Ni el PIB ni la prima de riesgo mide su satisfacción consigo mismo
A Falta dinero, pero otros valores pueden llevar a la plenitud
Cualquiera que haya visto la película La vida de Brian no olvidará nunca la
escena final. Ahí está Brian crucificado, como Jesucristo, y a su lado, también
sujeto a una cruz, un ladrón. El ladrón le dice: “Anímate, Brian. Tampoco es
para tanto”. Y el ladrón empieza a cantar una canción, a la que se une —no tan
convencido— Brian. El plano se amplía y vemos un sinfín de individuos
crucificados, hasta el horizonte, coreando:
“Mira siempre el lado bueno de la vida… Cuando te sientas hundido, ¡no seas
idiota! Frunce los labios, silba y mira siempre el lado bueno de la vida…”.+
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