'A medio
plazo lo único que hay que hacer es sobrevivir'
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Economista polémico por sus teorías radicales sobre la crisis y el mundo
que viene, menos humanista, más tecnócrata. Se acabó el ir a más: habrá
recortes, en recursos y en derechos
Santiago Niño Becerra
(Barcelona, 1951) elige su despacho del Instituto Químico de Sarrià, para
realizar esta entrevista. Y reconforta detenerse en el hall climatizado
a respirar del sofoco de Barcelona
; a observar lo clásico del edificio, al
alumnado y a los docentes que vienen y van por este centro jesuita y elitista
(universidad privada Ramon Llull) que ya cumplió el siglo. Ahí están las
camisetas y otros souvenirs en una vitrina para el recuerdo.
Los venden. Otro producto de consumo más -también lo educativo- de los muchos
que genera este mundo desarrollado asolado por una "crisis
sistémica", estertor previo al fin del sistema capitalista, según dice este
catedrático de Estructura Económica. Una pausa antes de sumergirnos en ese
futuro terrible que, vaticino, nos va a pronosticar este hombre prolífico y
polémico por sus análisis siempre radicales y neocon (para él
parece no existir lo social ni otro poder que no sea el económico) que ha ido
volcando en artículos en la web (lacartadelabolsa.com) y en el libro El
crack de 2010, otro más de las decenas sobre la crisis económica que
se ven en las librerías, aunque el suyo (Los Libros del Lince) ya va por la 15ª
edición. Niño Becerra afirma que la debacle económica que está sucediendo y
estamos viviendo nada tiene de pasajera, ni se va a resolver en un pispás. No.
El castillo de naipes se cae. "A medio plazo lo único que hay que hacer es
sobrevivir. Hemos estado viajando en un crucero fabuloso y ahora, de golpe, es
un bote de remos". Y se ha esfumado ya ese "ir a más" en el que
nos movíamos hace poco para despeñarnos por el "ir a menos". Para
siempre. "Creo que estamos aún en un momento de concienciación. La gente
espera un milagro, necesita creer que es posible". Pero no. "Vamos
hacia una época en términos humanos horrible, no es una época que a mí me
guste. La persona como tal valdrá poco
tenderemos más hacia un colectivismo,
algo más budista". ¿Y eso es negativo? "Bueno, pensar en colectivo no
es tan estupendo
quiere decir que si disponemos de una sola dosis de antibiótico,
por ejemplo, y usted es un genio, el antibiótico será para usted". ¿Ah, sí?
¿Quién decidirá eso? "Alguien lo hará, por el bien de la comunidad".
Uff, ni un respiro, en este embudo último en que vivimos.
"La democracia
solo es posible cuando se vive en la abundancia"
Y esto es lo de menos.
Lo de más es que este declive implica otro peligro -el gran peligro en
realidad-: la merma afectará al actual sistema político. "La
democracia", asegura, "solo se puede dar en la abundancia". Y no
se inmuta. Lo que se avecina, según él, tiene el color sombrío del recorte de
derechos, libertades, igualdad
Muy criticado por sus tesis, que algunos
definen de "profecías apocalípticas y repetitivas", Niño Becerra es
vecino desde hace 30 años de la localidad costera de Vilassar de Mar; está
casado, con un hijo. Es hombre de físico menudo, media melena lacia y barba
gris a lo pombo. Un señor que parece poco dado a pensar en glamour
alguno, que viste camisa azul y suspira de vez en cuando, impaciente, porque no
se entienda lo que quiere decir (y dice mucho; no para) o porque no comprenda
tu afición a circunvalar la charla e ir hacia otros territorios.
TODA LA ENTREVISTA EN EL PAÍS AÑO 2010
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