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miércoles, 5 de mayo de 2021

ELEFANTES. ANIMALES FASCINANTES

 Los elefantes: inteligentes, empáticos, fascinantes y cada vez más amenazados

Los paquidermos, en la lista roja de especies amenazadas y en situación crítica en el caso de los de selva, son esenciales para la supervivencia de los ecosistemas, pero también para la cultura humana.
                               Manada de elefantes en el parque del Serengueti, en Tanzania, en 2011.
Madrid - 25 ABR 2021 - 12:20 CEST
Pompeyo Magno organizó en el año 55 antes de Cristo unos juegos como no se habían visto nunca en Roma: elefantes salvajes contra cazadores getualianos, los mismos que los capturaban en África. Sin embargo, como relata Marina Belozerskaya en La jirafa de los Medici (Gedisa), lo que ocurrió fue extraordinario: ante la nobleza de los animales, los espectadores romanos se pusieron del lado de los elefantes. Plinio, el mayor naturalista de la antigüedad, cuenta que “los elefantes de Pompeyo trataron de ganarse la compasión de la muchedumbre con gestos de súplica”. El naturalista no solo creía que eran tan inteligentes como los humanos, sino que eran capaces de entender su lengua.

“Los libros de los zoólogos latinos siempre arrancaban con esa historia”, explica el escritor José Emilio Burucúa, autor, junto a Nicolás Kwiatkowski, de Historia natural y mítica de los elefantes (Ampersand). “Pensaban que entre los elefantes y seres humanos había una profunda empatía. Ahí está el núcleo central de la idea que en Occidente existe del elefante”. Burucúa recuerda que Plinio, en el libro VIII de la Historia Natural, “aumentó la simpatía hacia ellos porque sostiene que presentan muchos rasgos que les aproximan a la humanidad, emocionales e intelectuales”.
Como demuestra aquella vieja historia, los elefantes, el mayor mamífero terrestre, siempre han sido un animal diferente a todos los demás, con una presencia acorde a su tamaño en la historia cultural. Además, sobre todo desde los estudios de Cynthia Moss en el parque Amboseli en Kenia desde los años setenta, se ha confirmado que muchos de aquellos mitos tienen una base de realidad: su inteligencia les permite lo que los etólogos llaman “comprender relaciones de terceros” (saber quién es la madre de otra cría, por ejemplo), un rasgo que aparece solo en criaturas como delfines o grandes simios; su memoria les habilita para reconocer a cientos de individuos o recordar pozos de agua después de años; su estructura social matriarcal está basada en la solidaridad. Por no hablar del increíble manejo de la trompa, una mezcla de nariz, mano, ojos y maquinaria.

“Saben a la perfección quiénes son ellos mismos y quiénes son los demás”, escribe el naturalista Carl Safina en Mentes maravillosas (Galaxia Gutenberg), uno de los libros más influyentes de la etología contemporánea. “Los elefantes establecen vínculos muy profundos que se desarrollan a lo largo del tiempo”. Son capaces de comunicarse entre ellos, no solo cuando están cerca, sino también a larga distancia utilizando las vibraciones en la tierra que desatan con sus enormes cuerpos (hasta seis toneladas en los machos y tres en las hembras). Los elefantes pueden vivir 70 años y acumulan y transmiten a los demás toda esa sabiduría vital.

                                            
                       Un elefante africano de selva en el río Lekoli River, en Congo.

Sin embargo, la posibilidad de que estos seres extraordinarios desaparezcan como animales salvajes es cada vez más real. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) anunció en marzo que las dos poblaciones de elefantes africanos se habían reducido de forma drástica: la de los elefantes de bosque en más del 86% en 30 años y la de los de la sabana en un 60% en 50 años. Los de bosque están “en peligro crítico” y los de sabana en “peligro”. Quedan 415.000 elefantes entre las dos poblaciones y otro medio millón en Asia. El elefante asiático, más pequeño y, a diferencia del africano, domesticable, también está considerado en “peligro”. Los tres están en la lista roja de especies amenazadas.

“Desgraciadamente, puedo imaginarme de forma demasiado clara un mundo sin elefantes, aunque no quiera hacerlo”, explica la doctora Vicki Fishlock, que trabaja desde 2011 en Amboseli en el equipo de Cynthia Moss. “Los ecosistemas en los que viven los elefantes son importantes para todo tipo de especies, y para la limpieza del aire y el agua mucho más allá de los lugares donde viven”. La fotógrafa española Lisette Pons, que lleva décadas trabajando y retratando elefantes en Kenia, señala por su parte: “Verlos es una experiencia que marca toda la vida”. Y luego agrega citando a la etóloga Joyce Poole, también experta en paquidermos: “Si los elefantes desaparecen, se producirá un silencio ensordecedor”.

Cruzarse con elefantes en libertad es una experiencia que, efectivamente, cambia la relación con la naturaleza, ya sea tras ver a los machos solitarios, amenazantes y a la vez apacibles montañas en movimiento, o a las manadas matriarcales, siempre pendientes de las crías y del bienestar común. E incluso en los zoos contemplarlos es inagotable. El de Madrid alberga una pequeña manada de elefantes de Borneo que vinieron hace seis años del parque de Berlín. Tanto sus cuidadores como el director de biología, Agustín López Goya, insisten en su inteligencia y empatía. “Se ha estudiado su conciencia del duelo, su capacidad de autorreconocimiento y se sabe que si hay elefantes mayores en la manada bajan el ritmo de la marcha para que no se queden atrás”, señala López Goya. “Y desde el Arca de Noé se habla de su paciencia y su sabiduría”.

                                          
                        Dibujo de Hanno, el elefante del papa León X, que pintó Rafael en 1516

La historia está llena de elefantes famosos, como relatan los libros de Burucúa o Belozerskaya, desde los circos romanos, los que Aníbal arrastró a través de los Alpes o el panteón de dioses hindú con Ganesha, el dios elefante. El gran pintor renacentista Rafael reflejó en 1516 en su dibujo de Hanno, el elefante del papa León X, toda la fuerza y a la vez amabilidad de los paquidermos. Los humanos, con la domesticación de los elefantes asiáticos, han explotado desde la antigüedad la violencia que son capaces de desplegar si son provocados o se sienten amenazados. La investigadora valenciana María Engracia Muñoz-Santos, autora de Animales in harena. Los animales exóticos en los espectáculos romanos (Confluencias), cree que “Alejandro Magno fue el primero en tener contacto con elefantes en la guerra, en la primera batalla contra el rey Poro (326 a. C). Pero sabemos que conocían a estos animales desde el 327, cuando el gobernante de Taxila le regaló unos cuantos. A partir de ahí Alejandro los va incorporando a sus filas”. Y también ocupan un lugar central en la cultura popular, desde Babar hasta Dumbo o Elmer.

Sin embargo, todo ese mundo cultural y animal puede desaparecer. Fiona Maisels, científica de la Wildlife Conservation Society (WCS) y profesora asociada de la Universidad de Stirling, que también lleva décadas trabajando con elefantes en África (ahora en Gabón), no es optimista sobre el futuro, sobre todo mirando el pasado: “Antes del dominio de los humanos en la Tierra, había muchas especies de elefantes: solo en el Pleistoceno había unas 16. Todos hemos oído hablar de los mamuts lanudos, de los mastodontes de América. Había elefantes enanos en Córcega y Chipre y mamuts enanos en Cerdeña y Creta. Ahora solo quedan tres especies. Así que ya vivimos en un mundo con muchos menos elefantes salvajes que antes. El declive de los elefantes modernos se debe en su inmensa mayoría a las actividades humanas, como también ocurrió en el pasado”.

La desaparición de los hábitats y la caza ilegal por el marfil han ido reduciendo cada vez más sus poblaciones, hasta la alerta roja lanzada este año. “El elefante es más que un símbolo”, explica Burucúa. “Si los humanos somos capaces de extinguir esa maravilla colosal sería una señal trágica de que hemos alcanzado un punto de no retorno. Pensar en un mundo donde estemos los seres humanos y en el que no haya elefantes es desolador”. El novelista francés Romain Gary ganó en 1956 el premio Goncourt con Las raíces del cielo, que llevó John Huston al cine. Muchos consideran que con esta novela nació el sentimiento ecologista contemporáneo. Su protagonista es Morel, un hombre que se dedica a proteger a los elefantes. Su filosofía reside en que “la gente se siente tan sola y abandonada que necesita algo contundente. Los perros están pasados de moda: el ser humano necesita elefantes. Su defensa es la única causa digna de una civilización”.

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lunes, 19 de abril de 2021

EMBRIONES QUIMERA HUMANO-MONO

 Un equipo internacional liderado por el español Juan Carlos Izpisúa genera embriones quiméricos humano-mono

lunes, 30 de diciembre de 2019

EMOCIONES ANIMALES

Según la Universidad de California , los humanos experimentan las mismas emociones que los animales cuando se ven. Ambos piensan en la otra criatura como "linda" y "peligrosa" al mismo tiempo. Hay muchos hechos interesantes sobre animales que se parecen al comportamiento humano que la mayoría de nosotros desconocemos.
Nosotros en  Bright Side recopilado algunos datos interesantes y conmovedoras acerca de los animales que harán que los ama aún más.
1. Las nutrias marinas se toman de las manos mientras duermen para evitar separarse mientras flotan.
2. Las nutrias muestran a sus bebés cuando se enfrentan al peligro para hacer que un depredador sienta compasión por ellos.
3.Las ardillas plantan miles de árboles cada año porque olvidan el lugar exacto donde enterraron sus bellotas.

4. Los delfines no solo  tienen su propio idioma, sino que también tienen nombres para cada uno de sus amigos cuando los llaman.

5. Los frailecillos se aparean de por vida: una vez que encuentran a su pareja, construyen su casa en un acantilado y permanecen allí por el resto de sus vidas.

6. Las ostras pueden cambiar su género: pueden tomar esa decisión dependiendo de cuál se considere mejor para el apareamiento.

7. Los caballitos de mar se aparean para siempre. Una vez que son socios, siempre se sostienen mutuamente.

8. Los cachorros machos a veces permiten que las cachorros "ganen" cuando juegan juntos, para conocerlos mejor.

9. El quokka es considerado el animal más feliz del mundo.

10. Las vacas se hacen mejores amigas con otras vacas y cuando están separadas experimentan una ansiedad realmente mala.

11. Los pingüinos no solo se  aparean de por vida, sino que también pasan mucho tiempo buscando la piedra perfecta para darle a su pareja para "proponer".

12. Los pulpos recogen objetos brillantes y conchas de crustáceos para construir un jardín alrededor de sus cuevas. Hacen esto para permanecer "encubiertos" para protegerse a sí mismos y a sus hogares.

13. Los pollitos tienen la capacidad de comunicarse entre sí mientras están en el huevo a través de un sistema de sonidos.

14. Los pandas rojos tienen colas muy tupidas que usan como manta durante el invierno para mantenerse calientes mientras duermen.

15. Los osos polares se saludan usando el método de "nariz con nariz" cuando quieren pedirle un favor al otro oso, como cuando necesitan algo de comida.

16. Los elefantes bebés chupan su trompa para mayor comodidad, como lo hacen los humanos con los pulgares cuando son bebés.

17. Incluso después de que un  oso grizzly crezca y deje a su madre, ella todavía instalará su madriguera cerca de la madriguera de su madre.

18. Después de que un  bebé koala crece y se hace más grande que la bolsa de la madre, la madre cargará a su bebé en su espalda.

19. Los gatos rara vez chocan con los demás, pero cuando lo hacen es para demostrarles que confían en ellos.

20. Las ardillas adoptan y cuidan a otras ardillas bebés si son huérfanas.





jueves, 11 de abril de 2019

ABRAN LAS JAULAS



Cuando, hace 43 años, mi artículo “Liberación animal” apareció en las páginas de The New York Review of Books , mucha gente me dijo que era imposible abandonar la explotación de los animales mientras viviéramos en un sistema capitalista . 1 Wayne Pacelle, presidente y director ejecutivo de la organización protectora de animales más grande de Estados Unidos, la Humane Society of the United States (hsus), opina lo contrario. En The humane economy. How innovators and enlightened consumers are transforming the lives of animals escribe que “el capitalismo en su mejor versión” es una fuerza contra el sufrimiento animal, que “aplica la creatividad humana para dar respuesta a las demandas de un mercado moralmente
informado”.
¿Tiene razón? En la línea de quienes piensan que el capitalismo es el problema, hay que aceptar que en Estados Unidos la presión de la competencia desenfrenada llevó a muchos granjeros tradicionales a la quiebra. Aquellos que consideraban a sus animales individuos y no querían tenerlos en espacios cerrados, confinados en jaulas o contenedores, se dieron cuenta de que ya no podían sobrevivir como granjeros. Por cada pequeño productor de huevos que existe hoy, hace cuarenta años había veinte. En el mismo periodo, el número de productores de cerdo y productos lácteos ha disminuido en un 91% y un 88%, respectivamente. Mientras tanto, las granjas industriales –o, como las denomina la industria ahora, “operaciones concentradas de alimentación de animales”– han crecido tanto que el número de animales producidos se ha disparado de mil quinientos millones en 1960 a nueve mil millones en la actualidad.
Sin embargo, la culpa no es del capitalismo. Estos cambios se han producido porque los consumidores compran productos de granjas industriales, o bien a pesar de conocer lo que implica para los animales que comen, o bien porque ni siquiera se lo preguntan. El especismo, que deja a tantos de nosotros en la indiferencia respecto a los intereses de los animales, es anterior al capitalismo y ha perdurado también en los sistemas económicos alternativos, ya sea el comunismo de Estado de la nantigua Unión Soviética o el socialismo más idealista de los kibutz israelíes.

A diferencia de lo que sucede en la Unión Europea, en Estados Unidos los esfuerzos por lograr una ley nacional que proteja a los animales de granjas industriales han fracasado. En cambio, los defensores de los animales han apostado por educar a los consumidores y usar el mercado moralmente...
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martes, 5 de febrero de 2019

ANIMALES CAMUFLADOS





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