El PP, contra todo pronóstico, ha crecido en aquellos territorios en que se destaparon sus casos de corrupción desde el 20-D.
Eso de por sí ya es de un surrealismo que hace honor a la larga tradición esperpéntica Valleinclanesca que caracteriza a Ejpaña, tan bien radiografiada por Berlanga en La escopeta nacional, o por Cuerda en Amanece que no es poco. Pero aparte de la esperpéntica infamia, ¿es/ puede ser casualidad?…
Teniendo en cuenta la dinámica de lo que los jueces han declarado oficialmente “asociación delictiva” (sí, en referencia al partido que nos gobierna, y parece que volverá a hacerlo por 4 años más), hay que chuparse el dedo para seguir creyendo que las casualidades existen.
Tengan en cuenta que, incluso aquí en mi tierra (Catalunya), donde el partido impopular es ya patéticamente residual, un señor cuyas maniobras de aparcamiento confía a su ángel de la guarda (así está el tráfico) y que concede medallas honoríficas a estatuas de yeso, ha ganado votos.
Y no sólo eso, un señor que ha sido sorprendido flagrantemente utilizando las instituciones y a la Policía para destruir a rivales políticos, que es un delito muy grave, y por el que sigue impune alegremente, como la mayoría de sus compañeros de merienda de la banda de los golfos apandadores (léase Bárcenas, Rato, Botín, Barberá y demás aforados, que para exponer la lista completa del partido popular me faltaría papel y memoria digital).
Tampoco es casualidad que el “desgobierno” se saltara el concurso público y ejecutara la adjudicación del contrato para el recuento de los votos del 26-J por “procedimiento negociado” – cosa totalmente inusual en este tipo de contratos – adjudicándose las competencias a “Indra”, una empresa diferente a la que hizo el recuento el 20D, que ganó a través de concurso.
Esa misma empresa, “Indra”, fíjense, que está de lleno envuelta en una trama de corrupción (la Púnica) con el mismo partido (vaya por Dios) que supervisa el recuento/escrutinio de las elecciones y que otorgó dicho contrato “a dedo”: el Partido Popular. Todo ello supervisado, acabáramos, por el mismo señor del ángel de la guarda que aparca.
Los resultados de las elecciones no se corresponden en absoluto con ninguna de todas las encuestas: nunca en la historia de la democracia se habían dado semejantes diferencias, todavía sin explicación válida por parte de las empresas que las realizaron, ni amonestación de ningún tipo.
¿Irregularidades a mansalva? ¡Para nada! Casualidad …y ojito, ante todo mucho respeto y talante democrático hacia las urnas, por mancilladas que estén, no vayan a perder la educaçao. Que si no se está usted calladito viene el señor de las medallas a la Virgen , que dicho sea de paso es el mismo del de la Ley Mordaza, y ya se encarga él de que respete usted la voluntad del pueblo, si hace falta investigándole para encontrarle algún muerto en el armario, a usted, a su madre o cualquiera de su parentela, y enviándole a la poli a la puerta de casa.
Me imagino que violar la constitución española repetida e impunemente, utilizar las instituciones gubernamentales para amedrentar, difamar y anular las políticas de oposición, hacer del fraude fiscal la dinámica generalizada de los individuos que delictivamente abusan de la pública administración en su propio beneficio o abocar al suicidio y la desesperación a una ancha parte de la población debe ser una señal de exquisita educaçao. El estupro con traje y corbata no pierde su etiqueta.
Pues oigan, va a ser que no. Va a ser que, aunque muchos empiecen a resignarse a la idea de vivir en un estado delictivo en el que se perpetran golpes de estado a la democracia día sí y día también, yo no voy a transigir. Va a ser que, como ese parsimonioso personaje emboinado de Amanece que no es poco espetó, “me voy a sacar la chorra”.
A la salud de tanto golfo, de tanto borrego y de tanto sinvergüenza.