandertales de forma frecuente cuando se los encontraban. Es posible que parte de la explicación de la desaparición de los neandertales es que simplemente fueron absorbidos por grupos de nuestra especie más numerosos”, destaca.

Estos nuevos datos completan una historia de sexo entre especies que duró decenas de miles de años. La primera evidencia de un cruce se encontró en el genoma de un neandertal que vivió hace 100.000 años en los montes Altai de Siberia y que llevaba una fracción importante de ADN sapiens. Después, hace unos 60.000 años, grupos de sapiens que habían salido de África en busca de nuevos territorios se encontraron con los neandertales y volvieron a cruzarse. El último capítulo sucedió ya en Europa hace unos 45.000 años y, a juzgar por las pruebas, fue generalizado. Fruto de este mestizaje, todos los humanos actuales de fuera de África llevan un 2% de ADN neandertal.

En un artículo complementario a los estudios, el genetista Carles Lalueza-Fox lanza una hipótesis atrevida. Hay pruebas suficientes de que los sapiens tuvieron hijos con los neandertales, los cuidaron y asumieron como propios, pero apenas hay de lo contrario, explica.

“Es posible que los humanos modernos tolerasen a los híbridos y los neandertales no. O puede ser que los neandertales rechazasen a sus hijos híbridos una vez nacidos”, escribe Lalueza-Fox. El genetista explica que los grupos neandertales eran muy pequeños y endogámicos, cerrados y aislados entre sí. Mientras, los grupos sapiens pudieron ser más amplios y sociales, abiertos al contacto y la colaboración con otros. En cualquier caso “la asimilación de los neandertales es un escenario muy posible, de forma que los únicos que sobreviven al final son los que acaban en grupos sapiens. Después su señal genética se va diluyendo con el paso del tiempo”, señala.

Eso es exactamente lo que se aprecia en los cuatro humanos analizados: tenían al menos un 3% de ADN neandertal y secuencias genéticas mucho más largas que los humanos actuales. Pääbo ofrece una explicación: “Estudios anteriores han demostrado que después de los cruces se perdían partes del ADN neandertal de forma muy rápida. Una interpretación sería que en ese ADN había secuencias que no permitían ser un humano moderno, aunque no sabemos qué secuencias son”.

La paleoantropóloga María Martinón-Torres opina que estos trabajos “nos dicen que solo se adentraron en Europa los humanos modernos que tuvieron un contacto íntimo con los neandertales, o dicho de otra forma, que los Homo sapiens que finalmente consiguieron entrar en Europa fue a través de una relación estrecha con los neandertales”. Sin embargo advierte de una limitación. “No podemos generalizar demasiado a partir de estudios que se basan en unos pocos individuos. ¿Nos imaginamos lo polémico que sería si hiciéramos inferencias sobre el origen de una cultura o una población actual a partir del estudio genético de solo cuatro personas?”, resalta.

El análisis genético de estos restos destapa migraciones y extinciones de grupos humanos desconocidas hasta la fecha. Los humanos actuales de Asia y América aún llevan algo del ADN del grupo humano que vivió en Bulgaria hace 45.000 años, lo que implica que ese grupo migró hacia el este y logró sobrevivir. En cambio, el grupo de la mujer de República Checa, cuyo análisis se publica en Nature Ecology & Evolution, desapareció para siempre sin dejar rastro en las poblaciones actuales. En la misma cueva de Bulgaria se han analizado los restos de una mujer que vivió hace 38.000 años y de la que los actuales europeos sí llevan algo de ADN.

jueves, 8 de abril de 2021

SONIA DELAUNAY

  Sonia Delaunay fue una de las principales representantes del art-decó. Inspirada en autores de la talla de Paul Gauguin o Vincent van Gogh, Delaunay tuvo el honor de ser la primera mujer en poder ver expuesta su obra en el museo del Louvre cuando aún estaba viva.

De San Petersburgo a Alemania

Sarah Ilinitchna Stern nació el 14 de noviembre de 1885 en Gradizhske, territorio del entonces Imperio Ruso. Siendo muy pequeña se trasladó a vivir a San Petersburgo bajo la protección de un tío paterno, un abogado judío llamado Henri Terk.

Después de unos años de convivencia con la familia de Henri, fue adoptada por él y su mujer en 1890 asumiendo el nombre de Sonia Terk. Su nueva familia adoptiva no sólo se haría cargo de ella, sino que la ayudaría en su camino artístico.

Cuando tenía 16 años, Sonia ingresó en una prestigiosa escuela de San Petersburgo donde pronto empezó a destacar por sus dotes artísticas. Alentada por sus profesores y por sus padres adoptivos, Sonia se trasladó a vivir a Alemania donde inició sus estudios de arte en la Academia de Bellas Artes de Karlsruhe.


90 OBRAS

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