jueves, 29 de octubre de 2015

sábado, 24 de octubre de 2015

EL RESPETO HACIA LOS ANIMALES - VENIMOS DEL MISMO SITIO

Hermano caballo
Tan arraigada estaba en España la crueldad que aún hoy no hemos conseguido erradicarla



Pertenezco a esa generación que cuando le decía a una madre que quería un perro, ella contestaba sin rodeos: "Bastante tengo con vosotros". Nosotros. En cuatro palabras eras informado de que no, de que nunca, de que tu vida no era una serie americana y de que siendo niña integrante de una familia numerosa te podías poner a la cola para que se te comprara, ¿un perro?, vamos, anda: una trenca. Pertenezco a esa generación que aún veía a los gatos como bichos salvajes, habitantes de la intemperie, visitantes furtivos de los patios a los que acudían para comer las sobras a cambio de acabar con los ratones de las cambras, de los sobrados. Pertenezco a esa generación de niñas que, aun estremecida por la crueldad de los mozos con los toros embolaos, había sido educada para observar sin juzgar la brutalidad de los hombres y de los aprendices de hombres. Las niñas veíamos el deplorable espectáculo desde los balcones y, por fortuna, se nos permitía tener piedad y ser cobardes. La valentía del bruto, menuda patochada. Pertenezco a esa generación de criaturas que ha visto pegarle una patada a una perra preñada con total naturalidad para echarla de un bar en el que había entrado en busca de su dueño, que aun tratándola mal obtenía de ella una lealtad humillada. Esa crueldad hacia los animales no era algo aislado, entraba en el catálogo de maltrato a los más débiles, del abuso del fuerte al que no puede ni tiene derecho a defenderse. Y ahí entraban los niños, las mujeres, los tonticos del pueblo, los chicos torpes. No puedo quejarme de haber tenido una infancia dura, muy al contrario, disfruté de una libertad de la que ahora la mayoría de los niños carecen, pero como niña sensible y observadora que era padecía con esas muestras de crueldad con el débil que en España eran entonces habituales.
Pero los niños no contemplan la posibilidad de que la vida pueda cambiar; los que nos criamos en un pueblo o en el campo jamás hubiéramos imaginado que se hablaría de los derechos de los animales a una vida digna. En España esa consideración hacia nuestros hermanos de otras especies nos ha pillado por sorpresa y con muchos deberes por hacer, porque parte de nuestras fiestas populares estaban basadas en demostrar la victoria del hombre contra el animal. La manifestación de la masculinidad, exaltada por el alcohol, encontraba y encuentra su momento cumbre en esa lucha desigual. A veces me pregunto cómo y por qué fuimos cambiando aquellos que crecimos presenciando escenas tan crueles; para algunos, entre los que me incluyo, la no aceptación de esas execrables tradiciones formó parte de un cambio de mentalidad que entendía que la burricie estaba reñida con el progreso. Es posible que el hecho de salir a Europa nos diera la medida de cómo se trataba a los animales en otros países, sin duda más avanzados. La devoción de los ingleses por sus perros o gatos, que en un principio se nos antojaba ridícula y propia de mujeres locas y hombres solitarios, se nos iba presentando como algo habitual en otros países cercanos. Detrás de cada ventana de Ámsterdam, hay un gato observando, tan hogareño como atento a la caza de ese ratón que presentará a los pies de sus dueños al final de su jornada laboral.
Tan arraigada estaba en España la crueldad que aún hoy no hemos conseguido erradicarla. Hay quien se pone fino con el debate y afirma que los animales no tienen derechos por cuanto carecen de deberes. Retorcimientos retóricos para no admitir lo simple: el animal no tiene por qué ser víctima de nuestros abusos. Nuestros abusos son consecuencia de un atraso. Una juez de Palma ha condenado al dueño de un caballo a ocho meses de cárcel por la paliza mortal que este le propinó tras los malos resultados del animal en una competición. Bien está. No es que dicha condena sea ejemplar es que debiera ser lo habitual para quien tortura y mata.
Late ahora mismo en el ambiente una reacción enconada contra los que consideran que el amor desmedido hacia los animales puede transformarse en desconsideración hacia las personas. Reconozco que la cursilería hacia los perros y los gatos, tratándolos como si fueran bebés, me da cierta grima, también esa idea tan facebookianade tomar a los animales salvajes como peluches inofensivos me irrita. Entiendo que humanizar a un perro o a un gato a nuestro capricho lleva consigo robarle dignidad a su naturaleza, que se mueve por códigos muy distintos a los nuestros.

Aplaudo la cárcel para el asesino del caballo. Habrá un día en que en los colegios de Tordesillas los niños serán informados de lo brutales que fueron sus antepasados. Espero verlo.




La cárcel espera al maltratador de animales





sábado, 17 de octubre de 2015

EL PODÉ JUDISIÁ

UNO DE LOS MAGISTRADOS QUE JUZGARÁN "LA TRAMA"

DURMAMOS TRANQUILOS 
JUAN JOSÉ MILLÁS


Hay gente a la que le haces una foto y te sale un cuadro al óleo. Influyen en ello multitud de factores la personalidad del retratado, su posición social, su vestimenta, sus condecoraciones, así como el lugar donde se tomó la instantánea. Hablamos del juez Enrique López, miembro, hasta hace unos días, del Tribunal Constitucional. O sea, un cargo,. Tú te cruzas con este hombre y te declaras culpable, aunque seas la señora de la limpieza. ¿Quién soporta esa mirada testicular, esas ojeras de estudioso, esa nariz rotunda, esos labios concluyentes, en los que parece haberse demorado el pincel del artista? ¿Quién no tiembla ante esas cejas ligerísimamente arqueadas, hegemónicas, líderes? ¿Quién no se estremece ante ese conjunto de cabellos dominados a punta de gomina? Y eso que hasta ahora venimos hablando de las partes, pero si observas el conjunto caes fulminado por asesino, aunque no hayas matado una mosca.
¿Qué ocurre si abandonamos el rostro? Pues que nos precipitamos en el fúnebre aliño indumentario, que viene a ser como salir de Málaga y meterse en Malagón. Parece que, más que vestirlo, lo han amortajado para hacerle el retrato. De ahí las condecoraciones que luce en el pecho y que resumen una vida. Dicho esto, y para quitarles a ustedes el susto, conviene añadir que este señor, al poco de que lo inmortalizaran de esta guisa, fue detenido por la poli "con fuerte olor a alcohol en el aliento, deambular titubeante, ojos rojos y vidriosos, habla repetitiva, ojos congestionados,,,". En definitiva borracho. Significa que era un tigre de papel. Durmamos tranquilos

VISTO EN EL PAÍS DE 22 DE JUNIO DE 2014

martes, 6 de octubre de 2015

LAPONIA EN EL CORAZÓN DE ESPAÑA


España se está muriendo. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística: "Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años". También lo dice el guión de la última película protagonizada por Carlos Álvarez-Nóvoa: "El mundo rural agoniza. La muerte de un pueblo es mucho más que la un puñado de gente. Las personas nacen y luego mueren. Pero cuando muere un pueblo, ya no nace nada", narra en voz en off este veterano y premiado actor, que murió de cáncer el pasado miércoles acompañado de su familia. En la última escena de su vida interpretativa también muere, pero esta vez en soledad. Seguramente porque representaba una triste realidad a la que se enfrentan muchos españoles que desaparecerán junto a sus pueblos. Carlos hacía el papel de uno de ellos, desnudando a la cámara la importancia del tema de la despoblación. España se está muriendo. Lentamente. En manos de un verdugo que ejerce su cometido especialmente en las zonas rurales. Los que sobreviven, los más jóvenes, huyen a las ciudades o grandes pueblos reconvirtiéndose en pequeños urbanitas. Lo dice Francisco Burillo, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza: "Laponia y la Serranía Celtibérica, que comprende regiones de Aragón, Castilla- La Mancha, Castilla y León, Navarra y La Rioja, son los dos únicos territorios de Europa que registran densidades inferiores a 8 habitantes por kilómetro cuadrado". España se está muriendo. También lo dicen los ojos de Juan. Tiene cinco años y es el único niño que hay en Robregordo, un pequeño pueblo de 30 habitantes en la Sierra Norte de Madrid. Casi todas sus casas están en venta o alquiler; en dos horas sólo vemos a cinco personas y ninguna baja de los 70 años. Excepto Juan. El crío juega por las tardes solo, ante la atenta mirada de nadie, con su pelota de baloncesto en la canasta que hay frente al Ayuntamiento. Un edificio de piedra que también hace las funciones de bar, el único del pueblo. "Hace años éramos más de 150 habitantes. Algunos han muerto y otros se han ido a Madrid o a Buitrago de Lozoya", afirma María, la alcaldesa de Robregordo. Buitrago está a 16 kilómetros, tiene 2.000 habitantes y es el pueblo escala opueblo cebolla de la sierra. Así lo llama su alcalde, el popular Ángel Martínez Herrero. "Muchas familias de la zona abandonan sus casi desaparecidos pueblos -primera capa de la cebolla rota- y vienen aquí porque quieren quedarse en la sierra. Cuando los niños crecen ya se van a Madrid -última capa de la cebolla- por la falta de oportunidades y servicios. Nosotros seremos los últimos en caer, pero lo haremos al final como todos", dice Ángel, augurando un futuro pésimo a esta zona. "¡Y a toda España! Pero lo curioso es que aquí estamos sólo a 40 minutos de la capital". La despoblación preocupa. Por ello la Mancomunidad de la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid, formada por 42 municipios, propuso el año pasado al director de cine, Emilio Ruiz Barrachina, la posibilidad de rodar una película sobre la despoblación rural. Emilio, nominado en 2012 a los premios Goya por su trabajo sobre el cantaor Enrique Morente, aceptó el proyecto sin dudar. Encontramos al director y también periodista, ex corresponsal de guerra en África, desayunando en una cafetería en Buitrago. Aquí decidió quedarse a vivir cuando terminó de rodar su documental, El Violín de Piedra, con un presupuesto de 300.000 euros, financiada exclusivamente por la Mancomunidad. "Espero que este film sirva para concienciar a la gente de un problema que nos afecta a todos", añade Emilio, mientras nos da una vuelta por el pueblo y la zona enseñándonos los escenarios reales donde grabaron. Su película, que se estrena en los cines a mediados de noviembre, explica en forma de comedia ácida el tema de la despoblación a través de la historia del último habitante de un pueblo. La cinta fue presentada en el Festival Internacional de Oviedo, ganando el premio a Mejor Director, Mejor Actor y Mejor Música. Carlos Álvarez- Novóa -premio Goya al mejor actor revelación en el 2.000 por Solas- es el protagonista. El actor murió el pasado miércoles con 75 años. Le localizamos días antes en Sevilla. El hombre había recibido una sesión de quimioterapia y casi no tenía fuerzas para hablar. Por ello, su amigo Emilio nos cuenta por qué este actor tan carismático se prestó para el proyecto. "Carlos nació en un pueblo minero de Asturias. Había visto con sus propios ojos cómo las aldeas de su tierra se estaban quedando vacías y estaba muy sensibilizado con este tema". Algunos de esos pueblos de la infancia del actor ya están abandonados. Al igual que otros 2.800 en todo el país. En ellos ya no se escucha el bullicio de antaño. Algunos están en ruinas. Otros han sido rehabilitados gracias a un Programa de recuperación llevado a cabo por el Ministerio de Agricultura. Pero el silencio sigue reinando en sus pequeñas callejuelas. Es el caso, por ejemplo, de Umbralejo, en plena Sierra de Ayllón (Guadalajara). Es un pueblo completamente restaurado en el que literalmente "no queda ni un solo alma". Tiene 70 casas de pizarra y barro, aulas, comedores y talleres. Pero nadie las usa. La Serranía Celtibérica, a la que algunos llaman la Laponia del Sur, es la zona más despoblada de España. En los valles riojanos de los ríos Jubera y Cameros Viejo, tiene una densidad real de 0,64 habitantes por km2, la mayoría personas de más de 60 años dedicados a la agricultura y la ganadería. "Estamos ante una silenciosa muerte biológica que se lleva con ella la cultura y el modo de vida campesino", afirma Francisco Burillo. Este Catedrático de la Universidad de Zaragoza es el promotor de un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad que buscan una solución inmediata para evitar la desaparición de los pueblos de la sierra. "Hoy, la Serranía Celtibérica es el territorio más desarticulado y con la mayor tasa de envejecimiento de toda la Unión Europea", explica Francisco. Para luchar contra este fenómeno hay Fundaciones como Abraza la Tierra que trabajan para asentar la población en el medio rural. "En el último año nos han escrito 1.600 personas interesadas en vivir en un pueblo. Muchas eran parejas jóvenes y con estudios. Nosotros les aconsejamos y les buscamos un pueblo que encaje con ellos", afirma Eva González, coordinadora de la Fundación. Aunque si usted está interesado en volver al pueblo, también puede comprar uno. La web, Aldeas Abandonadas, funciona como una inmobiliaria vendiendo pueblos deshabitados. "Hace un par de años vendimos una aldea en Galicia por 65.000 euros", dice Elvira, responsable de la web. Todo sea para que España no se muera ni sus pueblos desaparezcan. 

 El envejecimiento 

La situación de España en 2030 En los próximos 15 años nuestro país perdería 1.022.852 habitantes y en 50 la situación se agravará hasta los más de 5,6 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Reducción drástica de la población De confirmarse esa bajada de los habitantes, el censose reduciría hasta los 45,8 millones en el año 2024 y 40,9 millones en 2064. Esta reducción se debe al progresivo aumento de las defunciones y la disminución de los nacimientos. Preocupación por el envejecimiento Los habitantes españoles son también cada vez más ancianos. El porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se sitúa en el 18,2% pasaría a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064.

viernes, 2 de octubre de 2015

CONDECORACIÓN POR ACCIONES EN INTERÉS DE LA PATRIA

Si bien lo pensamos, aún nos pasa poco


Año 2015. El ministro de Interior de un país con 47 millones de habitantes de lo que conocemos como occidente ha condecorado por segunda vez a una virgen. Sí, me refiero a la figura religiosa; esa misma que suele representarse con un muñeco o muñeca de madera, escayola, o lo que sea aquello con lo que se fabrica hoy la imaginería. En este caso, el motivo de los honores no es otro que “(…) premiar las acciones o conductas de extraordinario relieve que redunden en el prestigio del Cuerpo de la Guardia Civil e interés de la patria”. Así, tal como suena.
Respeto cualquier creencia que por sí misma no afecte más que al propio creyente. Creer en vírgenes, santos o milagros, stricto sensu, solo afecta a quien lo cree, incluso a veces de forma positiva. Lo mismo que empapelar una vivienda con imágenes del pato Lucas y hasta ponerle un altar en el lugar de la televisión (mucho más sano, por cierto). No tengo ningún problema con los que creen que hoy existe una raza de reptiles que domina el mundo (y menos si es una forma de denominar a los malnacidos), o con los que consultan a los espíritus, a los que viven de tirar cartas, el humo de un puro, o de rebanarle el pescuezo a una pobre gallina, y tampoco con los que creen que hay una civilización viviendo bajo la corteza terrestre. Allá cada cual. Todos tenemos algún cable sin conexión. Pero una cosa es lo que piense cada individuo, y otra muy distinta lo que ponga en práctica un Gobierno.
Seamos mÍnimamente serios. No es de recibo que un ministro en su sano juicio, o que no sea un auténtico cínico, condecore con una medalla a la advocación de un personaje de un cuento para niños, por muchos seguidores que tenga el cuento. Un cuento que, amalgamado con las monarquías, además de haber cercenado el progreso y la libertad de la humanidad, por aparente contraposición con otros cuentos igualmente nocivos, ha costado la vida a millones de seres humanos, y en ocasiones de forma extraordinariamente cruel, todo hay que decirlo.
Y no, bien pensado no es que no sea de recibo, es que es un insulto.
Pero no es un insulto porque transgreda la ley por mucho que lo reclamen las asociaciones laicas. No lo hace. Este es otro de los engaños de la Constitución de los siete padres y ninguna madre. El Estado español no es laico, sino aconfesional. Y no, no es lo mismo ni se le parece. En realidad es un insulto porque estamos en el siglo XXI y desde el poder se nos sigue considerando un rebaño. Y esto es desesperante, ya que lo hacen porque pueden permitírselo. Los que de verdad mandan en este país y en gran parte del mundo (no me refiero a los títeres políticos que manejan), creen tanto en la democracia como la alta jerarquía de la Iglesia cree en Dios. Pero aquí estamos.
Tenemos medios de comunicación que desinforman, una educación que embrutece, ministros que ponen medallas a muñecos, una democracia que dura 12 horas cada 1461 días, partidos sometidos al capitalismo que hacen políticas demencialmente antisociales y que se dicen de izquierdas, ultraderechas neoliberales que se llaman centro, y nuevas esperanzas que juegan a perpetuar este sistema antipersonas repartiendo caramelos. Pero, con dignas excepciones, seguimos admitiendo el statu quo al considerar interlocutores válidos a reyes, obispos, mercenarios de la política y sus leyes, y periodistas a sueldo del gran capital. Y así no vamos a ninguna parte. Y todo ello con el agravante de contar con una sociedad conscientemente impotente pero mayoritariamente receptiva a una audaz sinceridad política que ni está ni se la espera.
Si lo pensamos bien, aún nos pasa poco. Pero todo es cuestión de tiempo.
PACO BELLO
VISTO EN INICIATIVA DEBATE

lunes, 21 de septiembre de 2015

LA DERIVA DE FELIPE GONZÁLEZ

O Felipe se ha caído en la marmita que tiene la pócima del enganche a todo lo que huela a dinero y poderes escondidos detrás o uno no se puede creer lo que se ve últimamente que sale por su boca o en forma de artículos de todo tipo, pero bueno habrá que asumir lo que ya está más claro que el caldo de un asilo que se decía antes,ahora no se dice, afortunadamente, ya que en los llamados asilos públicos no se come tan mal.

No sé cuanto sabrá el Señor González sobre gas natural. Seguramente muchísimo más de lo que sabe sobre las dictaduras en América Latina. Lo que sorprende y contrasta es queFelipe González siempre presume de conocer lo que es vivir en una dictadura (la española de Franco). Qué lástima que esa experiencia sea olvidada o infravalorada únicamente por el afán de defender al Señor Leopoldo López a cualquier precio.
Hace pocos días, en conferencia conjunta de prensa con la esposa del Señor López, tuvo la astuta idea de comparar a Venezuela con lo que fue el régimen dictatorial de Augusto Pinochet en Chile. No sé si el señor González lo piensa así realmente o es que ha querido llamar la atención de la prensa internacional sobre el caso Leopoldo López luego de que su sentencia haya pasado más inadvertida de lo que hubiera deseado. El ex Presidente González en ese arte es un verdadero maestro: siempre ha sabido manejar mejor que nadie la agenda mediática-política según su interés.
Es legítimo defender lo que uno cree. Resulta un ejercicio coherente defender mediática y políticamente a aquel dirigente con quien usted se identifica y apoya a pesar de haber sido encontrado culpable de instigación pública, daños a la propiedad pública y asociación para delinquir durante los sucesos que acabaron con la muerte de 43 venezolanos en 2014. El Señor López tiene desde hace años un currículo delictivo que no es, ni mucho menos, para pasarlo por alto: a) fue condenado por haber participado en la persecución y detención ilegal del entonces ministro de Interior y Justicia en el golpe de Estado contra Chávez en 2002 (el propio Chávez lo amnistió posteriormente); b) en 2008, López fue inhabilitado políticamente por la Contraloría General, por un caso de conflictos de intereses de 1999 por su responsabilidad en PDVSA; c) en 2011, la Contraloría lo inhabilitó nuevamente por el desvío de recursos públicos cuando era alcalde de Chacao (2000-2008).
A pesar de todo ello, Felipe González tiene derecho a apoyar al Señor López y también a discrepar de la justicia, tanto de su país como de la de un país ajeno. También tiene todo el derecho del mundo a que no le guste la Revolución Bolivariana, ni Hugo Chávez ni Nicolás Maduro. Tiene derecho a ser íntimo amigo del magnate venezolano Gustavo Cisneros, empresario al que el Estado español durante su gobierno le vendió Galerías Preciados tras la expropiación de Rumasa por un precio “regalado”. Puede que haya tenido derecho incluso a usar un avión de la fuerza aérea colombiana hace unos meses cuando quiso salir de Venezuela puesto que posee la nacionalidad de dicho país. Todo el derecho del mundo a hacer ruido y patalear por la sentencia de la justicia venezolana, aunque ni Unasur ni ningún presidente actual latinoamericano (ni siquiera su amigo Santos) se hayan manifestado al respecto.
Ningún organismo público internacional habla de dictadura para referirse a Venezuela (sí lo hacen algunas ONGs privadas, cada una de las cuales responde a los intereses de los financistas respectivos)...
Sin embargo, todos estos derechos deberían venir acompañados al menos de la obligación de ser más preciso y honesto a la hora de diferenciar entre democracia venezolana y dictadura pinochetista. Ningún organismo público internacional habla de dictadura para referirse a Venezuela (sí lo hacen algunas ONGs privadas, cada una de las cuales responde a los intereses de los financistas respectivos); ningún organismo internacional ha puesto en entredicho ninguna de las elecciones venezolanas celebradas a lo largo de los últimos 17 años (un total de 19, incluyendo revocatorio, reformas constitucionales, elección presidencial por fallecimiento del Presidente Chávez); tampoco ha habido tribunal internacional que haya emitido sentencia alguna en contra de Venezuela por violación de derechos humanos, y mucho menos, por delitos de lesa humanidad. Sabrá seguramente el Señor González, o debería saber, que, de continuar con vida, el dictador Augusto Pinochet habría sido condenado por primera vez en agosto de este año en una causa por delitos de lesa humanidad, pero el juez dictó sobreseimiento definitivo por fallecimiento. Pinochet fue implicado en delitos de genocidio, terrorismo internacional, torturas y desaparición de personas. El último informe de la Comisión Valech, tras 18 meses de trabajo y 32.000 denuncias, reconoce un total de 40.018 víctimas de la dictadura. Quiero pensar que cuando el Señor González afirma que “Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro”, tendrá alguna prueba para demostrarlo más allá de su verborragia seductora.
Es comprensible que el Felipe González quiera derrocar al gobierno del Presidente Maduro, apostando por el Señor López, pero sería más correcto que lo intentara por la vía democrática, por la vía de las urnas. De todas formas, merece la pena recordar que el mismísimo Señor López renunció a competir al interior de las filas opositoras de cara a las elecciones del año 2012. Dentro de la MUD (Mesa Unidad Democrática), era el peor posicionado en las encuestas con apenas el 10% de su propio electorado, lo cual le hizo retirar su candidatura a favor de Henrique Capriles. Leopoldo López nunca fue el elegido en el seno de la oposición. Siempre fue marginado por los dos grandes partidos que conforman la mesa opositora, tanto por copeyanos como adecos. Ni siquiera Capriles acató la tesis política “La Salida” (cambio ya, la calle vence) impulsada por el Señor López fundamentado en el documento “Acuerdo Nacional para la Transición” difundido en 11 de febrero de 2014 convocando a desconocer al gobierno legalmente constituido en Venezuela. Capriles cree que en Venezuela sólo se puede llegar a ser Presidente cuando realmente se cuenta con el respaldo de una mayoría social que hasta el momento prefiere el chavismo como propuesta política.
Si lo que ambiciona el Señor González es realmente que caiga la Revolución Bolivariana, entonces debería medir mejor el efecto político de sus declaraciones y su comportamiento hacia dentro del territorio venezolano.
Aún así, el Señor González tiene todo el derecho del mundo de identificar en el Señor López al candidato ideal para competir en Venezuela. Seguramente, encuentra en López el tono más duro crítico contra el Presidente Maduro que la prensa hegemónica internacional aplaude. Sin embargo, el estratega González parece haber perdido el buen olfato que le caracterizó en la década de los ochenta para ganar elecciones en España. Lo primero es que debe darse cuenta de que las elecciones de Venezuela no se celebran ni en España ni en los titulares de prensa de muchos medios dominantes a nivel global. Los que votan son venezolanos mayoritariamente que viven en Venezuela. Si lo que ambiciona el Señor González es realmente que caiga la Revolución Bolivariana, entonces debería medir mejor el efecto político de sus declaraciones y su comportamiento hacia dentro del territorio venezolano.
Esto es algo que se olvida muchas veces debido a la fuerte dosis colonizadora que caracteriza a estos líderes globalizados. Una cosa es ganar la batalla afuera, donde siempre ganan, y otra bien diferente es ganar adentro en países que transitan por un cambio de época sustentado en la recuperación de su soberanía. Si Felipe González continúa por esta senda, de defender a Leopoldo López hablando de Augusto Pinochet, entonces, le hace un flaco favor a la oposición venezolana porque esto es como tirar piedras contra su propio tejado. En la confrontación política, el chavismo se mueve como pez en el agua. Ha surgido de esa raíz, de la disputa, de la lucha contra los intereses transnacionales. El señor González le sirve en bandeja al gobierno legítimo de Nicolás Maduro la posibilidad de que vuelva a identificar al enemigo externo como el gran peligro para la democracia venezolana. La pregunta es si Felipe González es consciente de que el pueblo venezolano mayoritariamente cree que si alguien se parece de verdad a Augusto Pinochet, el elegido sería Leopoldo López por sus intentos constantes de derrocar a una democracia por la vía golpista.
por Alfredo Serrano Mancilla  Doctor en Economía
Tomado de CELAG

Publicado originalmente en PÚBLICO.ES 
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martes, 15 de septiembre de 2015

miércoles, 9 de septiembre de 2015

PUEBLOS BUSCANDO HABITANTES - ¿UNA SALIDA A LA CRISIS?

Un costalero sevillano en la Castilla desierta

Una pareja andaluza son los únicos habitantes de un pueblo de Segovia al que llegaron hace un año en busca de trabajo



“Pueblos buscando habitantes”. Son las tres palabras que Rafael Sánchez tecleó desde la barriada sevillana de Su Eminencia y que dieron un vuelco a su vida. Eso fue hace poco más de un año, cuando él y su novia andaban desesperados, cuando no tenían casi para comer y corrían el serio riesgo de acabar desahuciados. Dos meses después, la vida les sonreía. Tenían casa, trabajo y un pueblo entero para ellos solos. Eso sí, a cientos de kilómetros de su adorada Esperanza de Triana y en un pueblo sin bar, ni ultramarinos ni vecinos. El joven matrimonio sevillano y su recién nacida Leonor son los únicos habitantes de Castiltierra, un pueblo de Segovia del que hace años emigraron todos sus habitantes y que quedó vacío como los cientos de pueblos españoles que mueren en silencio. Contener la sangría demográfica no es asunto fácil. Incluso historias de éxito como la de Sánchez (30) y su mujer Ana Romalde (26) ilustran las dificultades inherentes de las repoblaciones.
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O EN MI DRIVE

viernes, 28 de agosto de 2015

Celtic Woman - You Raise Me Up



Tú Me Levantas

Cuando estoy deprimido, ay! y mi alma, tan cansada;
Cuando los problemas vienen y mi corazón está agobiado;
Entonces, me quedo quieto y espero aquí en silencio,
Hasta que llegas y te sientas un rato conmigo.

Tú me levantas, para que pueda pararme sobre las montañas;
Tú me levantas, para caminar sobre los mares tormentosos;
Soy fuerte, cuando estoy sobre tus hombros;
Tú me levantas…A más de lo que yo puedo estar.

Tú me levantas, para que pueda pararme sobre las montañas;
Tú me levantas, para caminar sobre los mares tormentosos;
Soy fuerte, cuando estoy sobre tus hombros;
Tú me levantas…A más de lo que yo puedo estar.

No hay ninguna vida – no hay ninguna vida sin su hambre;
Cada inquieto corazón late tan imperfectamente;
Pero cuando llegas y me llenas de maravilla,
A veces, creo vislumbrar la eternidad.

Tú me levantas, para que pueda pararme sobre las montañas;
Tú me levantas, para caminar sobre los mares tormentosos;
Soy fuerte, cuando estoy sobre tus hombros;
Tú me levantas…A más de lo que yo puedo estar.

Tú me levantas, para que pueda pararme sobre las montañas;
Tú me levantas, para caminar sobre los mares tormentosos;
Soy fuerte, cuando estoy sobre tus hombros;
Tú me levantas…A más de lo que yo puedo estar.

Tú me levantas…A más de lo que yo puedo estar.

sábado, 22 de agosto de 2015

jueves, 20 de agosto de 2015

Bohemian Rhapsody for Symphony Orchestra and Solo Viola - THE STUDIO REC...

UN POCO DE LA HISTORIA RECIENTE (AÑOS 90)

ANGUITA, LA PINZA Y LAS PEÑAS FLAMENCAS

Además de intervenir en espacios que podemos considerar más propios de las organizaciones políticas, debemos intervenir políticamente en aquellos ámbitos donde las personas se socializan.

GONZALO CARO// Hace unos pocos días debatía con un tuitero sobre los motivos que podían llevar a que los obreros votaran a la derecha y si eso era un síntoma de la próxima extinción de la raza humana. Mi respuesta fue que era síntoma de nuestra incapacidad manifiesta (la de la izquierda transformadora) para haber construido contrahegemonía y más que incapacidad, nuestra dejación de funciones en dicha tarea durante mucho tiempo, asumiendo una buena parte de la izquierda política y sindical tras la caída del Muro que nuestro único horizonte (con honrosas excepciones como la de Anguita) era la concertación con el capital y con unas instituciones que se habían diseñado para que todo pudiera cambiar para que todo siguiera igual.
En el siguiente lance, el tuitero me preguntaba por Anguita, cómo era posible que nadie le hubiera hecho caso y hoy todo el mundo casi lo sacralizara porque tuvo razón. Aquello nos llevó a hablar de “la pinza”[1], una de las operaciones donde más claramente podemos ver que la hegemonía, es decir, la capacidad de hacer coincidir el sentido común con los intereses de la clase dominante, no se construye (sólo) a través de La Cuarta Página del diario El País, sino que se construye a través de todos los mecanismos de socialización (familia, escuela, círculo de iguales, trabajo, entorno, ocio, consumo…) y posiblemente todos y todas recordemos o podamos encontrar artículos en algunos medios hablando de esa pinza, pero seguramente recordemos menos estos vídeos:
Este vídeo pertenece a Las noticias del Guiñol de Canal+ , un programa que mediante el humor contaba, comentaba la actualidad, todo para un público de carácter progresista. Indispensable la figura de Álvarez Cascos (probablemente el más odiado miembro del PP en aquel entonces) en este sketch.
Este otro vídeo no tiene tampoco desperdicio, corresponde a un programa llamado La Parodia Nacional que en su edición más seguida, llegó a tener un 33,96% de cuota de pantalla (chúpate esa Salvame Deluxe) y que cuando se retiró tenía sólo un 20%. Era un programa diferente al guiñol, se emitía un viernes noche, y su target no era probablemente ni el progresista ni tampoco quien buscaba información, sino familias trabajadoras que al terminar la semana no salían, sino que se quedaban en su casa sentados frente al televisor a pasar un buen rato
Estos dos vídeos muestran que la hegemonía no se construye en La Cuarta Página de El País, la hegemonía es un mecanismo que se trasluce en las manifestaciones culturales y probablemente cuanto más alejadas aparentemente de la política están, más poderoso es su efecto en la conformación del sentido común de las personas.

El papel de las peñas flamencas

¿Y que pintan las peñas flamencas en este artículo? En el libro Contra la ceguera Anguita comenta que uno de los factores que explican que el PCE lograra la alcaldía de Córdoba fue la gran implementación del partido en las peñas flamencas. Debo reconocer que esto a priori me sorprendió, luego lo achaqué a que, al provenir de la dictadura y no haber podido intervenir directamente en política, era necesario hacerlo a través de colectivos y organizaciones que no estuvieran perseguidas. Esa puede ser una visión miope, que no contempla que la implementación de las peñas flamencas era un mecanismo similar al de La Parodia Nacional, una vía para acceder a personas trabajadoras en un ámbito que no es el que consideraríamos estrictamente político.
Además de intervenir en espacios que podemos considerar más propios de las organizaciones políticas, la institución, los medios de comunicación, el acto, el mítin, las manifestaciones y asambleas etc. debemos intervenir políticamente en aquellos ámbitos donde las personas se socializan, donde las actividades que se realizan tienen un sentido cotidiano, como son el ocio y también sin ninguna duda el ámbito del trabajo (este último ámbito merece un artículo para él solo).
Ni sopas de estrellas recocidas en sí mismas, ni carreras frenéticas saltando de vacío en vacío en pos de un espejismo electoral que confundamos con el poder, la lucha por la hegemonía se da en el día a día, en los momentos y lugares en los que la gente construye el sentido de su realidad.

EL PLANETA MONGOLIO

El planeta liberal (o el verdadero precio del capitalismo)
Publicado en ago 19 2015 - 11:04am Por Publicado por IDP



José Manuel Lechado | Iniciativa Debate | 19/08/2015

En un brazo remoto de la Galaxia se encuentra el planeta Mongolio, descubierto hace poco tiempo por el observatorio orbital de rayos X Chandra. Los datos aportados por esta sonda han revelado un mundo muy curioso, habitado por una civilización pujante que en nada se parece a la nuestra.
Según los datos, este pequeño mundo se encuentra cubierto de un gran océano sobre el cual sólo emergen cinco islas no demasiado grandes, pero tampoco muy reducidas. En una de ellas, llamada Mungo, un emprendedor llamado Ming llevó a cabo un experimento económico de lo más curioso con la intención declarada de proporcionar a su planeta un crecimiento sin parangón en la Vía Láctea.

En la isla Mungo vivían 10 mongolianos (uno de ellos el propio Ming). La isla producía cada año 10 bananas mongolianas, suficientes para sustentar a la población local sin problemas y aportarles todo lo que necesitaban. Históricamente cada mongoliano se quedaba su banana y así las cosas iban tirando. Pero Ming —todo un emprendedor, como ya se ha dicho—, decidió invertir su banana: dio a dos de sus paisanos, los más brutos que pudo encontrar, media banana a cada uno, y también unas cachiporras de madera. A cambio debían quitar a los otros siete sus bananas y dárselas a él (a Ming), para que las distribuyera de manera correcta.
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martes, 18 de agosto de 2015

ASÍ SE VEN LAS ESTRELLAS EN EL DESIERTO DE ATACAMA

CUMPLID LAS LEYES Y DENIGRAD A LOS MONAGUILLOS DEL DICTADOR

Edulcorar el franquismo

Publicado en ago  EN INICIATIVA DEBATE 17 2015 - 1:51pm Por Publicado por Nerea Castro

La prensa y los políticos conservadores intentan blanquear el franquismo y la biografía de personajes que tuvieron una implicación directa en la dictadura.

Antonio MaestreLa Marea17 agosto 2015

MADRID// El franquismo no puede pervivir en una democracia sin revisar la historia. Para que aquellos que fueron parte de la historia más negra de nuestro país hayan podido tener representación pública y política es preciso ocultar los puntos más oscuros y terribles de las biografías. Para los nostálgicos blanqueados es preciso hacer creer que los 40 años de represión fueron un mal menor necesario para evitar la llegada del terror rojo y que tras la muerte de Franco es vital sepultar en la memoria los crímenes de quienes son homenajeados en las calles de nuestras ciudades y edulcorar su implicación en el régimen genocida de Francisco Franco.
FUENTE: LA MAREA

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