domingo, 31 de julio de 2005

Okinawa, la llave del Pacífico

Los habitantes de la isla japonesa, ocupada durante casi tres décadas por EE UU, piden una reducción de la fuerza militar norteamericana

GEORGINA HIGUERAS (ENVIADA ESPECIAL)-Okinawa EL PAÍS-Internacional-31-07-2005

"Okinawa es crucial para la estabilidad regional, las relaciones entre Washington y Tokio, y los intereses de Estados Unidos", afirma el general Jan Marc Jouas, de 47 años y jefe de la base aérea de Kadena, ubicada en esta isla japonesa. Es la mayor de Estados Unidos fuera de sus fronteras y desde ella se controla lo que se ha convertido en la región estratégica más importante del mundo. Más allá de sus alambradas, arrecifes coralinos y playas de fina arena incitan a la población de Okinawa a buscar los beneficios económicos del turismo y a exigir una "reducción significativa" de la presencia militar norteamericana en su suelo.

Para los estrategas estadounidenses, la creciente rivalidad entre China y Japón, la decisión del régimen norcoreano de fabricar armas nucleares, las aspiraciones independentistas de Taiwan y la ruta del 70% del comercio mundial han hecho del Pacífico oriental una "región única" para el porvenir del siglo XXI. En este sentido, más que plantearse una retirada de Okinawa, el mando militar norteamericano sostiene que hace falta "analizar la situación en su conjunto y a largo plazo para determinar cómo se pueden recolocar las fuerzas".

Okinawa es la mayor de las islas del diminuto archipiélago del mismo nombre, que forman 160 islas, de las que 50 están habitadas. Sólo representa el 0,6% de la extensión total de Japón, pero sus habitantes se quejan de que seportan el 75% del peso de la alianza militar con EE UU. A unos 1.500 kilómetros al sur de Tokio, la conquista de Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial jugó un importante papel en el fin de la contienda, y Estados Unidos no devolvió la soberanía a Japón hasta 1972. En la actualidad, además de Kadena, hay en toda la isla otra treintena de bases e instalaciones militares que acaparan el 20% de la superficie.

USS Okinawa LPH-3Las bases son la continuación de la ocupación. No tienen nada que ver con el tratado bilateral entre EE UU y Japón. Los militares norteamericanos no son nuestros invitados. Nos sentimos ocupados", afirma Yoshihiko Higa, de 63 años y consejero del gobierno local de Okinawa. Según Higa, aunque los pacifistas exigen la retirada total de los norteamericanos, el gobierno local "comprende la necesidad de tener una fuerza disuasoria, pero quiere poner fin a la excesiva carga que soporta y, en concreto, a la presencia de los marines".

En Japón hay 50.700 militares norteamericanos, de los que 12.000 están en Okinawa que, unidos a sus familiares y personal civil, ascienden a 51.000 estadounidenses en la isla. Hay 7.500 efectivos de las Fuerzas Aéreas; 1.500 de Infantería y Marina, y los 17.000 restantes son marines. Éstos precisamente son los que la mayoría de población quiere que se vayan debido en gran parte a que muchos son jóvenes solteros o destinados sin su familia, que "conducen, beben y se comportan de forma temeraria", afirma la ONG Movimiento Femenino Antimilitar. A ellos se atribuyen buena parte de los 5.328 delitos y faltas cometidos por las tropas estadounidenses entre 1972 y diciembre de 2004, de los que destacan por su gravedad 541 casos de homicidios, violaciones o atracos.

Los marines están en el ojo del huracán desde que, en septiembre de 1995, tres de ellos violaron a una niña de 12 años. Las masivas protestas desatadas por esa bárbara acción llevaron a la conclusión de un acuerdo denominado SACO (Comité de Acción Especial sobre Okinawa), que determinó la devolución de 11 instalaciones norteamericanas, incluida Futenma, la base de helicópteros de los marines, muy ruidosa y que representa un claro riesgo para los 90.000 habitantes de Ginowan que viven a escasos metros de sus alambradas. Nadie puede excluir un accidente como el del año pasado, cuando se estrelló un helicóptero que trataba de aterrizar en la base.

Pasados casi diez años, sólo se ha devuelto una instalación menor, y Futenma, con sus 3.500 marines y 150 trabajadores civiles, sigue operativa, con sus 74 helicópteros y cuatro aviones de apoyo operacional en plena actividad. "Somos invitados del Gobierno de Japón y nos deben realojar ellos", dice el coronel Leo Falcam, comandante en jefe de Futenma, que desde que llegó hace un mes ha ordenado que se reparen las instalaciones, que llevaban una década sin acometer obras.

"SACO fue un fracaso porque se realizó entre Washington y Tokio sin consultar con Naha, capital del archipiélago. Estableció la devolución de la tierra, pero no la reducción de las tropas norteamericanas, que es lo que nosotros queremos. Esperamos que aprendan la lección y escuchen nuestra opinión ahora que renegocian el futuro de las bases", señala el consejero del gobierno local.

La implementación de SACO habría supuesto devolver el 20% del terreno que ahora ocupa el Ejército de Estados Unidos, pero la demanda generalizada de eliminar o reducir la presencia de los marines se habría radicalizado porque habría aumentado el número de militares en zonas hartas de pedir que se vayan. Además, exigía al Gobierno japonés un fuerte desembolso para construir en terrenos ganados al mar una base aérea en sustitución de Futenma.
El diario Okinawa Times realiza cada cinco años una encuesta sobre la presencia norteamericana. La de 2005 revela que entre el 10% y el 15% de la población quiere la retirada inmediata, y entre el 70% y el 80%, una retirada gradual y coordinada. El coronel de marines Stacy Clardy, por el contrario, considera que, "pese a lo que diga la prensa local -que es muy antiamericana-, la población apoya mayoritariamente la continuidad de las bases por los beneficios económicos que reportan".

Tras la ocupación norteamericana, en junio de 1945, los supervivientes de una batalla que dejó 240.000 muertos -decenas de miles, estadounidenses- fueron amontonados en campos de concentración. Como todo estaba arrasado, las tropas victoriosas levantaron sus campos donde creyeron conveniente sin compensar a nadie. Sólo en el momento de la devolución de Okinawa a Japón se estableció que los terrenos sobre los que estaban instaladas las bases pertenecían en partes más o menos iguales al Gobierno central, a las municipalidades y a personas privadas. Se determinó también que el arrendamiento lo pagaría Tokio.

"Ese dinero llegó como un extra, cuando los propietarios habían reconstruido su vida desde la nada, porque la isla quedó reducida a cenizas. Quienes lo reciben son en su mayoría pensionistas que no quieren saber de nuevos riesgos, ni de lo que obtendrían con la recuperación y venta de la tierra", afirma Tomohiro Yara, especialista del Okinawa Times en temas militares, al reconocer que muchos de los miles de arrendatarios están conformes con la situación actual.
Japón corre con el 70% del total de los gastos de las bases norteamericanas en el país, incluido el pago a los japoneses que trabajan en éstas. Por eso, las ONG y la oposición piden que el Gobierno renegocie el mantenimiento de estas instalaciones que cuestan al erario público más de 5.000 millones de dólares anuales. El líder de la oposición, Katsuya Okada, se ha comprometido a retirar a los marines de Okinawa si el Partido Democrático Japonés llega al poder.

okinawa prefecture

En Naha se respira también un resquemor contra Tokio por permitir que 60 años después de la guerra, Okinawa siga militarizada. "Tras la derrota, Estados Unidos estacionó a sus marines donde le interesó, y Tokio, pese al evidente malestar de la población, decidió quitarse el problema de encima negociando su traslado a Okinawa. Ellos no los quieren; nosotros, tampoco", dice Gima, secretaria de 58 años que está en contra de un acuerdo que suponga la sustitución de las tropas norteamericanas por japonesas.

La actitud del Gobierno central levanta ampollas entre una población que, en muchos casos, aún no ha asimilado la conquista japonesa, en 1879, de lo que fue el próspero reino de Ryukyu. "Mientras estuvimos bajo control de Estados Unidos, hablábamos nuestra lengua. El retorno a Japón no ha servido más que para imponernos una doble ocupación: la militar norteamericana y la cultural japonesa, que pretende asimilarnos y está acabando con nuestra cultura", comenta el empresario de 28 años Yu Shimabukuru.

Guam y la fuerza de despliegue rápido

La isla norteamericana de Guam, situada en el centro del Pacífico, está llamada a convertirse en la nueva clave de la estrategia del Pentágono en esa parte del mundo. Guam está a medio camino entre Hawai, sede de la flota estadounidense en ese océano, y la base aérea de Kadena, en la isla japonesa de Okinawa. Kadena, con sus dos escuadrones de cazas F-15 (44 aparatos), dos aviones de reconocimiento AWACS; 15 KC-135 para abastecer de combustible en vuelo a otras naves y un KC-135 preparado para operaciones de rescate, es, según su comandante en jefe, general Jan Marc Jouas, una "pieza única" de la defensa norteamericana, por lo que parece muy poco probable que se vea afectada por la reestructuración que se derivará del acuerdo entre Washington y Tokio. El plan que, tras múltiples retrasos, está previsto que se haga público en septiembre, se enmarca en la nueva estrategia militar de EE UU en el Pacífico.
Entretanto, las quinielas sobre la reducción de los efectivos del Pentágono en Okinawa son múltiples y variadas, pero la mayoría de las apuestas se inclinan porque una parte significativa de los marines destinados a esa isla sea trasladada a Guam, donde se establecería un comando intermedio de este cuerpo, que enlazaría las operaciones entre el mando de Hawai y el de Okinawa. Pese a las dificultades logísticas que plantea el traslado, el teniente coronel de marines Phillip Ridderhof, encargado de planes estratégicos, no descarta que ésa sea la eventual solución a la demanda de reducción de tropas de Okinawa, ya que trasladarlas a otra zona de Japón reproduciría el problema.Frente al fracaso de la ocupación de Irak y el auge del llamado "terror asimétrico", que no conoce fronteras ni medidas, el Pentágono ha optado por apoyarse y colocar en primera línea de su política defensiva a las fuerzas de despliegue rápido. Guam y Okinawa serían las puntas de lanza de esa política en el Pacífico.

Contra palabras amenazas de muerte

Félix de Azua, algunas de sus obras

En el palacio Poggi de Bolonia puede verse una escalofriante colección de fetos humanos en sus últimos meses de gestación. Los modelos, delicadamente esculpidos en cera y de gran perfección anatómica, estaban destinados a los estudiantes de obstetricia. Cada feto tiene una postura distinta, los hay cabeza arriba, cabeza abajo, con un brazo a la espalda, con las piernas cruzadas.... Como es bien sabido, el parto traerá nueva vida a la tierra, o más muerte, según sea la posición del feto. Algo similar ha sucedido con la constitución de las autonomías españolas, que fue concebida con gran gozo y ludibrio por sus padres, pero nadie podía suponer ni remotamente que la posición del feto iba a poner en peligro la vida de la madre.

No exagero. Hará cosa de un mes, un grupo de amigos y conocidos publicamos un documento implorando la creación de un partido no nacionalista en Cataluña ya que, a diferencia del País Vasco, aquí sólo hay partidos nacionalistas. Bien es verdad que el PP es constitucionalista, pero se trata de un partido tan obsesionado con los asuntos religiosos que no puede servirnos de ayuda. No va uno a sustituir una religión por otra. Entre el catolicismo de Roma y el nacionalismo de Carod, francamente... De modo que expresamos nuestra modesta opinión sobre un monopolio ideológico lamentable.

De inmediato se nos lanzaron a la yugular medio centenar de columnistas y opinadores sin esgrimir un solo argumento aunque sí sus afilados colmillos; los políticos se alisaron las vestiduras mirando hacia el techo; y el primer consejero (la persona más importante de Cataluña después de Maragall) nos insultó desde la televisión nacionalista, cuyo déficit pagamos los insultados.

Ya lo esperábamos. Nos habría disgustado mucho no haber recibido los improperios habituales. En la democrática Cataluña es casi imposible ir de insumiso o de disidente. Quienes no pertenecen a la fratría patriótica y deportiva pasan mucho frío y les pegan los frailes. Hasta ahí, todo iba bien. Lo que no podíamos imaginar es que nos amenazaran de muerte. Suponíamos que Cataluña, a diferencia del País Vasco, ya había superado la Guerra Carlista. Nos equivocábamos. Un articulista del Avui, miembro de Esquerra Republicana, biógrafo de Boadella (a quien ahora quiere ver muerto) y del heroico Joan Puigcercós (a quien había puesto a parir unos años atrás), pedía a gritos nuestra eliminación física. Riguroso. Que nos pegaran cuatro tiros.

Naturalmente, basta dar una ojeada al artículo para percatarse de que su autor es un ciudadano peculiar, pero también era un ciudadano peculiar el que se cargó a John Lennon. No hay que menospreciar a los ciudadanos peculiares. Debo confesar que a mí no me preocupó ni el artículo ni el articulista; me preocupó el diario donde se publicaba la petición de exterminio.
Observe el lector foráneo que el Avui es el diario del nacionalismo ultramontano, que casi nadie lo lee, pero que arrastra una deuda tremenda desde que Pujol decidió emplear el dinero en otros menesteres más jugosos. Maragall les ha regalado este año trescientos millones de pesetas, pero lo que faltaba para garantizar su supervivencia lo han puesto, mano a mano, el editor Lara, dueño de casi toda la edición catalana, y el Conde de Godó, dueño del muy subvencionado diario La Vanguardia (que a día de hoy no ha informado sobre las amenazas) y de media tonelada de televisiones y radios que le regaló Pujol.

Que yo esté pagando con mis impuestos a los tipos que cobran por amenazarme de muerte me parece hacer el capullo. Sin embargo, aún me parece más surreal que el resto del sueldo se lo paguen Lara y Godó. ¿Por qué dos de los más ilustres apellidos del franquismo catalán están financiando a los ultras? Volvamos al comienzo.

La posición del feto es determinante para la supervivencia de la madre. Cuando nosotros pedimos un partido no nacionalista en Cataluña estamos pidiendo, también, un partido ajeno a la alianza entre el mundo de los grandes negocios locales y el nacionalismo. Porque (cosas del feto) el caciquismo y aquello que antes se llamaba "la oligarquía", son la base misma del nacionalismo, su más firme fundamento. Y como sigan por ese camino, van a matar a la madre.
¿Por qué precisamente Lara y Godó? Porque los potentados que crecieron con el franquismo, las fortunas del franquismo, están financiando desde el inicio a los partidos nacionalistas. Al comienzo, comprensiblemente, para hacerse perdonar, pero muy pronto porque descubrieron los notables beneficios de semejante simbiosis. El presupuesto de la Generalitat se eleva a tres billones de pesetas anuales. Es el mejor negocio de la región. Y de muy precario control.
Recuerden ustedes que los primeros munícipes de Pujol, en su carrera por el monopolio del poder rural, eran casi todos ellos políticos franquistas. Que ése era también el llamado "mundo de los negocios" de Pujol, con Javier de la Rosa entre otros angelitos. Y ese sigue siendo el mundo real, el verdadero, de los jefes nacionalistas. Así se entiende que el Estatut, un asunto que sólo importa al 6,5% de la población catalana, sea imprescindible para el suave deslizamiento de la correa de transmisión que une el poder económico local con la Generalitat.
No por otro motivo insistimos hasta ponernos pelmazos en que no hay ni puede haber nacionalismo de izquierdas. Que estamos muy contentos de que haya nacionalistas, que son inevitables tanto en Navarra, como en Cataluña, como en Valladolid y en Irán, que incluso creemos que hay nacionalistas honrados como hay católicos irreprochables, pero que no pueden seguir mirándose al espejo para celebrar lo muy de izquierdas que son. Y de ahí el disgusto que algunos tenemos con los socialistas, último bastión laico que nos quedaba.

Si comparan ustedes con Italia, un país bastante parecido al nuestro, sobre todo en lo malo, constatarán la diferencia. No hay dos "naciones" más diversas que la República de Venecia y el Reino de Sicilia. Estas dos sociedades, la veneta y la siciliana, tienen lenguas distintas, historias distintas, costumbres distintas, mundos simbólicos distintos, en fin, son tan diversas como Austria y Túnez. Y sólo se unieron hace cuatro días, no cuatro siglos. Sin embargo, jamás la izquierda italiana ha permitido la menor vacilación sobre la constitución italiana. Cuando ha aparecido un partido nacionalista, la Liga del Norte, ha sido con todas las características de un partido cripto-fascista, es decir, un partido empeñado en hacer más ricos a los ricos. Y naturalmente gobiernan con los fascistas de Fini y con Berlusconi, que es como quien dice la madre del cordero.

No hay nacionalismo de izquierdas ni aquí, ni en Argentina, ni en los EEUU de Bush, ni en Croacia, ni en Japón, ni en ningún otro lugar del mundo. El nacionalismo es un disfraz del poder económico, su refugio y su coartada. En consecuencia, empiezo a creer que a nosotros no nos ha amenazado de muerte un militante de Esquerra Republicana sino los poderes fácticos. Como en una novela de Vázquez Montalbán o de Sciascia. Y eso ya da más miedo.

Última hora: Una vez enviado el artículo, el president de la Generalitat se reunió con miembros del grupo antes mencionado y se comprometió a comunicar a Godó y Lara su inquietud por la publicación de las amenazas de muerte.

Félix de AzúaEl País. España, junio del 2005.


lo que hay que ver.

martes, 19 de julio de 2005

Amenaza a la Europa social

Vicenç Navarro
El País. España, julio del 2005

En la última reunión del Consejo Europeo, así como en su presentación al Parlamento Europeo, el primer ministro británico, Tony Blair, acentuó su deseo de utilizar la presidencia británica de tal Consejo para recuperar el espíritu de Lisboa que planteó como objetivo hacer la Unión Europea más competitiva y eficiente económicamente que los EE UU.

Éste es también el sentido de su llamada a la modernización de la Unión Europea, sugiriendo que ésta adopte aquellos componentes del modelo estadounidense (llamado frecuentemente modelo liberal anglosajón) que se consideran responsables de su mayor eficiencia económica, tales como una mayor desregulación de los mercados, incluyendo los laborales, y un descenso de la protección social (las pensiones públicas en EE UU y en la Gran Bretaña son las más bajas de los países desarrollados de la OCDE). Un artículo reciente en el Financial Times (23-04-05) definía las pensiones públicas en la Gran Bretaña como "mezquinas", mean en inglés).



El punto débil de esta comparación de eficiencia económica entre los EE UU y la UE es que los datos no apoyan la superioridad del modelo liberal estadounidense sobre el modelo social europeo. Aquellos que sostienen las tesis de superioridad señalan que las tasas de crecimiento económico de Estados Unidos durante el periodo 1980-2000 (dividido en cuatro subperiodos de cinco años cada uno: 1980-1985, 1985-1990, 1990-1995 y 1995-2000), han sido superiores (3,4%, 3,2%, 2,4% y 3,3%, respectivamente) a las de la Unión Europea de 15 miembros (2,3%, 3,2%, 1,5% y 2,3%). Este argumento olvida, sin embargo, que la tasa de crecimiento económico, sin más, no es un buen indicador de eficiencia económica, pues tal crecimiento puede deberse más a su crecimiento demográfico (como es el caso de EE UU) que a su eficiencia económica. Así, cuando analizamos el crecimiento económico por habitante (el mejor indicador para medir la eficiencia económica) podemos ver que éste es desde 1980 muy semejante en ambos lados del Atlántico y mucho mayor en la UE que en EE UU antes de aquel año. Es más, si comparamos la eficiencia económica de EE UU con la de los países miembros de la UE podemos ver que muchos de estos últimos tienen una eficiencia económica mayor que los EE UU. En realidad, algunos de los países más eficientes y de mayor competitividad (según el Fórum liberal Davos) hoy en la OCDE son países como Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca, que tipifican el modelo social por antonomasia, con mercados de trabajo más regulados y con gastos públicos mucho mayores que los de EE UU. En realidad, si EE UU estuviera sometido a las reglas a las cuales está sometida la UE (tal como permitírsele tener un déficit de gasto público de sólo un 3% de su PIB, en lugar del 4,8% que hoy tiene; o que su Banco Central -Federal Reserve Board- hubiera mantenido durante los últimos diez años unos intereses bancarios más altos, semejantes a los que ha mantenido el Banco Central Europeo; o si su Gobierno federal hubiera tenido un presupuesto que significara solo un 1,24% del PIB en lugar del actual 19%) la tasa de crecimiento de la economía estadounidense hubiera sido mucho más lenta y el desempleo mucho más elevado que el actual.

El hecho de que la UE, a pesar de estar sometida a aquellas condiciones, tenga una tasa de crecimiento económico por habitante semejante al modelo liberal estadounidense muestra su mayor eficiencia económica. Ahora bien, su clara superioridad sobre el modelo liberal anglosajón durante el periodo anterior a 1980 se ha ido reduciendo desde entonces debido al establecimiento de las condiciones anteriores (equilibrio presupuestario, excesivo control de la inflación y gran austeridad presupuestaria) que se han ido estableciendo como parte del marco institucional de la Unión Europea. Es este marco institucional (iniciado en el Tratado de Maastricht y reproducido en el Consenso de Bruselas) el responsable del enlentecimiento de la eficiencia económica de la UE y de su elevado desempleo.

La percepción, ampliamente entendida, de que la Constitución europea solidificaba este marco institucional europeo explica el rechazo a tal Constitución por parte de grandes sectores de las clases populares, y muy en particular de las clases trabajadoras de muchos países miembros de la UE, pues éstas perciben que las políticas derivadas de este marco institucional europeo afectan negativamente su bienestar. Las políticas monetaristas, complementadas con políticas liberales que enfatizan como las soluciones al elevado desempleo en Europa la desregulación de los mercados, incluyendo los laborales, así como la reducción del gasto público, representan una clara amenaza al mundo del trabajo europeo en una situación que, como señalaba un editorial reciente de The Economist (12-2-05), "las clases financieras y empresariales europeas están absorbiendo un excesivo porcentaje de las rentas nacionales a costa de los trabajadores". Estas y otras medidas, como la Directiva Bolkenstein, están debilitando a los últimos, carentes de un marco europeo de negociación colectiva necesaria para proteger sus intereses.

Por otra parte, consideraciones estratégicas por parte de los establishments políticos y mediáticos europeos (tales como la incorporación de los Balcanes a la UE para conseguir una mayor estabilidad en el Este de Europa o facilitar la integración de Turquía como un puente con el mundo islámico) han predominado sobre consideraciones de la vida cotidiana del mundo del trabajo que se siente, con razón, cada vez más inseguro, debido a un alto desempleo y a una disminución de la protección social. De ahí que la distancia entre los establishments políticos y mediáticos europeos y las clases populares está incrementándose enormemente, siendo los partidos socialdemócratas los más afectados por este distanciamiento, pues sus bases electorales se sienten abandonadas por sus élites dirigentes, que han adquirido (en muchos de ellos) el posicionamiento socioliberal, responsable del empobrecimiento del modelo social europeo.

Lo que se requiere es un cambio muy sustancial en la construcción de Europa, con una recuperación del modelo social (con el establecimiento de derechos sociales como condición de pertenencia a la UE); el desarrollo de un marco europeo de negociación colectiva; el desarrollo de políticas expansivas (con un mayor presupuesto europeo), y el establecimiento del estímulo de crecimiento económico como objetivo del Banco Central Europeo (con mayor rendición de cuentas al Parlamento Europeo) y mayor coordinación económica, con armonización de las políticas fiscales (que debiera incluir un impuesto europeo sobre las empresas); medidas todas ellas en dirección opuesta a las sugeridas por el socioliberalismo de Blair. Puede parecer paradójico, pero para salvar a Europa se requiere más Europa, lo cual no quiere decir un aumento en el número de sus miembros, sino una mayor expansión y profundización de su dimensión política y social.


jueves, 14 de julio de 2005

La hora de mostrar el cuerpo

"También, debemos recordar una idea fundamental y muy fácil de comprender: hay que hacer ejercicio y, si es necesario, debemos acudir a un experto en nutrición, pero, además, hay que cuidar el ámbito intelectual y el de los afectos: hay que leer, hay que estudiar, hay que pensar y hay que amar".

Enseña el ombligo! Perdón, no lo digo yo, nos lo dice una marca de yogures. Desde hace tiempo estamos asistiendo a un bombardeo que no cesa: ¿adelgaza y reafirma tu abdomen! ¿Vientre firme en tres semanas! Además, nos enseñan «un programa de choque para una silueta perfecta» y, por otro lado, nos hablan de «correctores antienvejecimiento».

La explicación es sencilla: hay que lograr un cuerpo "perfecto" en muy poco tiempo; estamos en verano y tenemos que desnudarnos. Vamos a ser examinados por la mirada implacable de conocidos y de extraños. Tenemos que enfrentarnos a un juicio público y, también, a otro juez implacable: nuestra propia conciencia nos reprenderá si nos hemos descuidado, si hemos caído en la tentación. Lo advierten por todos los lados: la prueba del espejo y del traje de baño son especialmente duras.

No podemos escondernos, hay que desnudarse. No hay manera de tapar nuestros "defectos". Nuestro pecado de no cumplir con la sagrada norma de la estética dominante quedará en evidencia. El delito de haber infringido el código que prescribe sobre el aspecto físico será descubierto. Cuando se realice el análisis comparativo de nuestro cuerpo con el de los vecinos estaremos en evidencia.

La gran meta es, por tanto, conseguir un cuerpo delgado, firme, alto y joven. Para lograr ese sueño los recursos son múltiples, que nadie se queje: por una parte, usted puede hacer ejercicio físico (los gimnasios se llenan y los parques y paseos se ven invadidos por una procesión de corredores que, haciendo penitencia, sudando, quieren llegar a estar entre los elegidos: los que poseen un cuerpo presentable), los más perezosos tienen la cómoda opción de cremas y parches anticelulíticos; se puede recurrir a laxantes, a dietas con las que se adelgaza sin pasar hambre y a mil productos bajos en calorías: refrescos, galletas, mermeladas, embutidos sin grasa...; también existen aparatos que mueven nuestros músculos mientras nosotros permanecemos cómodamente sentados viendo la televisión y fajas que hacen el efecto de una sauna. Si los remedios anteriores no son suficientes y los recursos económicos lo permiten, siempre es posible acudir a una clínica estética para someterse a una liposucción o a un aumento de pecho. Si usted no tiene el cuerpo soñado, el cuerpo que aparece en las páginas de las revistas, la culpa es suya: no se ha esforzado, ha incumplido la norma. El discurso estético imperante es cruel.

Detrás de ese discurso hay muchísimos intereses económicos. Que nadie lo dude, que nadie se engañe, a la maquinaria comercial no le interesa nuestro bienestar, sólo piensa en el negocio. Así, por un lado, nos anima a consumir mil productos que rompen con el ideal de una dieta equilibrada (refrescos azucarados, bollería industrial, patatas fritas, etc.) y nos alienta a permanecer sentados frente al televisor, y, por otro, nos vende la fórmula para que bajemos los kilos que hemos cogido con esos productos. Mucha gente vive de la producción y venta de esos estímulos contradictorios.

Nuestra relación con el cuerpo ha cambiado. En épocas pasadas el cuerpo se tapaba; la moral dominante censuraba el desnudo. El pecado y el delito del escándalo público obligaban a esconder gran parte de nuestro cuerpo. El estímulo sexual era un peligro y las relaciones sexuales debían mantenerse ocultas. El goce erótico constituía un peligro para el alma y para el orden social. El poder religioso y el poder civil vigilaban. Se trataba de reprimir al individuo, y es sabido que la represión sexual se relaciona con la inhibición política e intelectual (W. Reich). En la sociedad actual, en la sociedad occidental, capitalista, de consumo de masas, secularizada, con libertad política y con pluralismo moral, se acaban las viejas prohibiciones respecto al cuerpo: lo podemos mostrar sin recato, podemos gozar de él. En la sociedad hedonista disfrutar del cuerpo es lo correcto. El narcisismo también está por todos los lados.

Pero la realidad no es tan sencilla, junto a la recobrada libertad para disponer de nuestro cuerpo, se alza una obligación social: el cuerpo debe ajustarse a un determinado canon estético. No vale cualquier cuerpo. El que no cumple con la norma social, el que no reúne las medidas, el que tiene que recurrir a 'tallas especiales' es señalado con cierto desprecio o compasión. En muchas ocasiones, la libertad, la pluralidad y el respeto al cuerpo "diferente" no se encuentra. La presión para dar la talla, para mostrar el vientre plano es muy fuerte. La obesidad se convierte en un estigma social.

En la sociedad de la apariencia, el individuo que logra presentarse ante los demás con la silueta prescrita por la norma social no sólo tendrá una mayor atractivo sexual, sino que en el conjunto de las relaciones sociales será apreciado, envidiado, mirado con respecto. Su cuerpo habla por él: tiene éxito. Un buen cuerpo es un valor que se cotiza en el mercado de trabajo; en los procesos de selección de personal el aspecto físico cada día se tiene más en cuenta, y no sólo para los trabajos de cara al público (la discriminación laboral de personas obesas ya ha sido denunciada). Al mismo tiempo la sociedad cada vez es más intransigente con las personas gordas, con los bajos e incluso con los ancianos.

La represión del cuerpo por parte de los poderes se ha sustituido por la mirada acusadora de quienes nos observan cuando paseamos por la orilla de la playa y por la demoledora respuesta del dependiente de los grandes almacenes: «no tenemos talla para usted. Le aconsejo que vaya a una sección de tallas especiales». Nos hemos liberado de la represión del cuerpo y hemos caído en sacralizar lo físico. El cuidado del cuerpo ha derivado en culto, en adoración. El valor de la pureza del alma se ha sustituido por la pureza del cuerpo. Los santos a imitar son la modelo de la pasarela y el jugador de fútbol David Beckham; las virtudes que ellos representan son: las medidas perfectas, la potencia física, la belleza, la salud.

Aclaremos las cosas. Nadie discute que es bueno cuidar el cuerpo, lo contrario sería una estupidez. Si hacemos ejercicio y tenemos una dieta equilibrada estaremos más sanos. Atender a nuestra higiene es una pauta de comportamiento elemental. Preocuparnos por nuestro físico y por la imagen exterior que presentamos a los demás es algo natural: todos necesitamos ser aceptados, todos queremos gustar. El problema se encuentra en la medida. Por definición, el exceso es negativo. La obsesión por el físico es tan perjudicial como olvidarnos de su cuidado (la prueba más dramática aparece con los enfermos de anorexia y bulimia). También, debemos recordar una idea fundamental y muy fácil de comprender: hay que hacer ejercicio y, si es necesario, debemos acudir a un experto en nutrición, pero, además, hay que cuidar el ámbito intelectual y el de los afectos: hay que leer, hay que estudiar, hay que pensar y hay que amar. El sentido común también nos dice que debemos cuidar a nuestros amigos y preocuparnos por nuestros semejantes. Por supuesto, hay que prestar atención a los problemas sociales, políticos y económicos. Tampoco podemos olvidarnos del planeta que nos sostiene y que tan mal tratamos. En definitiva, está bien que cuidemos nuestra imagen externa, pero somos mucho más que un cuerpo. Es decir, uno puede ser guapo y a la vez idiota y egoísta.

JUAN CARLOS ZUBIETA IRÚN/TALLER DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE CANTABRIA


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viernes, 8 de julio de 2005

Perdonen que no me levante


Perdonen que no me levante. Les digo así, como reza en el epitafio que preside la tumba de Groucho Marx, porque yo soy un muerto. Sí.

Sí. Lo que ustedes oyen. ¿Qué pasa? ¿No me creen? Acérquense. No tengan miedo. No hay por qué temer a lo que no pertenece a este mundo. Si les hace falta toquen mi piel. ¿Lo notan? Es hueca y pálida como una nube y tan fría como la nieve. ¿Lo perciben?

Pero no se preocupen por mí, estoy tan bien que no quiero ni que dios me resucite. ¿Volver a padecer lo que he sufrido? ¡Ni hablar! Además, ustedes no tienen ni puñetera idea de lo que es ésto. El verdadero alcance de la muerte sólo podemos sentirlo quienes estamos aquí, del otro lado del reloj, como almas en pena esperando que se termine de una vez para siempre la eternidad, en medio de esta calma, de este asombro, de esta silenciosa y absurda detención del tiempo.

Hay quien dice que la muerte es una salvajada, sobre todo cuando es inesperada, como si uno no la esperara y se pasara la vida mirando hacia otra parte, sin echar una mirada al frente, al futuro, al destino. Pero yo, ahora puedo decirles que se equivocan, que no hay tal salvajada. La muerte es simplemente una raya que se traza al final de la vida, una manera distinta de perder de vista el horizonte o simplemente una forma de dormir sin sueños. Hay también quien piensa que es un largo viaje, y está en lo cierto, pero en un autobús lleno de gusanos que en cuanto te subes te agujerean los huesos.

Quienes dicen que morir es cruzar el misterioso umbral de lo desconocido y entrar en la zona más oscura del universo, tienen toda la razón. Aquí no hay luz. Vamos, por haber no hay ni una mísera bombilla. Esto es como la quiebra de una compañía eléctrica en medio de una soledad infinita de vértigo y silencio. Llevan toda la razón los que aseguran que se llega aquí a través de un túnel, pero de luminoso, nada.

Cuando te llega la hora o te la hacen llegar, te deshaces de todos los bienes materiales, te tumbas en la cama o en el suelo y ¡zás!, ya no te levantas más. La muerte es lo vacío, lo negro, lo desnudo, una sombra vaga en un cristal oscuro que te atrapa entre sus suaves alas y te da un abrazo que dura toda la eternidad. La muerte es un naufragio en el que se echa la vida por la borda y se fondea el barco en lo más profundo del océano.

Pero ¿saben lo que más coraje me da?. Pues, verlos a ustedes vivos. Sí. A ustedes que son los que me han matado, los que me han asesinado, aunque solamente hayan participado en el crimen por omisión de sus deberes humanitarios. Sí. Sí. Yo soy el muerto aquél que los generales arrojaron vivo al mar desde un avión sin ninguna compasión, un desaparecido más de los tantos que hubo en la famosa caravana de la muerte, en Chile, en Argentina, o en las cárceles franquistas.... El muerto aquél afgano o de cualquier nacionalidad que no pudo llegar a adolescente porque se murió de asco, de hambre y de miseria tirado en cualquier punto remoto del planeta, mientras ustedes se ponían ciegos de caviar y de langosta. El muerto aquél al que los terroristas se llevaron por delante con sus bombas o el mismo al que un gobernador medio loco, con delirios de grandeza, sentó en la silla eléctrica, revelando así la calidad de sus buenos y tiernos sentimientos ciudadanos.

Sí. Sepan ustedes que me da coraje verlos ahí, en la cama esperando tranquilamente, como esperó Franco el manto de la Virgen del Pilar y la bendición apostólica. Y si en alguna parte sucede que existe dios, pues yo aquí nunca lo he visto, le pido con todas las fuerzas que me quedan en el alma, que cuando a ustedes los políticos, los generales, los terroristas, los sinvergüenzas, les termine por llegar la hora, se los lleve derechito al cielo de una vez para siempre. ¡No vaya a ser que vengan ustedes aquí, a este dulce oasis de la nada en el que yo me encuentro, a tratar de joderme otra vez eternamente!

Fernando Luis Pérez Poza. Pontevedra. España.



volver al duende de los extravios.

domingo, 3 de julio de 2005

En junio no salga sin el abrigo

Lo que va de un hemisferio a otro. Mientras España suda, Argentina se congela. Las nevadas bloquean miles de camiones en los Andes, la gripe vacía pupitres en escuelas y, por supuesto, nadie sale a la calle sin abrigo.


El 21 de junio, el día más corto y oscuro del año, hubo temperaturas de 4 grados centígrados, algo habitual en estas fechas. Por el día, bufandas, gorros y abrigos llenan las calles de las ciudades, colegios y farmacias registran ausencias debido a una gripe especialmente agresiva este año mientras que las farmacias "hacen el enero" vendiendo jarabes y pastillas antigripales. Pero no todo son malas noticias, y ya muchos están deseando que llegue julio para volar a las estaciones de esquí donde la nieve se acumula.

¿El mundo al revés? No, o tal vez sí, estamos en Argentina. Simplemente, la vida en el hemisferio sur depara estas sorpresas en el calendario y, mientras en España se habla de sequía, peligros de la exposición al sol y la inevitable historia del peligro de contraer hongos en las piscinas si no se usa el calzado adecuado, los argentinos se preocupan de los problemas energéticos provocados por la demanda de combustible para las calefacciones en un invierno muy duro en algunas zonas.

Y es que, a pesar de que las previsiones subrayen que Buenos Aires mantendrá su media habitual en torno a los 10 grados durante julio y agosto, en el centro y sur del país las temperaturas registradas históricamente han descendido y el nivel de lluvias se ha incrementado, lo que ha provocado problemas de suministro en empresas y particulares en diversas zonas del país. La cosa no está para bromas. El pasado martes la empresa Gas Natural BAN -participada por la española Gas Natural- convocaba una reunión de emergencia para tratar de atajar cuanto antes los problemas derivados del desfase generado entre oferta y demanda. En el sur argentino se han producido restricciones y cortes debidos a diversos incidentes que, según recoge la prensa, han dejado sin luz al 70% a la localidad de Río Gallegos durante varios días.

Además de incomodidades, el mal tiempo también está provocando tragedias. Durante 13 días consecutivos más de 2.500 camiones de gran tonelaje han quedado bloqueados en el acceso a la cordillera de los Andes cuando trataban de cruzar a Chile a causa de las fuertes nevadas. Los camioneros al principio se lo tomaron con filosofía y combatieron el frío organizando parrilladas y cantando, pero poco a poco el cansancio de una situación que parecía no resolverse comenzó a hacer mella. El pasado miércoles fallecía Carlos Pereyra Chávez, un conductor brasileño de 47 años que moría en la cabina de su camión de un infarto mientras aguardaba a que el vehículo fuera desbloqueado. Los médicos apuntaron a que la hipotermia y la ausencia de oxígeno debido a la altura pudieron influir fatalmente en su sistema circulatorio. Entonces muchos se acordaron de que pocas semanas antes, al otro lado de la cordillera, unos 500 soldados chilenos fueron sorprendidos por una tormenta de nieve como no se había visto otra desde hacía tres décadas y 41 militares se perdieron y murieron congelados. Como siempre ocurre en la vida, lo que para unos son dificultades, para otros son ventajas. La temporada de esquí se ha inaugurado hace apenas diez días con unas expectativas como hacía años que no se veían. La combinación de alojamientos de calidad, kilómetros y kilómetros de zonas esquiables de nieve virgen y, sobre todo, unos precios muy competitivos, han colocado a Argentina como una alternativa sólida al veraneo de europeos y estadounidenses, pero no para ir a la playa, sino para esquiar. ¿El mundo al revés? Tal vez. Este corresponsal todavía no ha logrado comprobar aquello de que el agua gira el revés en los sumideros del hemisferio sur, como nos contaban en el colegio, pero lo de salir a la calle con el abrigo a las puertas de julio (que será aún más frío) causa cierta desorientación. "Eso no es nada", apunta un colega, "espera unos meses a comerte el turrón y los mazapanes a 30 grados".

JORGE MARIRRODRIGAEL PAÍS - Internacional - 26-06-2005

jueves, 30 de junio de 2005

Para Savater


Rafael Sánchez Ferlosio
EL PAÍS - Opinión - 30-06-2005

Carta al Director contestando al anterior artículo de Savater, "el exceso moral", más que contestación es un inestimable complemento, pocas veces se puede observar este tipo de cruce de artículos , dialogantes y de gran erudición.

En vez de despachar a la Iglesia católica con un sarcasmo barato ("que vive sobre todo de la gestión de bautizos, bodas y entierros"), bien podría haber criticado lo verdaderamente resonante de su intervención en la cuestión de las leyes estatales para nuevos matrimonios: el intento de incoar entre los católicos con atribuciones administrativas concernientes al caso (alcaldes, etcétera) una especie de "objeción de conciencia obligatoria". Ya sé que "obligatoria" implicaría aquí una contradictio in adjecto, y lo pongo en cursiva -o sea con reservas- para no ser arbitrario, porque la jerga eclesiástica se ha vuelto hoy tan viscosamente equívoca que, en lugar de "decir", "deja caer". Antaño, por lo menos, cuando el populismo no lo había llevado del todo hasta la afasia, el lenguaje de la Iglesia hacía gala de hermosas distinciones, como aquellas que especificaba si una opción determinada era "de precepto" o era "de consejo". Me parece que la idea de "objeción de conciencia" connota más bien una opción "de consejo", que en nuestro caso podría formularse así: "No prohíbo a los alcaldes católicos que ejerzan la función legal de administrar el matrimonio civil entre personas del mismo sexo (que, por lo demás, para la Iglesia es nulo y ninguno como cualquier otro matrimonio civil), tan sólo quiero, paternalmente, advertirles de lo imprudente y hasta peligroso que el hacer extensivas sus atribuciones administrativas a semejante práctica podría resultar para sus conciencias, la salvación de sus almas y la ejemplaridad entre los creyentes". Si la opción fuese, en cambio "de precepto", comportaría, a mi entender, una prohibición moral cruda y desnuda -cuya infracción sería, sin más, pecado-, y, en modo alguno, podría ser objeto de un trance como el que suele llamarse "objeción de conciencia", al menos en el significado y el sentido en que yo intento interpretar todo el asunto, pues, por muy gratamente que resuene en cualquier buen oído castellano la pareja de términos "de precepto" y "de consejo", su contraposición conceptual no deja de adolecer, llevada al límite, de un toque de la tradicional y venerable logomaquia fundacional del cristianismo.Comoquiera que sea, Fernando Savater -cuyo artículo El exceso moral (EL PAÍS, 27-6-2005) es el objeto de esta carta-, tan contumaz apasionado de "la sociedad laica de garantías y libertades", bien podría haberse acordado de mejores tiempos, en los que nada menos que la Iglesia dogmática anticipaba argumentos válidos contra la actitud de la actual Iglesia del populismo publicitario. Así, del memorable pasaje de la Summa theologica (Secunda secundae, Quaest. X, Art. X), en las cuatro frases que empiezan: 1. "Alio modo possumus...", 2. "Ubi considerandum...", 3. "Ius autem diuinum..." y 4. "Ideo distinctio...", donde Santo Tomás de Aquino prefiguraba ya la separación de la Iglesia y el Estado; o, más ceñidamente a nuestro asunto, de Francisco de Vitoria, cuando admite que la deontología contractual prevalezca sobre la conciencia moral del funcionario y nada menos que con el ejemplo del verdugo: "No puede admitirse que si el verdugo duda de la justicia de la sentencia del juez dude también de si le es lícito ejecutarla, sino que, por el contrario, está obligado a hacerlo". A mí no me entusiasma la "sociedad contractual", porque la subordinación de la conciencia personal a la deontología comporta una evidente capitidisminución moral de los sujetos, pero hay que entender los motivos de Vitoria, porque el ejemplo del verdugo está puesto para discurrir sobre el deber moral de los soldados -o sea sobre lo primero que hoy se ha llamado "objeción de conciencia"-, y su buen deseo no era probablemente otro que el de aliviar las conciencias de tantos infelices como los que en su tiempo se veían obligados a tomar las armas. Sea como fuere, Vitoria se anticipaba, respecto del Estado, a la pintoresca fórmula últimamente ofrecida por el nuevo Papa: el "sano laicismo". No menos pintoresco resulta que a las derechas españolas les hayan fallado de pronto y simultáneamente sus dos máximos mentores: el Vaticano y la Casa Blanca; el primero con la dicha recomendación, y la segunda con la revelación de que lleva algún tiempo "hablando con terroristas". ¡Qué horror, querido Fernando!

El exceso moral

Uno de los peores tópicos de la ideología reaccionaria actual (a veces disfrazada de contrariado izquierdismo) es el que postula una grave crisis de valores éticos y toca a rebato para movilizar en su defensa. El diagnóstico es fraudulento, pero valioso sin duda como síntoma... aunque no de una pugna moral sino política. Porque uno de los retos políticos que tienen nuestras democracias es la institucionalización efectiva del pluralismo moral. Este pluralismo es difícil o imposible de asumir por los integristas y fanáticos de toda laya, pero también por quienes no tiene más moral que la rutina tradicional. Dentro de una sociedad democrática, las opciones morales o religiosas son derechos privados que pueden aspirar a manifestación pública... en convivencia con otras semejantes. Por el contrario, los intransigentes las consideran no derechos sino deberes, cuya imposición es inexcusable para todos so pena de catástrofe de la decencia civilizada. Es interesante subrayar que esta postura no sólo la adoptan los creyentes más aguerridos sino también quienes jamás reflexionan sobre problemas morales y no quieren que las circunstancias sociales o los cambios históricos les impongan tan fatigoso ejercicio. Gran parte de los que más vociferan sobre la crisis de los valores lo que pretenden defender es la comodidad autocomplaciente que les evita cuestionarlos, razonarlos o mantenerlos con esfuerzo propio frente a otros también respetables.
Porque en la sociedad laica de garantías y libertades que es la democracia occidental (los que prefieran un modelo más piadoso pueden acogerse a la ortodoxia de Arabia Saudí), la cuestión de la vida buena -moralmente deseable- siempre permanece abierta al libre debate y nunca alcanzará la unanimidad del eterno acuerdo sino, en el mejor de los casos, la habitable transitoriedad del desacuerdo razonable. Precisamente son las leyes civiles, distintas de las normas o preceptos morales, las que delimitarán el campo social dentro del cual podrá jugarse lícitamente la partida pluralista. Supongo que cualquiera que se denomine "liberal" en un sentido no estrictamente predatorio del término debería suscribir este elemental punto de vista pero en España vivimos de sorpresa en sorpresa. Y en los Estados Unidos de hoy, desafortunado modelo de tantos, para qué hablar: sobre este tema conviene leer Moral Politics: How liberal and conservative thinks (University Chicago Press), la obra principal de Georges Lakoff, que fue -sin que la fuerza realmente le acompañase- el mentor ideológico de la campaña demócrata de Kerry a la elección presidencial. En un punto es realmente importante el libro de Lakoff: convierte el tema de la familia en el principal campo de batalla entre los dos grandes partidos. Es decir, la familia de modelo tradicional, centrada en la autoridad del páter familias, frente a la familia asistencial del cuidado mutuo y la complementariedad en acelerada transformación social. Lo que ocurre es que en EE UU son liberales los no conservadores y conservadores los no liberales, mientras que en España lo que más abundan son los liberales en conserva. Y así la confusión sigue aumentando...
Ejemplo de lo cual se ha visto recientemente en la manifestación de Madrid contra la ley que autoriza el matrimonio entre homosexuales, denominada "En defensa de la familia". Como sabe cualquiera que se haya interesado algo por cuestiones antropológicas, tipos de familia ha habido muchos a lo largo del tiempo y a lo ancho del espacio. Y todos, hasta los más raros, compatibles con la humanidad de nuestra especie. Es lógico que la Iglesia Católica -que vive sobre todo de la gestión de bautizos, bodas y entierros- haga aspavientos si cree que van a alterar la parcela que administra desde hace tanto con astuta alternancia de tiranía y paternalismo. Pero el resto del personal sabe muy bien que los cambios en la estructura familiar provienen sobre todo de la incorporación de la mujer al mercado laboral, de las medidas de control de natalidad, del divorcio y del precio de la vivienda (que influye en su decreciente tamaño), no de las reivindicaciones de los homosexuales. No tiene por qué considerarse un atentado contra la familia el reconocimiento legal de nuevas formas de convivencia que convienen a bastantes (con sus correspondientes efectos económicos y jurídicos) sin menoscabar los derechos de nadie. Para evitar malentendidos, hubiera sido deseable no llamar "matrimonio" (que es la denominación que recibe la familia formada por una pareja de distinto sexo) a las que legítimamente quieren constituir las del mismo sexo. Invocar la igualdad de derechos en este campo es una tontería, porque las condiciones desiguales permiten derechos específicos para cada una: el de pasar revisiones ginecológicas periódicas, por ejemplo, corresponde a las mujeres pero no a los varones. A ver si después de tanto cacareo sobre el respeto a la diferencia ahora va a resultar que hay que anularla por vía institucional...
El erotismo humano es -afortunadamente- diverso y complejo: las relaciones homosexuales forman parte de él y su condena no proviene de la moral sino de la negra superstición, que odia y/o teme cuantos placeres no comparte. Pero la procreación no es un juego erótico sino un proceso natural que implica hembra y varón. Decir que tener padre y madre puede ser sustituido por tener dos papás o dos mamás es una sandez del mismo calibre que sostener que pueden tenerse dos pies izquierdos o dos pies derechos sin que el caminar se resienta en lo más mínimo. Como muchos hijos de padre y madre los pierden demasiado pronto, o son abandonados por ellos, pueden ser criados por personas bondadosas (solas o en parejas del mismo sexo) que se hagan cargo afectivo de ellos. Para determinar qué personas son aptas para tales adopciones, las preferencias eróticas son perfectamente irrelevantes porque no determinan el comportamiento decente o indecente de nadie: abundan los heterosexuales capaces de violar a las propias hijas y los homosexuales pudibundos hasta la gazmoñería, crea lo que creyere el profesor Polaino (con quien por cierto tuve ya un debate en televisión sobre este tema hace más de una década: no sé cómo me las arreglo para comerme siempre las primicias de estos frutos del bosque...). Pero a mi juicio nadie tiene derecho a programar y fabricar huérfanos en probeta para complacer a solteros o parejas de igual sexo. No sé (nadie sabe) si los niños crecen peor, mejor o igual sin padres que con padres, pero de lo que estoy seguro es de que nadie tiene derecho de privar a un semejante de su filiación azarosa en la trama intersexual. Si esto es un prejuicio, lo asumo como tal y estoy dispuesto razonadamente a sostenerlo... aunque no saldré a la calle en compañía de turbios nigromantes para que se me confunda con su parroquia.
En un estudio de interés desigual pero de ambición conjunta estimable, El pánico moral (Ed.Grasset), Ruwen Ogien propone los siguientes tres principios de ética mínima: 1) principio de consideración igual, que pide conceder el mismo valor a la voz o los intereses de cada cual; 2) principio de neutralidad respecto a las concepciones de bien personal; 3) principio de intervención limitada en caso de daños flagrantes causados a otro. Aunque a mi juicio 1 y 2 son casi equivalentes, me parece un posible programa reductor para abreviar los daños de la grandilocuencia moral. El abuso moralizante puede convertirse en un serio enemigo de las libertades y garantías en nuestras democracias. En Estados Unidos, paraíso de la silicona y los escotes vertiginosos, abundan las denuncias por "inmoralidad" contra mujeres que amamantan a sus hijos en público (una de ellas, con gracia certera, repuso que no tenía la culpa de que algunos confundiesen la función con la forma). Por supuesto en la teocracia saudí se prohíbe conducir vehículos a la mujer también con argumentaciones pseudoéticas: las pobres no tienen coche y las ricas envían a sus criados a la compra y sólo utilizarían el auto para flirtear y crear atascos... Limitemos los excesos morales cuanto se pueda, tanto los de quienes ven por todas partes atentados contra lo más santo como los de los entusiastas que convierten la consecución de cualquier capricho en un alto logro de la civilización progresista. Y recordemos al viejo erasmista que hace cinco siglos recomendaba: "En lo necesario, unidad; en lo no necesario, pluralismo; y siempre, caridad".

Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid
EL PAÍS - Opinión - 27-06-2005

lunes, 27 de junio de 2005

Guantánamo territorio sin ley


Guantánamo es "la base naval más antigua de todas las de EE UU en el extranjero, y la única en un país comunista", como dice su página web oficial. EE UU se estableció allí en 1898, tras la guerra con España, y en 1903 firmó el acuerdo que consagró a perpetuidad su presencia, salvo por decisión conjunta de La Habana y Washington. Pero Guantánamo es hoy más que eso: es uno de los puntos fuertes de fricción entre EE UU y la mayor parte de la comunidad internacional. Más aún: Gitmo -la abreviatura en la que ha quedado su larga y complicada pronunciación- es también un factor de choque entre el poder judicial y el ejecutivo en Washington y un motivo de enfrentamiento en el Congreso.

En plena polémica tras la información de Newsweek sobre presuntas profanaciones del Corán en Guantánamo y la presión de varios congresistas a favor de desmantelar las instalaciones, Cheney descartó el cierre y dijo que los prisioneros reciben "bastante mejor trato" que el que tendrían bajo cualquier otro Gobierno y que la información que se ha obtenido de ellos ha sido y es muy útil. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo que no estaba al tanto de ningún debate sobre el futuro de la prisión, pero George W. Bush introdujo un matiz: "Estamos explorando todas las alternativas sobre cómo llevar mejor a cabo el objetivo fundamental, que es proteger a EE UU".

"Yo creo que la Administración se ha colocado en un callejón sin salida. Me da la impresión de que especialmente el vicepresidente se ha propuesto no ceder ante la presión que existe y casi ha hecho una cuestión de principio", dice José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, que cree que "el proyecto Guantánamo no es viable. Como dirían las instituciones financieras, no es sustentable. Es cuestión de tiempo: no van a dar su brazo a torcer en los próximos días, semanas o meses, pero este proyecto no es sustentable".

"El debate no es el del cierre", dice Michael O'Hanlon, de la Brookings Institution. "No necesitamos cerrar Guantánamo. Los problemas que plantea esa cárcel pueden surgir en cualquier lugar, así que no estoy muy seguro de que ganemos nada con el cierre". En otro sentido, Rumsfeld coincide: "El auténtico problema no es Guantánamo. El problema es que, en buena medida, nos movemos en un territorio inexplorado en esta lucha compleja y no convencional contra el extremismo".

Si el asunto no es el cierre, ¿qué hay que hacer? "Mejorar la transparencia del proceso independiente de revisión en curso, incluso aunque se haga en el seno del Departamento de Defensa, para que se le garantice a la gente un juicio justo incluso en tiempos de guerra". En otras palabras, añade O'Hanlon, "hacer el máximo esfuerzo para evitar detenciones de inocentes y asegurar que todos los detenidos son tratados correctamente. Y hacerlo de la forma más visible y transparente posible".

Como tantos otros debates en EE UU después del 11-S, el de Guantánamo -en realidad, el debate sobre qué hacer con los nuevos enemigos- ha estado dormido durante una larga temporada. El choque emocional de los atentados, las guerras de Afganistán e Irak y el perfil de George W. Bush como presidente de guerra galvanizaron a la opinión pública y difuminaron la oposición demócrata y el papel de los medios. El Gobierno definió a los terroristas de Al Qaeda como "combatientes enemigos ilegales" (por tanto, razonó, no necesariamente sujetos a lo que estipula la Convención de Ginebra sobre los prisioneros de guerra). Para completar, se agrupó a estos "combatientes ilegales" en la prisión de la base de Guantánamo, que antes había alojado a refugiados cubanos y haitianos. Como la soberanía de Guantánamo reside en última instancia en Cuba, el Gobierno creyó haber encontrado una solución: los detenidos no están en territorio norteamericano, con lo que en ningún caso disfrutan de los derechos constitucionales que tendrían en EE UU. A partir de 2002, el Pentágono trasladó a tres centros de detención de la base a cientos de prisioneros desde Afganistán y otros lugares.




Tribunal Supremo
Pero el Tribunal Supremo echó por tierra el argumento hace un año, en el fallo del caso Rasul versus Bush: los presos de Guantánamo, dijo el organismo, que funciona como un tribunal constitucional, deben tener acceso a los tribunales estadounidenses, porque EE UU controla la base. El 9 de noviembre, el juez James Robertson dio un paso más: si se quiere definir a los detenidos como "combatientes enemigos", hay que poner en pie tribunales para que decidan sobre su situación; "el Gobierno ha abusado de su autoridad al declararles enemigos y negarles la posibilidad de acceder a las pruebas que debería haber contra ellos". La situación actual es de compás de espera de la revisión judicial de los procedimientos.

"Guantánamo nace del subterfugio de afirmar que no es territorio norteamericano, pero la intención es retener a los presos indefinida y arbitrariamente, sin responder a ninguna autoridad interna ni internacional y al margen del control judicial", sintetiza Vivanco, para el que, una vez desautorizada judicialmente la teoría de la excepcionalidad, "el tema no tiene misterios: si se trata de combatientes de una fuerza regular que lucha contra EE UU o cualquier Estado, cae en lo previsto en las Convenciones de Ginebra para conflictos armados y prisioneros de guerra. Y si se trata de miembros de Al Qaeda, la propia Ginebra dice que en caso de duda, un tribunal independiente debe decidir con la mayor celeridad la condición jurídica de esas personas". En otras palabras, "si cometieron crímenes de guerra o pertenecieron a células terroristas responsables de hechos atroces, hay que procesarlos: acumular las pruebas, garantizarles un juicio justo y llevarlos a un tribunal. Si sólo se les puede atribuir haber pertenecido a una fuerza irregular armada, sin pruebas de participación en un crimen de guerra, Ginebra establece que deben ser puestos en libertad tan pronto como cesen las hostilidades. Y las hostilidades han cesado en Afganistán".

Desde el 11 de enero de 2002 y según datos del Departamento de Defensa, 234 prisioneros han sido puestos en libertad y 520 -pertenecientes a más de 40 países- siguen encerrados. El coste de las instalaciones construidas supera los 100 millones de dólares y el presupuesto anual de funcionamiento oscila entre 90 y 95 millones. Y a pesar de las decisiones judiciales y de la polémica, el pasado 16 de junio el Pentágono anunció que una empresa perteneciente al conglomerado Halliburton construirá un nuevo centro para reclusos de 30 millones de dólares.

Sitio lógico
Stuart Taylor, un experto constitucional que conoce muy bien el Tribunal Supremo, dice sí a Guantánamo, pero con garantías. "Yo no creo que tenga mucho sentido cerrar la cárcel de la base, porque algunos de los prisioneros son aparentemente terroristas y potenciales asesinos que no deberían ser puestos en libertad, aunque será difícil probar su culpabilidad. Si tienen que estar encarcelados en alguna parte, Guantánamo es un sitio lógico". Por otra parte, continúa, "creo que hay que dar a los presos mayores garantías procesales, incluyendo abogados, para evitar que se clasifique erróneamente como 'combatientes enemigos' a gente que podrían ser civiles inocentes. Y pienso también que el Gobierno tiene que vigilar mucho más para que los presos sean tratados humanamente, tiene que demostrárselo al mundo y tiene que dar respuestas mucho más creíbles a las frecuentes acusaciones de trato inhumano".

"La cuestión no es si están bien o mal, aunque sea muy importante; estoy seguro de que, en líneas generales, están bien tratados. La cuestión es por qué están ahí, de qué se les acusa", dice un observador europeo en Washington, que evoca la resolución del Europarlamento en la que se dice que Guantánamo supone "un profundo desacuerdo" con EE UU que "genera tensiones en las relaciones transatlánticas". "Es algo que alimenta el antiamericanismo y complica la vida a los atlantistas europeos. La cuestión no es si esta gente debe estar en la cárcel o no; me parece obvio que sí deben estar. Yo no dudo de que hayan hecho barbaridades, pero la cuestión es que les acusen, les juzguen y les condenen, y que tengan un mínimo de derechos. Si se les considera soldados, ya hay esos derechos; si se considera que no, que se creen otras normas". El mismo observador cree que se podría aceptar el reto lanzado el lunes por Bush e ir a Guantánamo: "Puede ir un grupo de eurodiputados, alguien del equipo de Javier Solana, un representante de la Comisión... ¿por qué no aceptar el guante?".

Taylor dice que hay dos clases de combatientes enemigos: "Los ilegales y los prisioneros de guerra. Ambos están protegidos por Ginebra y por la Convención contra la Tortura, pero algunos de los detenidos en Guantánamo son especiales, y ahí el Gobierno tiene razón; por otra parte, puede haber civiles encarcelados por error". Por eso, añade, "he criticado el arrogante rechazo del Gobierno de reconocer esta posibilidad o, hasta la decisión del Supremo, de proporcionar asistencia a estos detenidos".

Sólo parte de los estadounidenses están preocupados por el debate. El Centro Pew dice que la mitad de la población ha oído hablar de malos tratos a prisioneros, y que dos tercios creen que se trata de incidentes aislados. Es la posición que refleja el senador republicano Jon Kyl: "Es importante lo que el resto del mundo piense de EE UU, pero es aún más importante que nos defendamos". Los detenidos "no están en un limbo legal; las leyes internacionales permiten a cualquier país detener a los combatientes enemigos mientras dura el conflicto, para que no maten a más y para obtener información útil". Para Kyl, las críticas sobre el Corán en Guantánamo "deben haber hecho que Osama Bin Laden se parta de la risa; nadie se ha preocupado mucho por los malos tratos de musulmanes a manos de otros musulmanes, como pasa cada día en Irak (...), y los presos en Guantánamo están bien tratados si se comparan con los occidentales capturados por terroristas en Irak, que suelen acabar decapitados".

Vivanco es relativamente optimista: "Las autoridades judiciales de EE UU no pueden permitir que los detenidos, en Guantánamo o donde sea, estén al arbitrio del poder ejecutivo y del poder militar, porque es un símbolo brutal del ejercicio del poder absoluto, el poder sin límites". Es cuestión de tiempo, dice, "porque, felizmente, aquí rige el Estado de derecho". Hay, además, una razón de eficacia: "Si se quiere tener autoridad moral para pedir cuentas -y es algo que yo aplaudo- a Rusia, a Egipto, a Siria o a Corea, no se puede socavar esa autoridad". El problema, añade, es que "por orgullo y porque están a la defensiva, tratan de retrasar todo". Otra poderosa razón para aplazar las reglas de juego claras para los detenidos "es que saben que será difícil que los casos pasen la prueba de los tribunales militares, y qué mejor ejemplo de lo que es una detención arbitraria que una corte militar no encuentre nada. Esos tribunales serán los principales aliados del respeto a los principios de Ginebra: sabemos -porque hemos hablado con ellos- que lo que más les importa a los militares americanos es que se erosione el principio del respeto a los prisioneros de guerra, porque ellos son la carne de cañón de mañana".

Un precio caro
Taylor entiende que el actual sistema tiene la ventaja de que "puede salvar vidas, al neutralizar a potenciales terroristas y obtener información útil que evite futuros atentados". Pero "es evidente que el sistema ha costado muy caro a EE UU: daña nuestra exigencia de que se cumplan los derechos humanos y nuestra imagen, y puede facilitar el reclutamiento de yihadistas para operaciones suicidas". Habría, concluye Taylor, "un montón de antiamericanismo xenófobo e hipócrita en Europa y en el mundo árabe incluso aunque el trato a los sospechosos de terrorismo hubiera sido impecable, pero es que, además, ha estado muy lejos de ser impecable. Y las comunicaciones modernas magnifican el impacto de ciertas cosas, incluso cuando sólo afectan a un pequeño porcentaje de presos y aunque los malos tratos no se puedan ni comparar con los que cometieron, en guerras anteriores, los que ahora critican a Estados Unidos".

Un debate estrangulado


EL MALTRATO A LOS PRESOS en Guantánamo, especialmente durante los dos primeros años, ha sido reflejado por la Cruz Roja Internacional, pero también por el FBI a partir de declaraciones de ex presos. El pasado jueves, expertos de la ONU dijeron que Washington no había respondido a su solicitud de ir a la base, y que tenían en su poder relatos de detenidos que aseguran haber sido sometidos a torturas. En varias ocasiones las autoridades estadounidenses han dicho que los militantes de Al Qaeda que quedan en libertad tienen esa consigna. Tras la publicación en Newsweek -luego rectificada- de que se había tirado un Corán por el retrete en Guantánamo, Defensa investigó y admitió varios casos -voluntarios e involuntarios- de trato incorrecto del libro sagrado musulmán y de humillaciones diversas a los presos. Poco después, Amnistía Internacional (AI) dijo que Guantánamo es "el gulag de nuestro tiempo".

Michael O'Hanlon, de la Brookings Institution y que fue miembro activo de AI, cree que es "un comentario equivocado, que enciende los ánimos contra EE UU y sus amigos y aliados, y perjudica a Amnistía y a sus objetivos en todo el mundo". José Miguel Vivanco, de Human Rights Watch, coincide en que "la analogía no es feliz" porque "en el gulag murieron deliberadamente cientos de miles de personas".

Pavel Litvinov, un disidente que sufrió la represión en la antigua URSS y recibió la ayuda de AI, escribió en The Washington Post que un responsable de Amnistía le pidió que apoyara la declaración. "¿No crees que hay una diferencia enorme entre el gulag y Guantánamo?", le dijo el ex disidente a su amigo. "Claro, pero es una manera de llamar la atención". Litvinov cree que hay que exigir a EE UU "un comportamiento acorde con la Constitución, la ley y las tradiciones" que impida "detener indefinidamente a gente sin darles garantías", pero que las palabras son importantes: "Al usar el término gulag se permite al Gobierno de Bush desestimar críticas justificadas y se socava la autoridad de Amnistía, una organización que vale demasiado como para que esté secuestrada por líderes políticamente sectarios".

Varios congresistas demócratas y algunos republicanos no necesitaron la semana pasada que nadie les llamara la atención. La situación "es causa de embarazo internacional para nuestro país y nuestros ideales", según el demócrata Patrick Lehay; Bush "no tiene credibilidad", según Joseph Biden; "en muchas partes del mundo no nos ven como la nación de Jefferson, Hamilton y Madison, sino como un país que aprisiona a gente sin juicio y les degrada y tortura", dijo Ted Kennedy; para el republicano Mel Martínez, igual que para John McCain, "Bush debe considerar el cierre de Guantánamo"; según su compañero Chuck Hagel, "EE UU está perdiendo la batalla de la imagen en el mundo".

Pero un exceso complicó el debate: el demócrata Richard Durbin dijo que si no fuera porque se trataba de un informe del FBI sobre Guantánamo, "podría uno creer que era algo hecho por los nazis, los soviéticos en sus gulags o regímenes enloquecidos como el de Pol Pot". La que se armó en días posteriores fue espectacular: "Un ataque premeditado y monstruoso contra los militares", dijo el tejano Tom DeLay, líder republicano en la Cámara. "Creo que es una vergüenza decir que hay hombres y mujeres en el Ejército que actúan así", aseguró Richard Daley, alcalde demócrata de Chicago y amigo de Durbin, que intentó una especie de disculpa inicial "por el malentendido". Pero la tormenta siguió y empeoró debido a la televisión por cable, la radio e Internet, con comentarios como éste, extraído de un blog: "Nueve millones de personas, incluidos seis millones de judíos, murieron en los campos de la muerte de Hitler; 2,7 millones murieron en los gulags de Stalin y 1,7 millones de camboyanos murieron cuando Pol Pot arrasó el país. Nadie ha muerto en Guantánamo. Que te jodan, Dick Durbin. A lo mejor tu familia debería acabar en un campo de concentración terrorista para que no hicieras esas comparaciones. ¿Por qué no te pudres en el infierno, hijo de puta?".

El pasado martes, Durbin, casi con lágrimas en los ojos y voz entrecortada, pidió perdón en el Senado. Aparte del chaparrón, el senador quizá tuvo acceso al sondeo de la firma Rasmussen en el que se dice que sólo el 20% de los norteamericanos cree que los presos de Guantánamo han sido tratados injustamente. Para el 36% reciben un trato "mejor del que merecen", y para el 34%, el trato es "correcto". Un 14% está de acuerdo con lo que dijo Durbin, y un 69%, en contra.

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domingo, 26 de junio de 2005

El profesor chiflado

Hace algunos años, no muchos, daba sus clases en la Universidad Central de Madrid un profesor de Psiquiatría llamado Antonio Vallejo Nájera, que, además, era coronel del Ejército y autor de una serie de libros en los que explicaba que el marxismo es una enfermedad mental y hereditaria, que las personas de izquierdas resultaban peligrosas como un virus, porque tendían a propagar ideas contra la moral y contra la sociedad, y que todo ello obligaba a separarlas del resto de los ciudadanos para eliminarlas o, como mínimo, aislarlas en centros especiales.

Ese cangrejo cerebral se llama eugenesia y es la madre del fascismo, pues sus teóricos y sus legionarios no persiguen otra cosa que la selección de la raza.

El doctor Gregorio Marañón, una de esas personas a las que en España se les ha otorgado, misteriosamente, el título de "liberal", defendía principios similares en algunas de sus obras, como, por ejemplo, en la titulada Amor, conveniencia y eugenesia, donde asegura que los débiles mentales o físicos deben ser apartados del resto de las personas, quizá para ser confinados en sanatorios o granjas especializadas, y llega incluso a proponer una estrategia: a los hombres que fueran declarados inútiles para el servicio militar se les debía prohibir, por ley, contraer matrimonio: así no engendrarían hijos endebles y la especie se iría haciendo, poco a poco, perfecta.

Ahora, otro catedrático o ex catedrático de la Complutense, de cuyo nombre no pienso acordarme, acaba de ir al Senado a decir que ser homosexual también es una enfermedad, generalmente inoculada, a lo largo de una infancia difícil, por padres "hostiles, violentos, alcohólicos o distantes" y madres "sobreprotectoras, frías, necesitadas de afecto y emocionalmente vacías". En ese ambiente, tras padecer "alrededor del treinta por ciento" de los futuros gays o lesbianas abusos sexuales que, en opinión del ponente, les provocan "depresiones graves, trastornos obsesivos, crisis de ansiedad, esquizofrenia y un narcisismo patológico", la mayor parte de ellos se lanzan a la "promiscuidad" y tienen tendencias suicidas.

Menudo problema para el PP, que fue el partido que llevó a este Sócrates a la Cámara alta, porque, siguiendo sus recomendaciones, da la impresión de que habría que prohibir la familia tradicional, ese foco infeccioso. Hay que ver.

Por lo demás, el discurso del nuevo eugenista coincide, punto por punto, con el de sus maestros. Él también cree que los homosexuales padecen, como lo padecían los marxistas imaginados por Vallejo Nájera, "fobia social"; y también cree que "se les puede ayudar con terapia reparativa". ¿Se refiere, tal vez, a que los homosexuales debieran ser recluidos en manicomios, como durante el franquismo, para aplicarles, entre otros remedios, curas a base de electrochoques? Algunos supervivientes de esos experimentos han contado en qué consistía aquella tortura disfrazada de medicina: mientras les aplicaban la descarga eléctrica, sus verdugos de bata blanca proyectaban en una pantalla la imagen de un joven hermoso; cuando cesaba el martirio, en la pantalla había una mujer. Supongo que en el caso de las lesbianas el tratamiento sería igual, sólo que al revés.

En realidad, lo preocupante de todo este asunto no son sus protagonistas principales, una gente con la que, como mucho, se podría filmar El profesor chiflado 3, sino el hecho de que hayan llegado a catedráticos. Porque imagínense sus clases en la facultad y el montón de chatarra que han debido meterle en la cabeza a sus alumnos. No olviden que ese nuevo cruce entre Sócrates y Cantinflas que el otro día habló en el Senado tiene otro libro en el que asegura que las posesiones diabólicas existen y recomienda que se recurra a exorcistas para liberar el alma de los poseídos. O sea, que más peligro para el PP: ¿Se imaginan si exorcizamos a Acebes y lo que se le saca de dentro es al cardenal Rouco? Menudo escándalo.

Pero ahora que estamos en época de exámenes, quizá todo esto nos debería hacer valorar la posibilidad de echarle también un vistazo a los profesores, que por ahí hay cabezas a las que habría que mirarles la fontanería. Eso sí, me apuesto a Zaplana contra Bono a que si Sócrates habla antes de la manifestación del otro día, la mitad de la gente se queda en casa. Es que las personas normales no somos así. BENJAMÍN PRADO.EL PAÍS - 23-06-2005


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jueves, 23 de junio de 2005

La familia, bien

Digan lo que digan, al clero siempre le saldrán mejor, mucho más lucidas, las procesiones que las manifestaciones; en eso y en algunas cosas más, como la obediencia debida, la disciplina estricta, la jerarquía irrebatible y el gusto por los uniformes de fantasía, los clérigos se parecen bastante a los militares, que también lucen mucho más en los desfiles y en las procesiones que en las algaradas y los pronunciamientos.
Cuánto mejor les hubiera quedado una procesión multitudinaria, encabezada por obispos y arzobispos en hábitos de gala, con sus mitras y sus báculos, sus capas de amplio vuelo y sus vestiduras recamadas, a prueba de rasgados, con sus estandartes y sus tronos, sus cornetas y sus tambores, con sus sacristanes y monaguillos luciendo fina lencería de encaje, con sus penitentes, sus cirios y sus cánticos. En mangas de clergyman y con gorrillas de béisbol, los obispos, monseñores y curas de tropa, con pancartas por estandartes y consignas por himnos, se diluyeron en la fervorosa grey para pasar inadvertidos, o ser percibidos como unos más entre los defensores de la familia, presuntamente amenazada, esa familia a la que renunciaron voluntariamente con sus votos de castidad y a la que sin embargo pretenden representar y someter a sus obsoletos y represivos preceptos.

La Iglesia católica precisa de pecadores a los que perdonar y, por tanto, no puede suprimir, abolir ni un solo pecado de sus reglamentos, y menos en estos tiempos de laicismo feroz y dura competencia de sectas. En todo caso habría que ampliar la lista con la colaboración involuntaria de esos científicos agnósticos que inventan nuevos pecados todos los días empeñados en experimentar con la genética.

La multiplicación de los manifestantes fue el primer prodigio de la insólita manifestación, los 200.000, redondeando por lo alto, estimados por la Policía Nacional, se convirtieron milagrosamente en un millón y medio para los convocantes y sus medios afines, dos millones cantó en un momento de euforia, o de fervor, el desaforado portavoz de un autodenominado Foro de la Familia, que aprovechó la coyuntura para arremeter de paso contra el divorcio "exprés", las células madre y la educación laica.

En el tinglado de la Puerta del Sol no se enarbolaron cruces ni símbolos católicos, pero se desplegó y exhibió en el centro del escenario una bandera española, ni la constitucional ni la anticonstitucional, la hortera, con la silueta del toro de Osborne como emblema, furiosa enseña de identidad habitual en partidos de fútbol y otros eventos deportivos. El toro indultado de las carreteras no es el pacífico buey que figura a los pies de san Lucas Evangelista en la iconografía cristiana, es una res brava que se crece en el castigo y embiste hasta el martirio, el toro soberano, ritual y mítico, semental poderoso y agresivo, tótem y vestigio de una antiquísima religión táurica. Una vez más, la Iglesia católica apropiándose de los símbolos paganos.

En el ruedo de la Puerta del Sol, el toro soberano veía el espectáculo desde la barrera, entronizado como pendón y telón de fondo para los predicadores laicos de la homofobia; los obispos se limitaban a aplaudir y tal vez a corear las jaculatorias del día: "Si esto es matrimonio, yo me voy al manicomio", rezaba una pancarta que las cámaras de la televisión episcopal, TMT, y de la TM (Telemadrid) recogieron en diversas ocasiones para subrayar, se supone, el supuesto carácter lúdico-festivo de la manifestación. La postal del día estuvo en el escenario, con la bandera taurina ondeando junto a una pareja de recién casados con sus galas nupciales, obra maestra digna de la galería del coleccionista del mal gusto ibérico y del museo nacional del kitsch.

Esperanza Aguirre justificó su ausencia por fiesta familiar, pero mandó a su helicóptero y a sus cámaras. El alcalde se excusó porque está muy ocupado predicando a los infieles su sermón preolímpico. Al presidente de la Conferencia Episcopal tampoco se le vio, seguramente iría de boda o de bautizo, y el Espíritu Santo no compareció, pero allí estaba Ángel Acebes en forma de lengua de fuego, uno de los disfraces favoritos del Paráclito, echando chispas por la boca.
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sábado, 18 de junio de 2005


Las verdades absolutas Posted by Hello

viernes, 17 de junio de 2005

El Humo del Diablo

Hay escritores y articulistas que no nos caen bien, pero que escriben artículos con los que estamos de acuerdo y además están exquisitamente bien escritos, y por lo tanto queremos guardar, a mi me pasa esto con este artículo de Raul del Pozo.

“Como la derecha y la Iglesia sigan en esta alianza van a salir democristianos
que se comerán no sólo a los leones, sino también a la gaviota”


Ahora que estaba yo volviendo a creer en Dios, la Iglesia sale a la calle con el Humo del Diablo.

Cuando habíamos olvidado que la Inquisición estuvo achicharrando ninfas y mariposas hasta el siglo XIX, vuelven los obispos de caldera y chocolate. En el XX el oficio de inquisidor no lo ejercieron los católicos, sino los nazis. Hitler, que era un canciller de locas, y que fue en su juventud chapero en los refugios de mendigos, dejó hablar de Iolao, como efebo de la juventud nazi, de la Cohorte Sagrada de Tebas y empezó a decir que había que abatir la peste mediante la muerte, par evitar que toda Alemania se infectará con la lacra homosexual, judía y comunista. Pusieron triángulos rosas ( verde a los delincuentes, negro a los católicos, amarillo a los judíos) en las camisas yen las nalgas de los homosexuales, los estilizaron y quemaron. Pablo VI, que al lado de los papas que le antecedieron y sucedieron era un liberal de izquierdas, ya amenazó con el Humo del Diablo. “ De entre alguna fisura, el humo entró en el templo de Dios”. Pero puso a la Iglesia en la vanguardia de loas libertades, al contrario que Pío XII que, según Cornwell en Hitler’s Pope, era antisemita y estaba convencido de la conexión entre judíos y comunistas.

Estos obispos cañís, demócratas, hacen el té ellos mismos sin sirvientes, como monseñor Yánez que una vez me invitó a desayunar en la basílica, estos obispos, de pronto, hablan de anarquía, utilizan la alegoría de Babilonia, de Sodoma y los versículos del Apocalipsis para anunciarnos que el Dragón Colorado ( Satanás) se burla de la mujer vestida de sol y un profundo olor a chamusquina amenaza al universo.

Ya sé que la Biblia la tiene tomada contra los homosexuales y contra los zurdos y el homófobo se pregunta por qué contra los zurdos. El diablo es zurdo, el humo del Lucifer dibujó en las Torres Gemelas el rostro de Satanás, pero el caso es que en el Corán también figura Sodoma y Gomorra. Alá también persigue a los gays, aunque no con tanta saña como Yahvé. Los obispos de la España se han quedado con la copla de la nueva Roma y su discurso sobre la anarquía de matrimonio gay lles hace clamar contra la Babilonia Zapateril y contra las bodas de homosexuales.

Sigue la sequía y está a punto de llover azufre; la derecha, en vez de pedir agua desde la austeridad y la sed de centro, se va a esconder debajo de las faldas de los curas para ir contra el Parlamento. Como la derecha y la Iglesia sigan en esta convergencia, en esta alianza, en esta conexión, van a salir del armario una legión de maricones, zurdos, ateos, agnósticos, rojos, judíos, masones, gays de Génova y de Conferencia Episcopal; y lo que es peor, saldrán democratacristianos que se comerán no sólo a los leones, sino a la gaviota.

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jueves, 16 de junio de 2005

La palmera de Matusalén

Excavaciones en la montaña de
Masada, donde se encontró
la semilla

Científicos israelíes logran que germine una semilla de hace 2.000 años.

La investigadora israelí Sarah Sallon ha dado vida a un sueño: la germinación de una semilla de hace 2.000 años. Ni más ni menos. La semilla, de palmera datilera, apareció en las excavaciones que un equipo israelí llevó a cabo hace más de 30 años en la bíblica y aislada montaña de Masada, situada en el desierto de Judea, al lado del Mar Muerto. El escenario es famoso por la decisión de 960 judíos en el año 73 (D.C), que tras semanas de asedio de las fuerzas romanas, prefirieron inmolarse en masa antes que rendirse.

La semilla acabó en un cajón del director de arqueología botánica de la Universidad de Bar-Ilan, Morchedai Kislef. Sallon explicó que un día, por casualidad, le pidió la semilla a Kislef. "Estás loca', me dijo pero finalmente me dio tres semillas". Sallon, pediatra del University College de Londres y especialista en plantas medicinales de Oriente Próximo, se las llevó a su colega Elaine Solowey, experta en el cultivo de la palmera y profesora del Instituto Arava de Estudios Ambientales.

Ninguna tenía mucha fe, pero el experimento funcionó. Solowey había colocado la semilla en agua caliente para ablandar la cubierta, después la sumergió en un compuesto rico en nutrientes, enzimas y fertilizantes y la puso a una maceta. Seis semanas después, Solowey vio con sorpresa abrirse la tierra y surgir un pequeño tallo verde.

Los investigadores creen que las semillas eran restos de las provisiones de los inmolados en el fuerte de Masada. Allí mismo, sufriendo un calor infernal, los expertos israelíes afirman que "es la semilla más antigua que se ha germinado". Como no podía ser de otra forma, los padres del descubrimiento han recurrido a la Biblia para bautizar a la afortunada semilla: Matusalén, como el famoso patriarca hebreo y abuelo de Noé que, según el Antiguo Testamento, vivió 969 años.

La palmera tiene ahora una altura de 30 centímetros y ha producido siete hojas, una de las cuales esta siendo analizada concienzudamente en los laboratorios. Las pruebas de ADN indican que la semilla tenía aproximadamente 1.900 años por lo que, teniendo en cuenta posibles errores de cálculo, (50 años más o menos) la fecha de la semilla data del periodo que va del año 35 (A.C) al 65 (D.C), poco antes del asedio final romano a la fortificación de Masada.

El arqueólogo israelí Rudy Chaim explica que la importancia radica en los años: "No son muchos los casos en los que se logra germinar una semilla tan antigua. En Israel, las semillas que más abundan en excavaciones arqueológicas son de dátiles y olivas. Además, no podemos obviar el carácter antropológico debido al estrato arqueológico del que se trata".

La palmera del dátil simboliza el antiguo Israel. Históricamente, se cree que el dátil fue cultivado por primera vez hace 3.000 años en las tierras que hoy pertenecen al actual Irak. Para el Antiguo Egipto significaba la fertilidad, para los hebreos y griegos, la victoria, para los fenicios, la santidad (la famosa Diosa Palmera) y para los árabes, el árbol de la vida. Miles de años después, el dátil sigue siendo fundamental como fuente de hidratos de carbono para millones de personas de todo el mundo.

Solowey afirma que "normalmente las plantas que crecen de semillas muy antiguas suelen morir muy pronto". "Si Matusalén prospera con fuerza, esperamos que esta palmera nos revele los secretos de su pasado", sueñan en voz alta los científicos. Para Sallon, no es ningún sueño: "¿Quién iba a imaginar que tras 2000 años brotara de la tierra una semilla como ésta?".

SAL EMERGUI - Jerusalén. EL PAÍS - Sociedad - 14-06-2005.


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miércoles, 15 de junio de 2005

¿Animales o plantas?

Eumicetozoos (REAL JARDÍN BOTÁNICO)Varios tipos de eumicetozoos, a medio camino
entre los hongos y los protozoos

INVENTARIO DE LOS ENIGMÁTICOS HONGOS MUCILAGINOSOS


La gran asignatura pendiente para quienes estudian la biodiversidad en la Tierra es la vida a escala microscópica, de la que se estima que se conoce menos del 1%. Un ejemplo de las rarezas que pueblan el mundo invisible a simple vista son los hongos mucilaginosos, llamados tradicionalmente así porque los micólogos los han estudiado siempre como hongos, aunque no lo son; su nombre preciso es eumicetozoos, y están a medio camino entre los hongos y los protozoos. Son de los organismos considerados tipo enigma, aún muy poco estudiados. Se cree que las 1.500 especies catalogadas hasta ahora en todo el planeta son sólo el 70% de las que debe de haber. Las que faltan están en los continentes donde se han buscado menos: Suramérica, Asia y África. Encontrar estas especies y hacer un inventario a escala mundial de eumicetozoos es el objetivo principal de un equipo internacional de investigadores reunidos hasta el pasado lunes en el Real Jardín Botánico, en Madrid.

Los hongos mucilaginosos viven en cualquier parte donde haya materia vegetal en descomposición y se alimentan de otros microorganismos como bacterias, levaduras y esporas de otros hongos. Los investigadores creen que cumplen un papel ecológico muy importante en la formación de humus del suelo. Existen desde hace más de 1.000 millones de años, antes de que aparecieran los primeros seres pluricelulares. La mayor parte de su vida son seres unicelulares heterótrofos que se reproducen asexualmente, pero cuando el organismo está a punto de morir, por ejemplo al agotarse los recursos alimenticios, las células se dividen y acuerdan generar una fructificación y producir esporas, como los hongos. "Las esporas son muy resistentes, así que es una manera de asegurarse la supervivencia", explica Carlos Lado, del Real Jardín Botánico.
En los detalles del proceso hay muchas sorpresas. Hay tres tipos de eumicetozoos, con nombres verdaderamente difíciles: mixomicetes, dictyostélidos y protostélidos. Los mixomicetes son los de mayor tamaño; sus células poseen finísimas prolongaciones que llegan a medir metros y, a veces, pueden verse a simple vista. Su gran peculiaridad es que como organismo unicelular se mueve como un protozoo, y tiene muchísimos núcleos.

"Es impresionante", dice Lado, especialista en mixomicetes. "Son como una célula gigante con más de un millón de núcleos que se están dividiendo sincrónicamente, algo rarísimo". Cuando llega el momento de formar esporas, y sólo entonces, esa macrocélula con infinidad de núcleos se fragmenta, y cada núcleo, con un fragmento de protoplasma, queda encerrado en una espora.
Las otras dos clases de eumicetozoos son más pequeños que los mixomicetes, y más normales durante su fase unicelular, puesto que tienen un sólo núcleo. Pero, de nuevo, cuando su vida se ve amenazada todas estas células independientes se agregan y empiezan a funcionar como un solo organismo, que fructifica y produce esporas. Los dictyostélidos generan decenas y hasta centenares de esporas; los protostélidos, apenas una o dos. Los mixomicetes y los dictyostélidos se conocen desde hace varios siglos, pero los protostélidos, los más simples y pequeños, desde hace apenas cuatro décadas.

Todas estas peculiaridades están convirtiendo a los eumicetozoos en un objetivo cada vez más atractivo para los investigadores. En las últimas décadas están siendo usados "como excelentes modelos biológicos, ya que no son patógenos, se cultivan fácilmente en los laboratorios y poseen formas de vida aparentemente muy sencillas", dice Lado, que colabora con varios grupos del CSIC que usan los eumicetozoos como organismo modelo. En el caso de los mixomicetes su mero tamaño ya les hace interesantes: "El que una sola célula pueda llegar a verse a simple vista es muy útil, porque permite observar algunos de los procesos que tienen lugar en las células sólo con una lupa".

Pero además, el estudio de las señales que se mandan las células entre sí durante la fase de reproducción "es muy interesante desde el punto de vista biológico. Conocer las señales puede ser útil para entender otros muchos procesos que desconocemos, por ejemplo cómo se multiplican las células cancerosas". Prueba de este interés es la secuenciación del genoma de uno de estos organismos, el Dictyostelium dicsoideum, publicada hace unas semanas en Science.
El proyecto de búsqueda de los eumicetozoos aún no catalogados comenzó en septiembre de 2003 y durará cinco años. Está financiado por la Fundación Nacional de la Ciencia estadounidense a través del programa Inventario de Biodiversidad Planetaria (PBI). Cuenta con cinco investigadores principales, dos europeos -Lado es uno de ellos- y tres estadounidenses, y en él participan cerca de un centenar de expertos de diversos países.
"El objetivo es hacer un inventario mundial con la distribución geográfica de los eumicetozoos", explica Frederick W. Spiegel, de la Universidad de Arkansas, coordinador del programa. "Hasta ahora los hemos encontrado en todos los ecosistemas en que hemos buscado, tanto en selvas tropicales como en desiertos, o en el Ártico".

MÓNICA SALOMONE - Madrid-EL PAÍS - 15-06-2005