jueves, 30 de junio de 2016

¿PPPUCHERAZO?





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El PP, contra todo pronóstico, ha crecido en aquellos territorios en que se destaparon sus casos de corrupción desde el 20-D.
Eso de por sí ya es de un surrealismo que hace honor a la larga tradición esperpéntica Valleinclanesca que caracteriza a Ejpaña, tan bien radiografiada por Berlanga en La escopeta nacional, o por Cuerda en Amanece que no es poco. Pero aparte de la esperpéntica infamia, ¿es/ puede ser casualidad?…
Teniendo en cuenta la dinámica de lo que los jueces han declarado oficialmente “asociación delictiva” (sí, en referencia al partido que nos gobierna, y parece que volverá a hacerlo por 4 años más), hay que chuparse el dedo para seguir creyendo que las casualidades existen.
Tengan en cuenta que, incluso aquí en mi tierra (Catalunya), donde el partido impopular es ya patéticamente residual, un señor cuyas maniobras de aparcamiento confía a su ángel de la guarda (así está el tráfico) y que concede medallas honoríficas a estatuas de yeso, ha ganado votos.
Y no sólo eso, un señor que ha sido sorprendido flagrantemente utilizando las instituciones y a la Policía para destruir a rivales políticos, que es un delito muy grave, y por el que sigue impune alegremente, como la mayoría de sus compañeros de merienda de la banda de los golfos apandadores (léase Bárcenas, Rato, Botín, Barberá y demás aforados, que para exponer la lista completa del partido popular me faltaría papel y memoria digital).
Tampoco es casualidad que el “desgobierno” se saltara el concurso público y ejecutara la adjudicación del contrato para el recuento de los votos del 26-J por “procedimiento negociado” – cosa totalmente inusual en este tipo de contratos – adjudicándose las competencias a “Indra”, una empresa diferente a la que hizo el recuento el 20D, que ganó a través de concurso.
Esa misma empresa, “Indra”, fíjense, que está de lleno envuelta en una trama de corrupción (la Púnica) con el mismo partido (vaya por Dios) que supervisa el recuento/escrutinio de las elecciones y que otorgó dicho contrato “a dedo”: el Partido Popular. Todo ello supervisado, acabáramos, por el mismo señor del ángel de la guarda que aparca.
Los resultados de las elecciones no se corresponden en absoluto con ninguna de todas las encuestas: nunca en la historia de la democracia se habían dado semejantes diferencias, todavía sin explicación válida por parte de las empresas que las realizaron, ni amonestación de ningún tipo.
¿Irregularidades a mansalva? ¡Para nada! Casualidad …y ojito, ante todo mucho respeto y talante democrático hacia las urnas, por mancilladas que estén, no vayan a perder la educaçao. Que si no se está usted calladito viene el señor de las medallas a la Virgen , que dicho sea de paso es el mismo del de la Ley Mordaza, y ya se encarga él de que respete usted la voluntad del pueblo, si hace falta investigándole para encontrarle algún muerto en el armario, a usted, a su madre o cualquiera de su parentela, y enviándole a la poli a la puerta de casa.
Me imagino que violar la constitución española repetida e impunemente, utilizar las instituciones gubernamentales para amedrentar, difamar y anular las políticas de oposición, hacer del fraude fiscal la dinámica generalizada de los individuos que delictivamente abusan de la pública administración en su propio beneficio o abocar al suicidio y la desesperación a una ancha parte de la población debe ser una señal de exquisita educaçao. El estupro con traje y corbata no pierde su etiqueta.
Pues oigan, va a ser que no. Va a ser que, aunque muchos empiecen a resignarse a la idea de vivir en un estado delictivo en el que se perpetran golpes de estado a la democracia día sí y día también, yo no voy a transigir. Va a ser que, como ese parsimonioso personaje emboinado de Amanece que no es poco espetó, “me voy a sacar la chorra”.
A la salud de tanto golfo, de tanto borrego y de tanto sinvergüenza.

domingo, 26 de junio de 2016

PORQUÉ VOY A VOTAR A PODEMOS

No me engaño. Sé muy bien qué cosas no va a hacer Unidos Podemos si gana las elecciones: no va a acabar con el capitalismo ni va a abrir las fronteras ni a nacionalizar los bancos ni a sacarnos de la OTAN ni a establecer la República; tampoco va a poder reformar la Constitución, convocar inmediatamente el referéndum para Catalunya, aprobar una renta básica, doblegar a latroika europea; ni siquiera podrá prohibir los toros o limitar demasiado la contaminación atmosférica; y desde luego no va a acabar con la maldad humana ni con los accidentes de tráfico. Aunque algunas de estas cosas me parecen imprescindibles, no voy a votar a Unidos Podemos para que tome medidas que sé que no puede tomar en estos momentos y con la actual relación de fuerzas; pero tampoco voy a dejar de votar a Unidos Podemos porque no vaya a tomarlas; o porque no vaya a tomarlas todas ni siquiera en el caso de una relación de fuerzas más favorable.
Voy a votar a Unidos Podemos porque es el único partido moderado. Los mandamientos son una buena guía de moderación y durante décadas el régimen del 78 los ha violado casi todos. El PP, partido católico que pide el voto a los católicos, no ha dejado ni uno solo sin quebrar en la última legislatura. Lo más radical que se puede hacer con el lenguaje -lo recordaba Kant– es mentir. Lo más radical que se puede hacer con los recursos comunes es robar. Lo más radical que se puede hacer con un ser humano es quitarle su casa y su muleta. Lo más radical que se puede hacer con un país es destruir sus hospitales. Lo más radical que se puede hacer con los principios es pronunciar su nombre en vano. El PP ha mentido, ha robado, ha desahuciado, ha matado en las fronteras y ha pronunciado en vano no sólo el nombre de su propio dios, que no es el mío, sino también los nombres de la Democracia, la Justicia, los Derechos Humanos, el Bien Común y España, que sí son míos. El programa de Unidos Podemos es el menos radical y el más ajustado a la defensa de los nombres comunes. Y el único que puede frenar la radicalidad rampante, política y económica, que se quiere imponer como regla en Europa y en nuestro país.
Voy a votar a Unidos Podemos también porque defiendo la democracia y el Estado de Derecho, la división de poderes, la libertad de expresión y de prensa, la libertad sexual, la igualdad de género, el derecho al voto para todos, el imperio de la ley, el orden frente al mercado, la estabilidad frente a las reformas laborales, la normalidad frente a los recortes, la seguridad frente a los pactos antiterroristas, la belleza frente a la corrupción, el placer frente al poder putero, el realismo frente a la violencia, el pragmatismo frente a la utopía de los ricos, la vida frente al arzobispo, el error y la vacilación frente al tino infame de los mercados financieros.
Voy a votar a Unidos Podemos asimismo por agradecimiento. En agradecimiento por haber conseguido la convergencia de las fuerzas de izquierdas; en agradecimiento por no ser “de izquierdas”; en agradecimiento por haber salvado y traicionado el 15M; en agradecimiento por haber interrumpido el eterno retorno de los vencedores y los vencidos; en agradecimiento por haber desmentido a los cenizos y a los viejos y haber sacado a la luz una generación prodigiosa que, sin el cambio cultural ya producido, se habría dispersado y debilitado en los sumideros del mercado; en agradecimiento por haber resucitado a Julio Anguita, a Manolo Monereo, a la abuela de mi amigo Dani y a mí mismo; y por haber renovado, sin cirugía estética, las caras y las sonrisas de nuestros periodistas, nuestros poetas y nuestros políticos; en agradecimiento por los morreos y los bebés, por las rastas, las coletas y las cursiladas sin cuento; en agradecimiento por la “casta”, por la “patria”, por la “remontada” y hasta por el “núcleo irradiador” y la “cal viva”; en agradecimiento también por las meteduras de pata, que iluminan este nuevo marco inédito en el que equivocarse cuenta; en agradecimiento por dos años de vértigo; en agradecimiento, en definitiva, por haber devuelto la Historia al tiempo.
Voy a votar a Unidos Podemos por moderación, por democracia y por gratitud. Voy a votar a Unidos Podemos, además, con ilusión, a sabiendas de que, como no van a poder hacer -si gobiernan- todo lo que yo quisiera, me desilusionarán. Me desilusionarán seguro y, cuando lo hagan, lo escribiré. Pero ese es el orden: primero ilusionarse, luego desilusionarse. Una persona siempre ilusionada es obscena o doctrinaria; y no querría votar a un partido doctrinario que fabricase chiflados en tripi o fanáticos sin criterio. Habrá que desilusionarse. Pero para desilusionarse primero hay que ilusionarse. Quiero votar ilusionado; bobalicona, ridículamente ilusionado. Una victoria vencerá muy poco pero derrotará tanto que habrá que echar las campanas al vuelo y los sombreros al aire y el núcleo irradiador al viento. Ilusionémonos. No me gustan los ilusos. Pero tampoco me gustan los listillos que se reservan siempre un as negro en la manga, los que se avergüenzan de compartir pasiones y miran la fiesta por la cerradura o los que, conscientes de que acabarán desilusionándose, se ponen ya a cubierto, solemnes y autorizados, del inevitable, oracular y cuñadísimo “ya te lo decía yo”. Respetemos la secuencia. Votemos con ilusión y luego negociemos, razonemos, vigilemos y critiquemos con la cabeza fría y los principios enhiestos.
Votemos el domingo a Unidos Podemos. Votemos por moderación, democracia y gratitud. Votemos a Unidos Podemos con ilusión porque son, de hecho, los únicos que todavía pueden desilusionarnos.
(*) Santiago Alba Rico es filósofo y columnista.
VISTO EN CUARTOPODER

EL ENEMIGO, PODEMOS

Si el PSOE convierte a Podemos en el enemigo…

La táctica del PSOE de atacar a Podemos puede convertirlo en un partido de carácter regional y provocar su desaparición.

 | La Marea | 24 junio 2016
MADRID// La construcción del Estado liberal durante el siglo XIX fue intensamente represiva. Existió una represión que podríamos llamar fundacional. Montar una administración centralizada requirió acabar, muchas veces manu militari, con todos los cuerpos intermedios que formaban la sociedad premoderna. Y concentrar en un solo poder central la producción del derecho, y la coacción para su cumplimiento, obligó a liquidar costumbres, tradiciones y viejas solidaridades. Contemplado en perspectiva, cabe preguntarse si el resultado racionalizador mereció un proceso tan conflictivo y tortuoso, sobre todo porque el fin anhelado de la unificación social parecía no llegar nunca.
Existió después una represión estructural que podríamos llamar operativa. El Estado liberal, no ya para fundarse, sino para funcionar, requería de grandes dosis represivas. Las necesarias para mantener a raya a la parte de población, posiblemente mayoritaria, no identificada con las nuevas instituciones. Se trató, en efecto, de una organización sumamente elitista y excluyente. Bajo la divisa de la “soberanía de la inteligencia” solo podían participar en las instituciones unos cuantos ciudadanos varones y propietarios. En nombre de la “soberanía nacional” se promulgaban unas leyes y se articulaban unas instituciones que respondían solo al interés de una minoría. Las capas populares solo podían contemplar aquel montaje como una agresiva intromisión en su vida y costumbres. No es de extrañar que algunos despreciasen entonces al Estado como un entramado político al servicio de la clase económicamente dominante.
En España, este rasgo general del Estado liberal se agravó aún más por mediar un relato nacional de carácter integrista. En la imaginación de los dirigentes, la nación que prestaba base a ese nuevo Estado era una nación católica, con instituciones naturales, como la monarquía o su confesionalidad, que resultaban intocables. De este modo, otras confesiones y sensibilidades políticas no eran definidas simplemente como adversarios dentro de una esfera pública plural, sino como enemigos de la propia comunidad de vida nacional. Y de aquellos polvos decimonónicos, los lodos que después nos enterraron en el siglo posterior.
Un Estado semejante, donde solo una minoría se sentía con el derecho natural de gobernar, estaba condenado a padecer una crisis permanente y a echar mano constante de la represión para integrar forzadamente a todos los sectores excluidos. El carácter acusadamente cerrado y elitista de la dirigencia española provocó que los sectores alternativos, de republicanos a obreros, de socialistas o ateos a anarquistas o demócratas, construyesen su identidad y se organizasen colectivamente fuera del Estado. Y por eso el Estado liberal español fue siempre un Estado sumamente débil, incapaz de incorporar, seduciendo, a la pluralidad real que atravesaba la sociedad.
No diré que estemos, sin más, volviendo a aquellos tiempos, pero en los presentes volvemos a presenciar la cerrazón de una élite dirigente incapaz de reciclarse, abrirse e incorporar de forma natural a las nuevas sensibilidades políticas. El escándalo mostrado hace unos meses tanto por populares como por socialistas ante la pretensión de Podemos de ocupar puestos claves en la Administración, reveló de modo inconsciente su creencia de que solo ellos están llamados a sentarse en sillones tan principales. Los propios lamentos del PSOEante su desplome en favor de Podemos, señalando que éstos solo aspiran a quedarse con su electorado, muestran una muy discutible patrimonialización de sus votantes tradicionales y una significativa indisposición a someterse a una competencia electoral limpia y democrática. Si la democracia representativa sirve para algo es precisamente para que la ciudadanía pueda destituir a una élite gobernante corrupta e ineficaz, para remplazarla por otra que sea sustantivamente diversa, y no un mero calco.
Lo más elocuente de los ataques propinados a Unidos Podemos por el resto de las formaciones estatales es la proyección psicológica que revelan. No hemos parado de escuchar que este “populismo de izquierdas”, con sus relatos de la casta y el arriba y abajo, “divide la sociedad”, enfrenta entre sí a los colectivos políticos, polariza el debate y termina imposibilitando el entendimiento. Sin embargo, a los únicos que hemos visto hasta ahora rodear con un cordón sanitario a un grupo concreto en razón de su inclinación política, y tratar a sus miembros como apestados sociales, es al resto de los partidos con respecto aUnidos Podemos y sus votantes y simpatizantes. Están dispuestos a todo tipo de pacto, componenda o cesión con tal de que un partido que puede llegar a los siete millones de votantes en las próximas elecciones no toque un solo vértice del poder estatal. Incluso a que no gobierne ninguno de sus tres líderes y dirija el ejecutivo un tecnócrata “independiente”.
Este bloqueo verdaderamente pernicioso en democracia, que ha venido acompañado de una bochornosa campaña mediática sembrando el terror frente a la nueva formación, solo puede desactivarlo el Partido Socialista. Lo que sus élites plenamente oligarquizadas mandan, para el caso de que solo alcancen el tercer puesto, es que se retiren del juego para recomponerse, absteniéndose en la investidura y dando, en consecuencia, el gobierno al Partido Popular. Muy pocos entre los dirigentes, algunos más entre los militantes y muchos de sus votantes aprecian, no obstante, que la salida ideológica y democrática natural ante esa coyuntura sería constituir un gobierno de coalición de signo progresista con un programa negociado.
Pero en el muy probable caso de que así no ocurra, asistiremos a un repliegue institucional de nuestra desgastada dirigencia que, para mantenerse en el presente contexto, va a requerir, de nuevo, grandes dosis de represión. El divorcio entre la sociedad y el Estado se recrudecerá. El desafío presente de aproximar todo lo posible ambos polos, para reparar la brecha abierta tras tantos años de corrupción, se arruinará, y se franqueará el paso a una organización política deslegitimada, todavía más vertical y construida otra vez a espaldas de la efervescente y politizada realidad social.
Si el PSOE no renuncia a su posición de confrontación con Podemos, si no llega a entender que está obligado a entenderse con quien comparte espacio electoral, si no deja de considerarlo su enemigo preferente, no solo se suicidará políticamente hasta convertirse, en las próximas elecciones, en un partido regional de carácter clientelar, sino que arrastrará con él a todo el Estado a una situación de bloqueo, crisis y represión de la que difícilmente podremos reponernos con brevedad.


MENOS CARNE

Que curioso, recuerdo que en el colegio, en la tierna infancia se nos adoctrinaba con una enseñanza de la religión de la cual no podías retraerte,  se trabajaba mucho el catecismo, y, había una de sus preguntas, ¿cuales son los enemigos del hombre?  La respuesta era la siguiente: los enemigos del hombre son tres, el mundo, el demonio y la carne. No había mucho problema pues veíamos un filete de muy tarde en tarde; pero  seguían las explicaciones del cura que nos ponía al corriente qué clase de carne era con la que estábamos jugando. Lo de siempre cuando la religión está por medio, el sexo. 

Aunque vaya usted a saber, como la Iglesia se apunta a un bombardeo cuando a predicciones se refiere,  para los videntes de todo tipo  los  aciertos se convierten en dinero contante y sonante, ya se sabe, a eso  los de la curia tampoco hacen ascos; quizás para la Jerarquía sea lo único que cuenta,  por lo que  puede que oigamos alguno decir que ya lo decían ellos y si pasa, pasa.

Ahora, vamos al momento y hagámonos eco de la noticia y sus razones. 

China planea reducir un 50% su consumo de carne

El Gobierno chino ha diseñado un plan para reducir el consumo de carne a la mitad. La tendencia al alza de su consumo en el país ha llevado al Gobierno a tomar esta medida siguiendo las recomendaciones de la Sociedad China para la Nutrición, el organismo oficial de recomendaciones dietéticas.
La medida del Gobierno chino es la última de una oleada de iniciativas semejantes alrededor del mundo. Impulsados por motivaciones de salud pública y para atenuar el calentamiento global, del que el consumo de carne es factor principal, los gobiernos de otros países también han recomendado reducir el consumo de carne.
Así, las nuevas directrices dietéticas de los gobiernos de Estados Unidos, Suecia, Reino Unido y Holanda proponen una significativa reducción en el excesivo consumo nacional de carne. A esto se suma la medida del Gobierno de Dinamarca de establecer un impuesto a la producción de carne en base a su devastadora huella de carbono.
A nivel mundial, un 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la cría y el consumo de vacas, cerdos, pollos y otros animales de granja. Este porcentaje es mayor que el de toda la industria de transporte mundial junta, coches, aviones y barcos incluidos.
Li Junfeng, director general del Centro de cooperación internacional chino para la estrategia ante el cambio climático señalaba que, «a través de un cambio en nuestro estilo de vida es de esperar que haya una transformación en la ganadería industrial y las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan».
China consume el 28% de la carne a nivel global, incluyendo la mitad de la carne de cerdo. Sin embargo una docena de países se sitúan por delante del país asiático en cuanto a su consumo. Una persona promedio en Estados Unidos o Australia consume el doble de carne que una persona en China.
Según expertos científicos, la reducción a nivel internacional del consumo de carne es un factor necesario y decisivo para alcanzar los objetivos alcanzados en la cumbre de París para detener el calentamiento global.
Fuente:
THE GUARDIAN
CHATHAM HAUSE


lunes, 20 de junio de 2016

CLASES DE RELIGIÓN EN LA ESCUELA PÚBLICA




 18 JUN 2016 - 00:00 CEST

Descubro, con perplejidad, que el próximo curso en segundo de bachillerato la asignatura de Religión (dos horas a la semana) será evaluable; contará para la media. Es una materia a la que se apuntarán la mayoría de los alumnos, casi todos no creyentes. Es decir, mientras en un aula se impartirá educación para la ciudadanía, en otra se estará hablando de Dios, y lo que es peor: en un centro público. Además, la filosofía ha quedado relegada. Parece mentira, pero estamos en 2016.— Daniel J. Morillo Romera. Zahara de los Atunes (Cádiz).

domingo, 12 de junio de 2016

SOBRE VOTACIONES DEL PARLAMENTO EUROPEO ACERCA DE VENEZUELA


Para ver este vídeo clicar en cuadro, obtendremos una visión que no esta mediatizada por campañas electorales y pone algunos puntos sobre algunas ies.

jueves, 2 de junio de 2016