España se está muriendo. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística: "Si se mantuvieran las tendencias demográficas actuales, España perdería un millón de habitantes en los próximos 15 años".
También lo dice el guión de la última película protagonizada por Carlos Álvarez-Nóvoa: "El mundo rural agoniza. La muerte de un pueblo es mucho más que la un puñado de gente. Las personas nacen y luego mueren. Pero cuando muere un pueblo, ya no nace nada", narra en voz en off este veterano y premiado actor, que murió de cáncer el pasado miércoles acompañado de su familia.
En la última escena de su vida interpretativa también muere, pero esta vez en soledad. Seguramente porque representaba una triste realidad a la que se enfrentan muchos españoles que desaparecerán junto a sus pueblos. Carlos hacía el papel de uno de ellos, desnudando a la cámara la importancia del tema de la despoblación.
España se está muriendo. Lentamente. En manos de un verdugo que ejerce su cometido especialmente en las zonas rurales. Los que sobreviven, los más jóvenes, huyen a las ciudades o grandes pueblos reconvirtiéndose en pequeños urbanitas. Lo dice Francisco Burillo, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza: "Laponia y la Serranía Celtibérica, que comprende regiones de Aragón, Castilla- La Mancha, Castilla y León, Navarra y La Rioja, son los dos únicos territorios de Europa que registran densidades inferiores a 8 habitantes por kilómetro cuadrado".
España se está muriendo. También lo dicen los ojos de Juan. Tiene cinco años y es el único niño que hay en Robregordo, un pequeño pueblo de 30 habitantes en la Sierra Norte de Madrid. Casi todas sus casas están en venta o alquiler; en dos horas sólo vemos a cinco personas y ninguna baja de los 70 años. Excepto Juan.
El crío juega por las tardes solo, ante la atenta mirada de nadie, con su pelota de baloncesto en la canasta que hay frente al Ayuntamiento. Un edificio de piedra que también hace las funciones de bar, el único del pueblo. "Hace años éramos más de 150 habitantes. Algunos han muerto y otros se han ido a Madrid o a Buitrago de Lozoya", afirma María, la alcaldesa de Robregordo.
Buitrago está a 16 kilómetros, tiene 2.000 habitantes y es el pueblo escala opueblo cebolla de la sierra. Así lo llama su alcalde, el popular Ángel Martínez Herrero. "Muchas familias de la zona abandonan sus casi desaparecidos pueblos -primera capa de la cebolla rota- y vienen aquí porque quieren quedarse en la sierra. Cuando los niños crecen ya se van a Madrid -última capa de la cebolla- por la falta de oportunidades y servicios. Nosotros seremos los últimos en caer, pero lo haremos al final como todos", dice Ángel, augurando un futuro pésimo a esta zona. "¡Y a toda España! Pero lo curioso es que aquí estamos sólo a 40 minutos de la capital".
La despoblación preocupa. Por ello la Mancomunidad de la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid, formada por 42 municipios, propuso el año pasado al director de cine, Emilio Ruiz Barrachina, la posibilidad de rodar una película sobre la despoblación rural. Emilio, nominado en 2012 a los premios Goya por su trabajo sobre el cantaor Enrique Morente, aceptó el proyecto sin dudar.
Encontramos al director y también periodista, ex corresponsal de guerra en África, desayunando en una cafetería en Buitrago. Aquí decidió quedarse a vivir cuando terminó de rodar su documental, El Violín de Piedra, con un presupuesto de 300.000 euros, financiada exclusivamente por la Mancomunidad. "Espero que este film sirva para concienciar a la gente de un problema que nos afecta a todos", añade Emilio, mientras nos da una vuelta por el pueblo y la zona enseñándonos los escenarios reales donde grabaron.
Su película, que se estrena en los cines a mediados de noviembre, explica en forma de comedia ácida el tema de la despoblación a través de la historia del último habitante de un pueblo. La cinta fue presentada en el Festival Internacional de Oviedo, ganando el premio a Mejor Director, Mejor Actor y Mejor Música. Carlos Álvarez- Novóa -premio Goya al mejor actor revelación en el 2.000 por Solas- es el protagonista.
El actor murió el pasado miércoles con 75 años. Le localizamos días antes en Sevilla. El hombre había recibido una sesión de quimioterapia y casi no tenía fuerzas para hablar. Por ello, su amigo Emilio nos cuenta por qué este actor tan carismático se prestó para el proyecto. "Carlos nació en un pueblo minero de Asturias. Había visto con sus propios ojos cómo las aldeas de su tierra se estaban quedando vacías y estaba muy sensibilizado con este tema".
Algunos de esos pueblos de la infancia del actor ya están abandonados. Al igual que otros 2.800 en todo el país. En ellos ya no se escucha el bullicio de antaño. Algunos están en ruinas. Otros han sido rehabilitados gracias a un Programa de recuperación llevado a cabo por el Ministerio de Agricultura. Pero el silencio sigue reinando en sus pequeñas callejuelas. Es el caso, por ejemplo, de Umbralejo, en plena Sierra de Ayllón (Guadalajara). Es un pueblo completamente restaurado en el que literalmente "no queda ni un solo alma". Tiene 70 casas de pizarra y barro, aulas, comedores y talleres. Pero nadie las usa.
La Serranía Celtibérica, a la que algunos llaman la Laponia del Sur, es la zona más despoblada de España. En los valles riojanos de los ríos Jubera y Cameros Viejo, tiene una densidad real de 0,64 habitantes por km2, la mayoría personas de más de 60 años dedicados a la agricultura y la ganadería. "Estamos ante una silenciosa muerte biológica que se lleva con ella la cultura y el modo de vida campesino", afirma Francisco Burillo. Este Catedrático de la Universidad de Zaragoza es el promotor de un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad que buscan una solución inmediata para evitar la desaparición de los pueblos de la sierra.
"Hoy, la Serranía Celtibérica es el territorio más desarticulado y con la mayor tasa de envejecimiento de toda la Unión Europea", explica Francisco.
Para luchar contra este fenómeno hay Fundaciones como Abraza la Tierra que trabajan para asentar la población en el medio rural. "En el último año nos han escrito 1.600 personas interesadas en vivir en un pueblo. Muchas eran parejas jóvenes y con estudios. Nosotros les aconsejamos y les buscamos un pueblo que encaje con ellos", afirma Eva González, coordinadora de la Fundación.
Aunque si usted está interesado en volver al pueblo, también puede comprar uno. La web, Aldeas Abandonadas, funciona como una inmobiliaria vendiendo pueblos deshabitados. "Hace un par de años vendimos una aldea en Galicia por 65.000 euros", dice Elvira, responsable de la web.
Todo sea para que España no se muera ni sus pueblos desaparezcan.
El envejecimiento
La situación de España en 2030
En los próximos 15 años nuestro país perdería 1.022.852 habitantes y en 50 la situación se agravará hasta los más de 5,6 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Reducción drástica de la población
De confirmarse esa bajada de los habitantes, el censose reduciría hasta los 45,8 millones en el año 2024 y 40,9 millones en 2064. Esta reducción se debe al progresivo aumento de las defunciones y la disminución de los nacimientos.
Preocupación por el envejecimiento
Los habitantes españoles son también cada vez más ancianos. El porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se sitúa en el 18,2% pasaría a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064.
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ESTE ES EL SITIO DONDE, SI EL DUENDE AYUDA, SE ME CONSERVARÁN LAS COSAS QUE YO VOY VIENDO Y QUE ME GUSTAN. CREO QUE ASÍ SE AHORRA SITIO EN CASA Y SABES SIEMPRE DÓNDE HAY QUE IR A BUSCAR.
martes, 6 de octubre de 2015
LAPONIA EN EL CORAZÓN DE ESPAÑA
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