miércoles, 5 de mayo de 2021

ELEFANTES. ANIMALES FASCINANTES

 Los elefantes: inteligentes, empáticos, fascinantes y cada vez más amenazados

Los paquidermos, en la lista roja de especies amenazadas y en situación crítica en el caso de los de selva, son esenciales para la supervivencia de los ecosistemas, pero también para la cultura humana.
                               Manada de elefantes en el parque del Serengueti, en Tanzania, en 2011.
Madrid - 25 ABR 2021 - 12:20 CEST
Pompeyo Magno organizó en el año 55 antes de Cristo unos juegos como no se habían visto nunca en Roma: elefantes salvajes contra cazadores getualianos, los mismos que los capturaban en África. Sin embargo, como relata Marina Belozerskaya en La jirafa de los Medici (Gedisa), lo que ocurrió fue extraordinario: ante la nobleza de los animales, los espectadores romanos se pusieron del lado de los elefantes. Plinio, el mayor naturalista de la antigüedad, cuenta que “los elefantes de Pompeyo trataron de ganarse la compasión de la muchedumbre con gestos de súplica”. El naturalista no solo creía que eran tan inteligentes como los humanos, sino que eran capaces de entender su lengua.

“Los libros de los zoólogos latinos siempre arrancaban con esa historia”, explica el escritor José Emilio Burucúa, autor, junto a Nicolás Kwiatkowski, de Historia natural y mítica de los elefantes (Ampersand). “Pensaban que entre los elefantes y seres humanos había una profunda empatía. Ahí está el núcleo central de la idea que en Occidente existe del elefante”. Burucúa recuerda que Plinio, en el libro VIII de la Historia Natural, “aumentó la simpatía hacia ellos porque sostiene que presentan muchos rasgos que les aproximan a la humanidad, emocionales e intelectuales”.
Como demuestra aquella vieja historia, los elefantes, el mayor mamífero terrestre, siempre han sido un animal diferente a todos los demás, con una presencia acorde a su tamaño en la historia cultural. Además, sobre todo desde los estudios de Cynthia Moss en el parque Amboseli en Kenia desde los años setenta, se ha confirmado que muchos de aquellos mitos tienen una base de realidad: su inteligencia les permite lo que los etólogos llaman “comprender relaciones de terceros” (saber quién es la madre de otra cría, por ejemplo), un rasgo que aparece solo en criaturas como delfines o grandes simios; su memoria les habilita para reconocer a cientos de individuos o recordar pozos de agua después de años; su estructura social matriarcal está basada en la solidaridad. Por no hablar del increíble manejo de la trompa, una mezcla de nariz, mano, ojos y maquinaria.

“Saben a la perfección quiénes son ellos mismos y quiénes son los demás”, escribe el naturalista Carl Safina en Mentes maravillosas (Galaxia Gutenberg), uno de los libros más influyentes de la etología contemporánea. “Los elefantes establecen vínculos muy profundos que se desarrollan a lo largo del tiempo”. Son capaces de comunicarse entre ellos, no solo cuando están cerca, sino también a larga distancia utilizando las vibraciones en la tierra que desatan con sus enormes cuerpos (hasta seis toneladas en los machos y tres en las hembras). Los elefantes pueden vivir 70 años y acumulan y transmiten a los demás toda esa sabiduría vital.

                                            
                       Un elefante africano de selva en el río Lekoli River, en Congo.

Sin embargo, la posibilidad de que estos seres extraordinarios desaparezcan como animales salvajes es cada vez más real. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) anunció en marzo que las dos poblaciones de elefantes africanos se habían reducido de forma drástica: la de los elefantes de bosque en más del 86% en 30 años y la de los de la sabana en un 60% en 50 años. Los de bosque están “en peligro crítico” y los de sabana en “peligro”. Quedan 415.000 elefantes entre las dos poblaciones y otro medio millón en Asia. El elefante asiático, más pequeño y, a diferencia del africano, domesticable, también está considerado en “peligro”. Los tres están en la lista roja de especies amenazadas.

“Desgraciadamente, puedo imaginarme de forma demasiado clara un mundo sin elefantes, aunque no quiera hacerlo”, explica la doctora Vicki Fishlock, que trabaja desde 2011 en Amboseli en el equipo de Cynthia Moss. “Los ecosistemas en los que viven los elefantes son importantes para todo tipo de especies, y para la limpieza del aire y el agua mucho más allá de los lugares donde viven”. La fotógrafa española Lisette Pons, que lleva décadas trabajando y retratando elefantes en Kenia, señala por su parte: “Verlos es una experiencia que marca toda la vida”. Y luego agrega citando a la etóloga Joyce Poole, también experta en paquidermos: “Si los elefantes desaparecen, se producirá un silencio ensordecedor”.

Cruzarse con elefantes en libertad es una experiencia que, efectivamente, cambia la relación con la naturaleza, ya sea tras ver a los machos solitarios, amenazantes y a la vez apacibles montañas en movimiento, o a las manadas matriarcales, siempre pendientes de las crías y del bienestar común. E incluso en los zoos contemplarlos es inagotable. El de Madrid alberga una pequeña manada de elefantes de Borneo que vinieron hace seis años del parque de Berlín. Tanto sus cuidadores como el director de biología, Agustín López Goya, insisten en su inteligencia y empatía. “Se ha estudiado su conciencia del duelo, su capacidad de autorreconocimiento y se sabe que si hay elefantes mayores en la manada bajan el ritmo de la marcha para que no se queden atrás”, señala López Goya. “Y desde el Arca de Noé se habla de su paciencia y su sabiduría”.

                                          
                        Dibujo de Hanno, el elefante del papa León X, que pintó Rafael en 1516

La historia está llena de elefantes famosos, como relatan los libros de Burucúa o Belozerskaya, desde los circos romanos, los que Aníbal arrastró a través de los Alpes o el panteón de dioses hindú con Ganesha, el dios elefante. El gran pintor renacentista Rafael reflejó en 1516 en su dibujo de Hanno, el elefante del papa León X, toda la fuerza y a la vez amabilidad de los paquidermos. Los humanos, con la domesticación de los elefantes asiáticos, han explotado desde la antigüedad la violencia que son capaces de desplegar si son provocados o se sienten amenazados. La investigadora valenciana María Engracia Muñoz-Santos, autora de Animales in harena. Los animales exóticos en los espectáculos romanos (Confluencias), cree que “Alejandro Magno fue el primero en tener contacto con elefantes en la guerra, en la primera batalla contra el rey Poro (326 a. C). Pero sabemos que conocían a estos animales desde el 327, cuando el gobernante de Taxila le regaló unos cuantos. A partir de ahí Alejandro los va incorporando a sus filas”. Y también ocupan un lugar central en la cultura popular, desde Babar hasta Dumbo o Elmer.

Sin embargo, todo ese mundo cultural y animal puede desaparecer. Fiona Maisels, científica de la Wildlife Conservation Society (WCS) y profesora asociada de la Universidad de Stirling, que también lleva décadas trabajando con elefantes en África (ahora en Gabón), no es optimista sobre el futuro, sobre todo mirando el pasado: “Antes del dominio de los humanos en la Tierra, había muchas especies de elefantes: solo en el Pleistoceno había unas 16. Todos hemos oído hablar de los mamuts lanudos, de los mastodontes de América. Había elefantes enanos en Córcega y Chipre y mamuts enanos en Cerdeña y Creta. Ahora solo quedan tres especies. Así que ya vivimos en un mundo con muchos menos elefantes salvajes que antes. El declive de los elefantes modernos se debe en su inmensa mayoría a las actividades humanas, como también ocurrió en el pasado”.

La desaparición de los hábitats y la caza ilegal por el marfil han ido reduciendo cada vez más sus poblaciones, hasta la alerta roja lanzada este año. “El elefante es más que un símbolo”, explica Burucúa. “Si los humanos somos capaces de extinguir esa maravilla colosal sería una señal trágica de que hemos alcanzado un punto de no retorno. Pensar en un mundo donde estemos los seres humanos y en el que no haya elefantes es desolador”. El novelista francés Romain Gary ganó en 1956 el premio Goncourt con Las raíces del cielo, que llevó John Huston al cine. Muchos consideran que con esta novela nació el sentimiento ecologista contemporáneo. Su protagonista es Morel, un hombre que se dedica a proteger a los elefantes. Su filosofía reside en que “la gente se siente tan sola y abandonada que necesita algo contundente. Los perros están pasados de moda: el ser humano necesita elefantes. Su defensa es la única causa digna de una civilización”.

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lunes, 19 de abril de 2021

EMBRIONES QUIMERA HUMANO-MONO

 Un equipo internacional liderado por el español Juan Carlos Izpisúa genera embriones quiméricos humano-mono

viernes, 16 de abril de 2021

LAS HERMANAS VAN GOGH TOMAN LA PALABRA

La correspondencia entre Anna, Elisabeth y Willemien, publicada por primera vez, arroja luz sobre las relaciones familiares del pintor


ISABEL FERRER

La Haya - 28 MAR 2021 - 05:15 CEST











Imágenes en el Museo Van Gogh, en Ámsterdam, de las hermanas del pintor, Anna, Willemien y Elisabeth. / MUSEO VAN GOGH EN ÁMSTERDAM/ ARCHIVO TRALBAUT

La vida y distinta suerte de Anna, Elisabeth y Willemien van Gogh, las tres hermanas de Vincent, el famoso pintor neerlandés, ha pasado casi desapercibida debido a la potencia arrolladora del legado fraterno. Aunque el artista dependió económicamente de su hermano Theo, que siempre dijo que su obra sería reconocida, y así ocurrió a su muerte. Mucho antes de que su firma bastara para valer millones, sus cuadros sirvieron para auxiliar a Willemien, la pequeña de las tres. Los problemas mentales afectaron a varios miembros de la familia, y la venta de parte de los 17 cuadros que ella tenía en casa permitió sufragar su ingreso en 1902 en un centro especializado, donde estuvo 39 años internada. En cierto modo, fue como si Vincent (1853-1890) hubiera conseguido al fin devolver la ayuda que él recibió en vida.

El síndrome de abstinencia del alcohol provocó psicosis a Van Gogh

Gracias al estudio de las 900 cartas conservadas de Vincent van Gogh parece saberse casi todo del artista. Menos conocida es la correspondencia entre sus hermanas, formada por centenares de misivas guardadas en el archivo del museo del pintor, en Ámsterdam. Al estar escritas en lengua neerlandesa no han despertado el interés internacional de las de su hermano, que se expresaba también en inglés y francés, pero muestran a unas mujeres con personalidad propia marcada por las convenciones sociales y el paso del siglo XIX al XX. En una de ellas Anna, la mayor, que mantuvo una relación distante con Vincent, admite en 1909 su asombro ante el precio obtenido por la venta de uno de sus lienzos para pagar los cuidados de Willemien. Se lo dice a su cuñada, Jo Bonger, viuda de Theo van Gogh, con estas palabras: “Vaya cifra. Quién podía imaginar que Vincent contribuiría de esa forma al sostén económico de Wil [el apodo familiar de la pequeña]. Theo siempre dijo que esto pasaría, pero qué sorpresa”, escribe. Le dieron por la pintura 600 florines de la época, unos 6.800 euros de 2016, según cálculos del International Institute of Social History, de Ámsterdam. Muy lejos todavía de los 13 millones de euros pagados en París este jueves en una subasta de Sotheby’s por Scène de rue à Montmartre (Escena callejera en Montmartre).

Willemien nació en 1862 y murió en 1941, y su destino parecía sellado: se ocupó de sus padres y hubiera podido hacer carrera como enfermera, pero quería darle un toque religioso a su trabajo social. Lo mismo que hacía Vincent cuando intentó ser predicador, y tal y como reflejó luego en sus cuadros sobre la dureza de la vida campesina. La joven estudió Religión y dio clases en una escuela, y en el mejor momento de su vida, fue alabada en público por su buen trabajo en la comisión ejecutiva de la Exposición Nacional del Trabajo de la Mujer. Celebrada en 1898, en La Haya, coincidió con la coronación de la reina Guillermina, bisabuela de Guillermo, el rey actual. El bajón llegó poco después, en 1902: Willemien tenía 40 años e ingresó en el centro para dolencias mentales donde acabó sus días, a los 79.















'Recuerdo del jardín de Etten' (1888), vendido para pagar el tratamiento de la hermana de Van Gogh.MUSEO ESTATAL HERMITAGE/ SAN PETESBURGO

Las cartas han sido analizadas por el historiador del arte neerlandés Willem-Jan Verlinden en su libro De zussen Van Gogh (Las hermanas Van Gogh), cuya traducción al inglés será publicada este abril por Thames & Hudson en el Reino Unido y Estados Unidos. Las considera un tesoro porque las hermanas habían estado eclipsadas. “Son unas mujeres muy interesantes que en cierto modo no encajaron al estar sujetas al qué dirán”, según explica, en conversación telefónica. En su opinión, Vincent y Willemien fueron pioneros en el enfoque social de su labor y, además, ambos escribían y tenían dotes artísticas. También defiende que tenemos una imagen equivocada de esta familia. “En realidad, el padre era un pastor protestante liberal y junto con su esposa, Anna Cornelia Carbentus, educó a todos sus hijos para que pudieran valerse por sí mismos”. Sí es verdad que los problemas del pintor “les abrumaron y restaban autoridad al progenitor con su congregación”, añade.
















Carta escrita por Elisabeth, la hermana de Van Gogh.COLECCIÓN PRIVADA

Verlinden recupera también la biografía de Elisabeth, la segunda hermana, nacida en 1859, que es un ejemplo de todo lo que pudo ir bien y acabó malográndose por culpa de las presiones sociales. Obtuvo el diploma de maestra, pero aceptó ser la dama de compañía de una señora de buena familia que estaba enferma y tenía cuatro hijos. Elisabeth y Jean Philippe, el marido de su patrona, acabaron enamorándose y tuvieron una hija a la que llamaron Hubertine.

El drama de Elisabeth

Para evitar habladurías, Elisabeth dio a luz en Francia, pusieron a la niña el apellido Van Gogh y la dejaron con una viuda que recibía por ello un estipendio. Nunca vivió con sus padres, a pesar de que se casaron cuando él enviudó y tuvieron otros cuatro hijos. Su madre quiso adoptarla, pero el padre prefirió no arriesgarse a las murmuraciones. Hubertine tenía 35 años cuando, en 1922, Elisabeth le propuso regresar a Países Bajos; demasiado tarde. Su existencia fue descubierta por un periodista francés en los años sesenta porque vendía postales de puerta en puerta diciendo que era sobrina del pintor. Aunque recibió ayuda de la familia holandesa a partir de entonces, murió sola a los 83 años.

La más independiente, a la vez que responsable con su familia, fue Anna, la hermana mayor, que vino al mundo en 1855. Dio clases de inglés y francés y ejerció en una escuela privada en Welwyn (Reino Unido). Se ocupó de los suyos a la muerte del padre y llevó a Willemien al hospital mental, donde la visitaba. Casada y con dos hijos, Anna admiraba el trabajo del pintor, pero decía que él no le gustaba porque les humillaba con su actitud. Sin embargo, cuando Vincent ya había fallecido, ella invitaba a expertos a su hogar para que le explicaran su obra pictórica. Según Verlinden, era su forma de compensar la difícil relación que tuvieron.

martes, 13 de abril de 2021

EL GENOMA MÁS ANTIGUO DE UN EUROPEO DESVELA SEXO CONTINUO CON LOS NEANDERTALES

Los restos de cuatro ‘Homo sapiens’ de hace 45.000 años desvelan que los cruces entre ambas especies fueron mucho más comunes de lo que se pensaba














 El cráneo de una mujer que vivió hace unos 45.000 años en República Checa, uno de los restos analizados.

Los huesos de cuatro personas que vivieron en Europa hace 45.000 años acaban de arrojar algo de luz sobre uno de los capítulos más oscuros y apasionantes de la historia de nuestra especie.

Entre todos ellos destaca la calavera sin cara de una mujer que vivió en lo que hoy es la República Checa. Los restos de los otros tres individuos, todos masculinos, se hallaron en una cueva de Bulgaria junto a collares y punzones típicos de los primeros grupos de humanos modernos. Dos equipos de paleoantropólogos han conseguido extraer suficiente ADN de estos fósiles, los más antiguos que se conocen de nuestra especie, como para reconstruir todo su genoma.

Los resultados muestran que uno de los hombres de Bulgaria tuvo un pariente neandertal hacía menos de 180 años. Los otros tres individuos también tenían parientes de esa especie. Todos descendían de híbridos fruto del sexo entre neandertales y sapiens. El genoma de la mujer de la República Checa también contiene un 3% de ADN neandertal. Antes de este estudio solo se conocían los genomas de dos Homo sapiens de la época, uno que vivió en Siberia hace unos 45.000 años y otro que vivió en Rumanía hace unos 40.000. Los dos llevaban ADN neandertal, de hecho el segundo era tataranieto de neandertal.

Todas estas evidencias, dicen los autores del estudio, muestran que los cruces entre neandertales y humanos modernos fueron mucho más frecuentes y recientes de lo que se pensaba. De hecho sus resultados apoyan la teoría de que los neandertales nunca se extinguieron del todo, sino que fueron absorbidos por los grupos sapiens, que los aceptaron en su seno.

Estos nuevos datos completan una historia de sexo entre especies que duró decenas de miles de años

“La interacción con los neandertales debió de ser frecuentísima”, explica Svante Pääbo, el genetista sueco que ha revolucionado la investigación de la evolución humana gracias al análisis del ADN antiguo y que obtuvo el primer genoma completo de un neandertal. “Lo más sorprendente es que los tres individuos de Bulgaria [y la de la República Checa] tenían ancestros neandertales en su historia reciente”, resalta Pääbo, que es autor principal del análisis de los fósiles búlgaros, publicados hoy en Nature. “Esto nos dice que los primeros humanos modernos se cruzaron con los neandertales de forma frecuente cuando se los encontraban. Es posible que parte de la explicación de la desaparición de los neandertales es que simplemente fueron absorbidos por grupos de nuestra especie más numerosos”, destaca.

Estos nuevos datos completan una historia de sexo entre especies que duró decenas de miles de años. La primera evidencia de un cruce se encontró en el genoma de un neandertal que vivió hace 100.000 años en los montes Altai de Siberia y que llevaba una fracción importante de ADN sapiens. Después, hace unos 60.000 años, grupos de sapiens que habían salido de África en busca de nuevos territorios se encontraron con los neandertales y volvieron a cruzarse. El último capítulo sucedió ya en Europa hace unos 45.000 años y, a juzgar por las pruebas, fue generalizado. Fruto de este mestizaje, todos los humanos actuales de fuera de África llevan un 2% de ADN neandertal.

En un artículo complementario a los estudios, el genetista Carles Lalueza-Fox lanza una hipótesis atrevida. Hay pruebas suficientes de que los sapiens tuvieron hijos con los neandertales, los cuidaron y asumieron como propios, pero apenas hay de lo contrario, explica.

“Es posible que los humanos modernos tolerasen a los híbridos y los neandertales no. O puede ser que los neandertales rechazasen a sus hijos híbridos una vez nacidos”, escribe Lalueza-Fox. El genetista explica que los grupos neandertales eran muy pequeños y endogámicos, cerrados y aislados entre sí. Mientras, los grupos sapiens pudieron ser más amplios y sociales, abiertos al contacto y la colaboración con otros. En cualquier caso “la asimilación de los neandertales es un escenario muy posible, de forma que los únicos que sobreviven al final son los que acaban en grupos sapiens. Después su señal genética se va diluyendo con el paso del tiempo”, señala.

Eso es exactamente lo que se aprecia en los cuatro humanos analizados: tenían al menos un 3% de ADN neandertal y secuencias genéticas mucho más largas que los humanos actuales. Pääbo ofrece una explicación: “Estudios anteriores han demostrado que después de los cruces se perdían partes del ADN neandertal de forma muy rápida. Una interpretación sería que en ese ADN había secuencias que no permitían ser un humano moderno, aunque no sabemos qué secuencias son”.

La paleoantropóloga María Martinón-Torres opina que estos trabajos “nos dicen que solo se adentraron en Europa los humanos modernos que tuvieron un contacto íntimo con los neandertales, o dicho de otra forma, que los Homo sapiens que finalmente consiguieron entrar en Europa fue a través de una relación estrecha con los neandertales”. Sin embargo advierte de una limitación. “No podemos generalizar demasiado a partir de estudios que se basan en unos pocos individuos. ¿Nos imaginamos lo polémico que sería si hiciéramos inferencias sobre el origen de una cultura o una población actual a partir del estudio genético de solo cuatro personas?”, resalta.

El análisis genético de estos restos destapa migraciones y extinciones de grupos humanos desconocidas hasta la fecha. Los humanos actuales de Asia y América aún llevan algo del ADN del grupo humano que vivió en Bulgaria hace 45.000 años, lo que implica que ese grupo migró hacia el este y logró sobrevivir. En cambio, el grupo de la mujer de República Checa, cuyo análisis se publica en Nature Ecology & Evolution, desapareció para siempre sin dejar rastro en las poblaciones actuales. En la misma cueva de Bulgaria se han analizado los restos de una mujer que vivió hace 38.000 años y de la que los actuales europeos sí llevan algo de ADN.

jueves, 8 de abril de 2021

SONIA DELAUNAY

  Sonia Delaunay fue una de las principales representantes del art-decó. Inspirada en autores de la talla de Paul Gauguin o Vincent van Gogh, Delaunay tuvo el honor de ser la primera mujer en poder ver expuesta su obra en el museo del Louvre cuando aún estaba viva.

De San Petersburgo a Alemania

Sarah Ilinitchna Stern nació el 14 de noviembre de 1885 en Gradizhske, territorio del entonces Imperio Ruso. Siendo muy pequeña se trasladó a vivir a San Petersburgo bajo la protección de un tío paterno, un abogado judío llamado Henri Terk.

Después de unos años de convivencia con la familia de Henri, fue adoptada por él y su mujer en 1890 asumiendo el nombre de Sonia Terk. Su nueva familia adoptiva no sólo se haría cargo de ella, sino que la ayudaría en su camino artístico.

Cuando tenía 16 años, Sonia ingresó en una prestigiosa escuela de San Petersburgo donde pronto empezó a destacar por sus dotes artísticas. Alentada por sus profesores y por sus padres adoptivos, Sonia se trasladó a vivir a Alemania donde inició sus estudios de arte en la Academia de Bellas Artes de Karlsruhe.


90 OBRAS

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martes, 30 de marzo de 2021

HENRI CARTIER-BRESSON



 

DONNA HUGHES. UNA PROFESORA VALIENTE


 La profesora de estudios de género que criticó la 'fantasía transexual' se enfrenta a una reacción violenta, pero se mantiene firme

Una profesora de estudios de género se mantiene firme a pesar de enfrentar los llamados a su despido por escribir una columna de opinión que argumentaba que los excesos del movimiento transgénero son una amenaza para las mujeres biológicas.


La profesora Donna Hughes es directora de estudios de posgrado en el Programa de Estudios de Género y Mujeres de la Universidad de Rhode Island.

El artículo de Hughes, publicado el 28 de febrero en un sitio web de feminismo de cuarta ola llamado 4W, argumentó que “la fantasía transexual ha imaginado, y está representando, un mundo en el que cómo se siente un hombre es más real que su realidad real. Y ahora la fantasía tiene el peso del gobierno federal detrás ".

La profesora comenzó su columna argumentando que las conspiraciones de la derecha, como QAnon, tienen contrapartes en la izquierda política, siendo esa la "fantasía transexual", que ella define como la "creencia de que una persona puede cambiar de sexo". , ya sea de hombre a mujer o de mujer a hombre ".

“La categoría biológica de sexo, en particular el sexo femenino, está siendo aplastada. Se espera que las mujeres y las niñas renuncien a sus lugares de privacidad, como los baños, los vestuarios e incluso las celdas de la prisión ”, escribió.

Después de que se publicó, los usuarios de Twitter comenzaron a presentar quejas ante la universidad con respecto a Hughes, según una declaración enviada por correo electrónico de la abogada de Hughes, Samantha Harris, a The College Fix.

"Profe. Hughes se ha convertido en el objetivo de una campaña en línea coordinada por personas que solicitan a los estudiantes que presenten quejas sobre ella ante la universidad y, en palabras de un usuario de Twitter, que 'la eliminen' ”, dijo Harris.

En respuesta a la presión, la Universidad de Rhode Island se distanció de Hughes, emitiendo una declaración que decía: “La Universidad no apoya las declaraciones y publicaciones de la profesora Donna Hughes que defienden perspectivas anti-transgénero y reconocen que tal discurso puede causar dolor e incomodidad para muchas personas transgénero ".

Si bien la declaración de la universidad defendió la libertad de expresión, señaló que "la Primera Enmienda de un miembro de la facultad y los derechos de libertad académica no son ilimitados, sin embargo, y deben ejercerse de manera responsable con el debido respeto por las demás obligaciones del miembro de la facultad".

Pero Harris, en su comentario a The Fix , argumenta que la declaración de URI implica que el artículo de Hughes puede no estar protegido por la Primera Enmienda "porque de alguna manera no mostró la moderación adecuada en la expresión de su opinión".

“Este simplemente no es el caso”, dijo Harris. "Su artículo está protegido por la Primera Enmienda, aparte de las cuestiones de libertad académica, porque estaba expresando sus puntos de vista como ciudadana sobre un asunto de interés público".

“El hecho de que ella pueda estar bien versada en este tema en virtud de su trabajo no transforma esto en un discurso pronunciado en el contexto de su empleo; de hecho, su biografía al final del artículo ni siquiera menciona su afiliación con URI ".

A pesar de la reacción violenta, Hughes dijo que no retrocederá.

"Soy conocida como alguien que expresa mi opinión y he estado dispuesta en el pasado a defender los derechos y la protección de las mujeres y las niñas y oponerme a las leyes y políticas que resultan en su daño y explotación", dijo a The College Fix a través de Email.

Su biografía en línea dice que es una de las fundadoras del estudio académico sobre la trata de personas y también lanzó en 2016 la revista Dignity: A Journal of Sexual Explitation and Violence, de la que continúa sirviendo como editora en jefe.

Hughes dijo que no está satisfecha con la declaración de la universidad.

“La universidad debe declarar que está comprometida con la libertad académica y la libertad de expresión, y tomar medidas para demostrar que esos principios y derechos son más que palabras”, dijo Hughes. “Deben afirmar que estaba en mi derecho de escribir mi opinión y que no sufriré consecuencias laborales adversas por hacerlo”.

Al menos un erudito que está observando esta situación dijo que Hughes no es la persona adecuada para pelear.

"Si la Universidad de Rhode Island cree que puede intimidar, o silenciar, a la profesora de Estudios de la Mujer Donna Hughes, será divertido ver el choque de trenes", tuiteó el profesor de Princeton Robert G. George.

“Esta es una mujer que se ha enfrentado a los traficantes sexuales y los matones que dirigen la industria del porno. Ella es intrépida ".

SOBRE EL AUTOR

Isaac Willour es un estudiante de primer año en Grove City College que estudia ciencias políticas. Es columnista del periódico universitario de GCC, The Collegian , así como editor asociado del  Grove City Journal of Law & Public Policy. Es un miembro activo del capítulo Young Americans for Freedom y se desempeña como académico ejecutivo del American Enterprise Institute.

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