Me ha llegado un mail que me ha emocionado. La madre de un niño con una enfermedad rara, responde a las declaraciones de Bertín Osborne sobre las donaciones de Amancio Ortega. Con el permiso de R. y de S., la madre del niño, os pego aquí el mensaje. Te deja con un nudo en la garganta pero es un ejercicio de dignidad que debería hacernos reflexionar a todos.
Las donaciones no pueden servir para lavar la cara de la elusión y la injusticia fiscal
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Hola Pablo,
No te conozco pero eres parte de nuestra casa desde tus inicios ...pero esto es solo una pequeña presentación ya que en realidad te escribo para hacerte llegar un texto de mi amiga, compañera de andanzas, hermana de corazón, S., que tiene un peque con la enfermedad rara de Duchenne en relación a las declaraciones de Bertín Osborne sobre las donaciones de Amancio Ortega que creo debes conocer...
Un abrazo
R.
Carta de S. A Bertín Osborne👇🏼
Cuando se habla de solidaridad, es muy fácil caer en demagogias. Sobre todo en hipocresías, pero lo que si que clama al cielo, es usarla para ser cruel.
Cuando alguien dice: Ojalá no tenga que pasar x esto o aquello...en realidad lo estamos deseando con todas nuestras fuerzas. Ya hay que ser cruel y carecer de argumentos, para atacar a tu oponente de esta forma.
Sr. Osborne. ¿Porqué se queda en el iceberg del asunto? ¿Porqué no le conviene, indagar sobre lo que hay debajo?
Creo tener la respuesta. Porque indagar en lo que usted llama solidaridad, termina acabando en algo que en realidad es limosna y caridad. Y claro...mantener escondidos estos dos conceptos debajo de la capa de la solidaridad, le vienen muy bien a usted y a su casta. Sí. A su casta. A su clase.
Con ambas (limosna y caridad) calman su conciencia, reducen impuestos y ganan buena reputación social. Es fantástico.
A estas alturas supondrá que estoy hablando de la consabida donación (limosna) del dueño de Inditex, y de su deseo de sufrimiento de una determinada enfermedad al grupo de gente (según usted mamarrachos) que analizan desde la justicia social, tal donación.
Su admirado Sr. Ortega, en otro país, no tendría que dar limosna, puesto que sobre los grandes beneficios que obtienen fortunas como la suya, se le imputaría el llamado impuesto de la solidaridad, que administraría el Estado.
La salud, la educación...son bienes tan básicos en la vida de un ser humano, que debe ser el Estado y no un particular quien las regule.
Verá, le explico.
Usted y yo, Sr. Osborne tenemos algo en común. Tenemos un hijo que sufre una enfermedad grave. La de mi hijo se llama síndrome de Duchenne, baja esperanza de vida y altamente invalidante (silla de ruedas a los 12 años, a los 20 asistencia 24 horas y respirador artificial, a los 30, muere)
Supongo que como yo, sabrá lo difícil que es conseguir financiación para investigar una enfermedad rara.
Porque curar el cáncer, es caro, pero la sociedad se encuentra sobradamente concienciada con esta enfermedad. Todos tenemos familiares y amigos que lo sufren, lo han sufrido o han fallecido. No hace falta que nos diga que ojalá nunca lo padezcamos, porque ya lo hemos visto de cerca
El análisis que hacemos sobre la caridad de Ortega, no es desde la envidia del progre, es, como ya le he dicho antes, desde una visión de justicia social.
El Estado debería administrar ese dinero a través de cargas fiscales.
¿Quién es Don Amancio para decidir qué enfermedad debe curarse y cual no?
Sr. el cáncer no es la única enfermedad que mata, que inhabilita los juegos de un niño, o que les hace llorar por no poder jugar al futbol, o que hace que los dolores requieran de fuertes analgésicos, que hace que una madre no pegue ojo....
Somos más Don Bertín y usted lo sabe de primera mano.