Hay escritores y articulistas que no nos caen bien, pero que escriben artículos con los que estamos de acuerdo y además están exquisitamente bien escritos, y por lo tanto queremos guardar, a mi me pasa esto con este artículo de Raul del Pozo.
“Como la derecha y la Iglesia sigan en esta alianza van a salir democristianos
que se comerán no sólo a los leones, sino también a la gaviota”
Ahora que estaba yo volviendo a creer en Dios, la Iglesia sale a la calle con el Humo del Diablo.
Cuando habíamos olvidado que la Inquisición estuvo achicharrando ninfas y mariposas hasta el siglo XIX, vuelven los obispos de caldera y chocolate. En el XX el oficio de inquisidor no lo ejercieron los católicos, sino los nazis. Hitler, que era un canciller de locas, y que fue en su juventud chapero en los refugios de mendigos, dejó hablar de Iolao, como efebo de la juventud nazi, de la Cohorte Sagrada de Tebas y empezó a decir que había que abatir la peste mediante la muerte, par evitar que toda Alemania se infectará con la lacra homosexual, judía y comunista. Pusieron triángulos rosas ( verde a los delincuentes, negro a los católicos, amarillo a los judíos) en las camisas yen las nalgas de los homosexuales, los estilizaron y quemaron. Pablo VI, que al lado de los papas que le antecedieron y sucedieron era un liberal de izquierdas, ya amenazó con el Humo del Diablo. “ De entre alguna fisura, el humo entró en el templo de Dios”. Pero puso a la Iglesia en la vanguardia de loas libertades, al contrario que Pío XII que, según Cornwell en Hitler’s Pope, era antisemita y estaba convencido de la conexión entre judíos y comunistas.
Estos obispos cañís, demócratas, hacen el té ellos mismos sin sirvientes, como monseñor Yánez que una vez me invitó a desayunar en la basílica, estos obispos, de pronto, hablan de anarquía, utilizan la alegoría de Babilonia, de Sodoma y los versículos del Apocalipsis para anunciarnos que el Dragón Colorado ( Satanás) se burla de la mujer vestida de sol y un profundo olor a chamusquina amenaza al universo.
Ya sé que la Biblia la tiene tomada contra los homosexuales y contra los zurdos y el homófobo se pregunta por qué contra los zurdos. El diablo es zurdo, el humo del Lucifer dibujó en las Torres Gemelas el rostro de Satanás, pero el caso es que en el Corán también figura Sodoma y Gomorra. Alá también persigue a los gays, aunque no con tanta saña como Yahvé. Los obispos de la España se han quedado con la copla de la nueva Roma y su discurso sobre la anarquía de matrimonio gay lles hace clamar contra la Babilonia Zapateril y contra las bodas de homosexuales.
Sigue la sequía y está a punto de llover azufre; la derecha, en vez de pedir agua desde la austeridad y la sed de centro, se va a esconder debajo de las faldas de los curas para ir contra el Parlamento. Como la derecha y la Iglesia sigan en esta convergencia, en esta alianza, en esta conexión, van a salir del armario una legión de maricones, zurdos, ateos, agnósticos, rojos, judíos, masones, gays de Génova y de Conferencia Episcopal; y lo que es peor, saldrán democratacristianos que se comerán no sólo a los leones, sino a la gaviota.