sábado, 11 de noviembre de 2006

En nuestra galaxia podría haber 20.000 planetas con vida inteligente

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Un equipo de científicos esta­dounidenses ha descubierto121 de los 181 planetas extrasolares que se conocen.

Paul Butler y a su compañero Geoffrey Marcy, les llaman los «cazaplanetas», ya que lideran un equipo de científi­cos de diferentes instituciones nortea­mericanas que se dedica a buscar plane­tas extrasolares, es decir, que giran alre­dedor de «las 2.000 estrellas similares al Sol que nos quedan más cerca en la gala­xia», según explicó el propio Butler en una muy interesante conferencia que ofreció la semana pasada en el Cosmo-Caixa deBarcelona.

Los planetas hallados se parecen más a Júpiter que a la Tierra

Desde 1996, este científico y sus co­legas han descubierto más de 121 de los 181 planetas extrasolares que se cono­cen: «Sabemos que nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene unos 200.000 millones de estrellas; que las leyes de Newton y Einstein se cumplen en todo el espacio y que, en él, es común que la materia esté compuesta de carbono, de hierro o de ni­trógeno, por lo que creemos que podría haber 20.000 millones de sistemas pla­netarios, aunque yo creo que son 100.000 millones. La pregunta es: ¿pue­de haber vida en esos planetas?».

P. ¿Y puede haberla?

PAUL BUTLER: En la Tierra, la vida habita en cualquier sitio: en la Antártida, en el desierto... lo que nos hace creer que la vi­da debe de ser muy común en la galaxia, aunque sólo sea vida primitiva. El pro­yecto de búsqueda de vida inteligente, SETI, no ha encontrado ni una sola señal de radio inteligente en 40 años, por lo que la vida primitiva puede ser común, pero la vida inteligente no. En­contrar criaturas unicelulares, como amebas,en otro planeta, sería fascinante, ¡ pero con una ameba no se puede hablar!

P. ¿Qué probabilidad hay de encontrar criatu­ras comunicativas?

P.B. Un cálculo pesimista diría que, entre los 20.000 millones de sistemas planeta­rios como el nuestro que hay en la gala­xia, 1 de cada millón podría tener vida in­teligente. Pero un cálculo optimista diría que muchos más.

P. ¿Buscan en Alfa Centauri, el grupo de es­trellas más cercano a nosotros?

P.B. Aún no hemos encontrado planetas allí. Pero, piensa que todas las emisiones terrestres de radio y televisión vía satélite llegan a Alfa Centauri y no hemos recibi­do respuesta. ¡Lástima! jajá.

P: ¿Cómo son los planetas que han encontra­do hasta ahora?

P.B.: La mayoría se parecen más a Júpiter que a la Tierra. Queremos encontrar pla­netas más pequeños, como el nuestro, lo cual es muy difícil por su tamaño y por­que están muy cerca de su estrella y que­dan ocultos por su luz. Pero en breve dis­pondremos de mejor instrumental.

P. ¿Como cuál?

P.B.: El año que viene, la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) lanza­rán dos instrumentos muy sensibles al es­pacio que buscarán estos planetas simila­res a la Tierra. Lo que nos encantaría es poder fotografiarlos y, para ello, hay dos misiones a más largo plazo, «Buscador de Planetas Terrestres», de la NASA y «Darwin» de la ESA.

«Para Hollywood, todos los planetas son parecidos al nuestro»

P: Hablando de Darwin, en su país, EEUU, está proliferando una corriente en contra de la teo­ría de la evolución de las especies...

P.B.: Sólo puedo avergonzarme de ciertas cosas que pasan en mi país.

¿Sueña usted con encontrar vida extraterrestre?

P.B. Mi sueño es vivir lo suficiente co­mo para poder ver las fotografías de esos planetas, en las que sólo veremos un puntito. no pienses que se verán la­gos, montañas o bares; pero, gracias a ellas, podremos saber la composición química de esos mundos y. por lo tanto, si pueden tener vida. -!

P.B. ¿Monstruos verdes, babosos y con instin­tos asesinos?

P.B. Ja, ja. Para Hollywood, todos los planetas tienen que ser parecidos al nues­tro, por eso, los extraterrestres también se parecen a nosotros con dos piernas, dos brazos, una cabeza...

P. En «Star Wars» los protagonistas visitan un planeta con dos soles, ¿existen?

P.B. En el Universo hay millones de sis­temas binarios -con dos estrellas que gi­ran una en torno a la otra- y sí, es proba­ble que tengan planetas a su alrededor.

TEXTO: SERENA SIMO FOTOS: LLUÍS PALOMINO Y NASA

sábado, 14 de octubre de 2006

Elija su árbol (interpretaciones)

Coja papel y lápiz y sin pensárselo mucho dibuje un árbol. Una vez hecho puede mirar la tabla de los dibujos que le dirán someramente algo sobre su personalidad.
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sábado, 7 de octubre de 2006

El juego de conocerse-interpretación

¿Cómo te relacionas?

La forma concreta en que dibujamos una casa nos brinda algunas claves acerca de cómo somos y cómo nos relacionamos con los demás.

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Cada parte de la ca­sa nos habla de la manera en que nos relacionamos con el mun­do y con los demás. Conocermos en ese sentido nos abre a la po­sibilidad del cambio positivo.

1-EL TEJADO: Representa sen­timientos de protección y seguridad respecto del entor­no que nos rodea.

Tejado grande: simboliza una vida interior muy rica, un alto grado de autoestima y seguri­dad en uno mismo.

Tejado normal:proporcionado a la casa: indica una autoestima adecuada, buena relación con el entorno y capacidad de goce.

Tejado pequeño: podría ser in­dicador de inseguridad y de di­ficultad en las relaciones.

2-LA PUERTA: Es la apertura más significativa respecto del vínculo entre el mundo in­terior y el externo.

Puerta grande: es una invita­ción a entrar. Indica una perso­nalidad extrovertida y con bue­nas habilidades sociales.

Puerta media: representa la ne­cesidad de preservar la intimi­dad y cierto temor a las críticas.

Puerta pequeña: es señal de ti­midez y de personas con dificul­tades para sentirse valoradas.

Casa sin puerta: dificultades de comunicación, desconfianza y recelo de la intimidad.


3-LAS VENTANAS: A través de ellas, observamos el mundo exterior y nos abrimos a él.

Ventanas sencillas y descu­biertas: representan a personas sinceras, espontáneas y con fa­cilidad para el contacto social.

Ventanas sencillas y con cor­tinas: indican una personalidad que intenta evitar el contacto social y que lo circunscribe al contacto con personas de con­fianza, con las que se crea un vínculo sincero y positivo.

Ventanas numerosas: propias de personas con un cierto nivel de ansiedad y con la vivencia de situaciones no resueltas, que en ocasiones hasta pueden llegar a producir algunos complejos.

Casa sin ventana: indica sen­timientos de opresión y viven­cias dentro de un ambiente en el que hay carencias afectivas.

4-LA CHIMENEA: Es el sitio por el cual sale el humo proce­dente de los "sentimientos" que anidan en la casa. Decimos que, donde hay humo, hay calor, y al referirnos a la casa, se vin­cula con el amor.

Chimenea con humo intenso: se asocia a personas afectivas, alegres y capaces de disfrutar de la vida. Indican habilidad pa­ra expresar sentimientos.

Chimenea con humo ligero y ascendente: representa aperso­nas capaces de luchar para so­lucionar sus problemas sin de­jarse presionar por el entorno.

Chimenea con humareda muy densa y desviada hacia un lado: simboliza la existencia de con­flictos internos y también in­tentos de lucha para solucio­narlos satisfactoriamente.

Casa sin chimenea: revela di­ficultades en la vida afectiva.

Liliana Woloschin de Giaser, coordinadora de! Centro de Psicopedagogía LUDEN y coautora de Visualizaciones que ayudan a los niños.

martes, 12 de septiembre de 2006

Estos son los niños más listos del mundo

DISFRUTAN DEL MEJOR SISTEMA ESCOLAR, EL FINLANDÉS. Y ESO SE NOTA. AHORA QUE AQUÍ COMIENZA EL CURSO, VIAJAMOS A HELSINKI PARA "COPIARLO".
POR ALICIA ARRANZ / FOTOS-» JUAN SERRANO CORBELLA
Al contrario que la nuestra, la ley de educación finlandesa está en vigor desde hace 30 años.
Comodidad e igualdad. Arriba, una de las aulas del colegio. A la izquierda un alumno en la biblioteca, una de los puntos neurálgicos del centro. Junto a estas linéas, varias chicas se descalzan antes de ir a clase. Abajo, Economia del hogar en la que se enseña a los alumnos a ser independientes.Photobucket - Video and Image Hosting
Año tras año, los estudiantes finlan­deses son los cam­peones del informe PISA, el Estudio para la Evaluación Internacio­nal de los Alumnos que reali­za la Organización para la Coo­peración y el Desarrollo Eco­nómicos. En su elaboración participan más de 250.000 estu­diantes de 15 años, de 41 paí­ses. Y aunque sus últimos datos todavía no se conocen, todo hace prever que Finlan­dia volverá a quedar en el pues­to número uno, ya que. en los dos estudios anteriores (2000 y 2003), sus alumnos obtuvieron las mejores calificaciones. En el de 2003. que evaluaba sobre todo la comprensión lectora, los españoles quedaron en el puesto 26. ¿Pero qué factores han propiciado estos magnífi­cos resultados? ¿Tan diferen­te es el sistema finlandés del nuestro? Pues en materia de educación parece ser que sí. La primera diferencia reseñable entre ambos países es la esta­bilidad. A finales de los 70, todos los grupos políticos fin­landeses participaron en la cre­ación de una ley de educación que apenas ha variado en todos estos años. Sin embargo, en nuestro país, tras sucesivas reformas, ninguna ley sobre esta materia ha permanecido inalterable. ¿Será que en Espa­ña la educación está politizada y es una fuente de discusiones que perjudican a los alumnos? De hecho, ahora mismo está en marcha la nueva reforma que traerá consigo la LOU (Ley Orgánica de Universidades), una normativa que aún se está definiendo y que no se aplica­rá, como muy pronto, hasta el curso 2008-2009. Eactores como éste influyen en la calidad de la educación.
Ahora que el nuevo curso está a punto de comenzar, es un buen momento para repasar los puntos fuertes del sistema educativo más eficaz del mo­mento.
Para descubrirlos he­mos visitado una escuela de Helsinki, la Helsingin Suoma-lainen Yhteiskoulu, que este año cumple su 120 aniversa­rio (es una de las más antiguas de La ciudad) y en La que estu­dian 1.070 alumnos. ¿Supera­rán el examen con nota?
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Internet gratis. En la biblioteca del colegio todos los ordenadores tienen conexión a internet. Buffet libre. La empresa encargada de la comida también elabora menús especiales para niños con problemas alimentarios. Hora de gimnasia. Aunque el colegio cuenta con un polideportivo, cuando hace buen tiempo dedican esta clase a jugar en el patio.

I. LAS INSTALACIONES
En el edificio principal se encuentran las aulas, la biblioteca, los laboratorios (de Biología, Química, Física, Idiomas), el despacho del psicólogo, la enfermería, el salón de actos y el comedor. Para ir al gimnasio y la piscina cubierta hay que cruzar el patio. La directora del centro, Anja-üisa Alanko, nos lleva a la biblioteca del centro. Llama la atención la enorme cantidad de libros de que dispone (más de 20.000), además de varios ordenadores con conexión a internet. Según nos cuenta, este espacio suele estar muy concurrido, puesto que los profesores acostumbran a mandar a los alumnos consultar datos y muchos vienen aquí por las tardes a hacer los deberes o simplemente a leer. De hecho, en Finlandia, tres de cada cuatro adolescentes asegura leer todos los días por placer.
CLASES DE COCINA EN INGLÉS
Desde la biblioteca vamos a un aula en la que hay una completa cocina. Aquí, Katariina Lokki imparte su clase de Economía del Hogar: cocinar, elaborar menús, lavar la ropa, planchar... A los mayores se les dan las clases en inglés. "Es una forma muy útil y divertida de aprender un idioma que da excelentes resultados",comenta la profesora.
II. IDIOMAS
Los alumnos finlandeses estudian obligatoriamente cuatro idiomas: finés, sueco (una lengua cooficial que habla un 6% de la población); inglés como segunda lengua obligatoria y otra más que puede ser francés, alemán, ruso, italiano o español. El nivel que consiguen es muy alto, no sólo gracias a las clases, sino a que en la televisión finlandesa las películas, las series y los dibujos animados extranjeros no se traducen, se subtitulan, lo que redunda en que los niños se esfuercen más en aprender a leer al tiempo que asimilan otros idiomas casi sin darse cuenta. Una experiencia que jamás se ha puesto en marcha en nuestro país.
III. ACCESO A LOS BIENES EDUCATIVOS
En Finlandia, la educación pública es mayoritaria y gratuita desde la guardería hasta la universidad. Comedor, transporte o libros de texto son gratis. En España, ese tipo de gastos los afrontan los padres, aunque el niño estudie en un colegio público.
MAS UNIVERSITARIOS
Tienen 20 universidades, todas públicas. A ellas acude el 71% de los alumnos que terminan la educación obligatoria (hasta los 18 años). Este dato es del 50% en España. En cuanto a los colegios, como no
hay apenas diferencias entre unos centros y otros, los padres suelen elegir el más cercano. Si la distancia del domicilio al colegio supera los cinco kilómetros, el colegio tiene la obligación de garantizar el transporte diario del alumno. "Prácticamente todos los centros educativos son públicos y financiados en un 99% por los ayuntamientos, y son las autoridades locales las que tienen que resolver los problemas, así que no se pierde mucho tiempo con burocracias inútiles", explica Timo Riiho. director del Instituto Iberoamericano de Finlandia en Madrid.
IV. EL PROFESORADO
A la hora de formar y seleccionar a sus profesores, el sistema finlandés es muy exigente. Para acceder a la licenciatura de Magisterio se deben superar dos procesos de selección y únicamente los mejores llegan a ejercen. Los estudios duran un mínimo de cinco años. El nivel de exigencia para la formación del profesorado en nuestro país es inferior: una diplomatura en Magisterio (3 años) para Primaria, una licenciatura (5 años) para Secundaria y, en ambos casos, un Curso de Aptitud Pedagógica (CAP) de cuatro meses. Esta formación se ampliará con la LOU.
UNA REFORMA NECESARIA
"Con nuestra formación actual, un profesor no puede hacer frente a los problemas que se generan en clase", explica Javier Melgarejo, doctor en Pedagogía y experto en el sistema finlandés.
V. PRINCIPIOS EDUCACIONALES
Todo el sistema se basa en la equidad y la igualdad de oportunidades y de sexos. La prevención también es muy importante. Si un alumno tiene problemas, se implica el centro escolar, un psicólogo, un trabajador social y la familia.
MAS VALE PREVENIR
"Intentamos poner remedio antes de que sea demasiado tarde y la verdad es que casi siempre lo conseguimos", explica Anja-üisa Alanko, la directora del centro. En el hall de entrada vemos a algunos alumnos. Una pareja de niñas se quitan los zapatos y suben descalzas por las escaleras. "La idea es que se sientan cómodos en la escuela, como si estuviesen en casa", explica Anja-Liisa. Para Javier Melgarejo, que este sistema funcione depende a su vez de tres subsistemas que deben encajar: el escolar, el sociocultural y la familia. "En Finlandia encajan perfectamente y en España, sin embargo, están enfrentados", afirma este experto.
VI. EL APOYO FAMILIAR
Por mi experiencia, puedo decir que los padres finlandeses confían en los profesores y en el trabajo que hacemos, y eso es algo muy importante que ahorra muchos problemas", comenta Raini. maestra de Primaria. Los padres mantienen una relación fluida con los profesores y a menudo intercambian correos electrónicos diarios. El papel de las madres es especialmente importante, puesto que, gracias a las ayudas y ventajas estatales, tienen tiempo y energía para ocuparse de la educación de sus hijos hasta su escolarización.
EN CASA HASTA LOS SIETE AÑOS
En el país nórdico, la escolarización obligatoria comienza a los siete años, un año después que en España. Es entonces cuando los niños empiezan a aprenderá leer y a escribir. Habitualmente, hasta los 12 tienen un único maestro y los directores de los centros suelen recurrir a los profesores más competentes y experimentados para ponerlos al frente de los primeros cursos. En España, los horarios laborales de la mayoría de los padres no les permiten ocuparse de la educación de sus hijos. Faltan ayudas y medidas para la conciliación de la vida familiar y laboral. Además, los profesores se quejan de estar perdiendo autoridad frente a los alumnos y el respeto de las familias. Para el experto Javier Melgarejo, "nuestra política de ayudas es nefasta, el subsistema familiar no funciona y no hay bibliotecas, la educación no es gratuita... No es que todo sea perfecto allí, en Finlandia, pero sí es cierto que nosotros tenemos más problemas sin resolver que ellos".

sábado, 2 de septiembre de 2006

Nostalgia del nacionalcatolicismo

Josep M. Soler, abad del monasterio benedictino de Montserrat. (SUSANNA SÁEZ)

"Es faltar a la verdad decir que la Iglesia está perseguida en España"

"Es fácil percibir que un sector de la jerarquía católica tiene nostalgia del nacionalcatolicismo, sobre todo en ciertos círculos de la Conferencia Episcopal"

"Hoy la Iglesia no está presente en la sociedad, y, lo que es peor, cuando está presente, lo está de modo inadecuado, cuando no ridículo"

"La mayoría de los obispos creen que los nacionalismos ponen en peligro la unidad de España, y eso no es así"

"Es lamentable que los obispos no tengan el coraje de frenar la estrategia de envenenamiento de la sociedad que llevan a cabo colaboradores de la COPE"

"La Iglesia no debe quedar identificada con ningún partido concreto, en este caso con el Partido Popular como lo está haciendo"

"Las afirmaciones de monseñor Cañizares, además de no tener la más mínima apoyatura teológica, contradicen la propia identidad de Cataluña"

Tiene fama de hombre prudente, pero no lo es. Porque no hace cálculos interesados ni mide las consecuencias de hablar y nadar contra la corriente de lo que hace y dice la jerarquía católica. Es monje de vocación, no le molesta el cliché de centroderecha, y ama a Cataluña sin complejos. Desde su condición de abad de Montserrat mira a la Iglesia con preocupación y perplejidad. Tiene rostro joven, sentido del humor y una serena actitud ante la vida. Josep M. Soler tiene 60 años.

Pregunta. Como abad de Montserrat ocupa usted un lugar lo suficientemente alejado y cercano como para poder hacer un diagnóstico certero de la situación de la Iglesia católica. ¿Cómo se ven las cosas desde aquí arriba...?
Respuesta. Veo la Iglesia como una realidad llena de vida, todavía, pero de una vida que languidece, sobre todo en Europa. Pese a todo, quiero ser optimista.

P. Quizá la Iglesia languidece. Pero hace mucho ruido. Sobre todo la española, que en los últimos tiempos se ha empeñado en conseguir un notorio protagonismo provocador de confrontaciones constantes con el poder político.

R. En estos últimos dos años se han suscitado problemas que han provocado frecuentes encontronazos que no son buenos para nadie. Pienso que tendríamos que aprender, entre todos, que algunos de esos problemas no están relacionados con la Iglesia. Otros problemas que enfrentan al poder religioso con el político tienen una relación concreta con el ámbito cultural de la tradición en este país; sobre ellos debería producirse un diálogo sin suspicacias. Aquí lo que habría que hacer es eliminar el rechazo o el miedo al otro.

P. Pues lo cierto es que la jerarquía se comporta respecto del poder político como si sólo hubiera motivos para la desconfianza y el sentimiento de agravio. Seguro que usted ha reflexionado sobre cuál puede ser la razón de fondo para que esa actitud de los obispos se haya ido enconando.

R. Sí que he reflexionado sobre este tema, porque me preocupa seriamente. La Conferencia Episcopal debería esforzarse por crear un clima de confianza en el otro lado. Es verdad que existe un sector de esa jerarquía que mantiene una actitud aparentemente uniforme frente al poder político. Pero también es cierto que hay obispos que están convencidos de que la jerarquía católica tendría que tener otro estilo de comportamiento respecto del Gobierno y de la sociedad. Creo que un claro ejemplo de la necesidad de mantener otro talante de mayor delicadeza y tolerancia nos lo dio el nuevo Papa durante su visita a Valencia. Para mí, lo más elocuente fue su advertencia de que él venía a proponer cosas positivas, no a imponer nada y, mucho menos, a condenar nada. Y eso es para mí muy significativo, porque creo que a la Iglesia católica, a su jerarquía, en concreto, le cuesta mucho aceptar que su papel es el de hacer propuestas para ayudar a las personas. Los responsables de la Iglesia en España utilizan un lenguaje demasiado dogmático en lugar de otro que pueda ser comprendido por el otro.

P. ¿Diría que Benedicto XVI decepcionó al sector beligerante de la jerarquía católica?

R. ¡Sin duda que la actitud conciliadora y dialogante del Papa decepcionó al sector más intransigente! Creo que la actitud de beligerancia e intolerancia que mantiene ese sector de la jerarquía es fruto de otros tiempos ya felizmente superados y quizá tenga que ver con un talante más radical, más... mesetario, diría yo.

P. Algo vinculado al talante de la derecha española, ¿no?

R. Pues... sí, que tiene que ver bastante con esa derecha española.

P. Algo que huele a nostalgia del nacionalcatolicismo de los tiempos de la dictadura, por parte de quienes desearían mantener ese omnímodo poder.

R. Sin duda. Pienso que es fácil percibir que un sector de la jerarquía católica tiene nostalgia del nacionalcatolicismo, sobre todo en ciertos círculos de la Conferencia Episcopal y, sin duda, en muchos de sus documentos y en muchas homilías. Y lo cierto es que ese nacionalcatolicismo añorado por ese sector de la jerarquía es algo del pasado. La Iglesia debe aprender a situarse en otro contexto social, y ese contexto, según la Constitución y desde la separación entre la Iglesia y el Estado, se define como un verdadero Estado laico que supone eso: una separación real entre lo que es el Estado y su lógico derecho a promulgar leyes, y lo que es la Iglesia y la misión de la Iglesia, que no tiene esa capacidad legislativa. Eso no quiere decir que la Iglesia deje de decir lo que crea que debe decir en relación con la dimensión trascendente de la persona, porque eso es enriquecedor para sociedad, pero teniendo siempre presente que en un Estado aconfesional o laico, la voz de la Iglesia es una voz que no puede imponer sus criterios a los legisladores.

P. ¿A qué tienen miedo los defensores de esa concepción confesional del Estado? ¿A perder el poder, o la influencia en una sociedad que ya no controlan?

R. Querría creer que tienen miedo a que se pierdan determinados valores, aunque también les preocupa ver cómo se les va de las manos el poder que tuvieron. Pero creo también que lo que quieren es mantener una manera determinada de entender España. Y también hay un proceso que a ellos, a la jerarquía católica más conservadora, les preocupa muchísimo, yo diría que les desborda realmente, que es el proceso de secularización de la sociedad española. La cuestión sobre la que se debe interrogar la Iglesia no debe estar en relación con lo que ellos identifican como crisis de fe, sino en responder con honestidad a la pregunta de por qué no hemos sabido conectar el mensaje del Evangelio con las inquietudes de la gente. Eso es lo que debería preocuparles, lo que debería preocuparnos a todos. Desde mi punto de vista, ha fracasado el lenguaje, el planteamiento demasiado intransigente de ciertos temas que angustian al mundo moderno, y, sin duda, el no aceptar que, al final, el hombre decide libremente sobre su vida, diga lo que diga la Iglesia. Hoy, la Iglesia no está presente en la sociedad y, lo que es peor, cuando está presente, lo está de modo inadecuado, cuando no ridículo.

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P. Me imagino que esa realidad de su "desaparición" de la sociedad les debe resultar muy dura. Pero ellos lo resuelven con una explicación realmente desconcertante: aseguran que la Iglesia en España está siendo perseguida.

R. Yo creo que es faltar a la verdad decir que la Iglesia está perseguida en España. Se puede decir que es criticada, o ignorada, pero tiene total libertad para decir lo que quiera, para salir a la calle cuantas veces quiera (que ya lo hace). Lo que la jerarquía católica no quiere entender es que España ya no es lo que era. Esto, que a algunos nos resulta fácil de comprender, resulta insoportable para sectores de la Iglesia que no aceptan los cambios democráticos. De ahí vienen los encontronazos y los conflictos con un Gobierno que tiene que gobernar para toda la sociedad, y no sólo para los católicos.

P. Ya voy entendiendo por qué usted no gobierna la Iglesia católica española. Pero no puedo evitar preguntarle si usted sería capaz de imponer la pobreza evangélica. Qué pasaría si el Papa decidiera vender las propiedades que no tengan un valor artístico, y por qué la jerarquía española acepta subvenciones del Gobierno y luego muerde la mano que le da de comer.

R. Pienso que sólo una Iglesia realmente pobre se puede considerar una Iglesia realmente libre. Pero también es cierto que es muy difícil servir a la gente sin tener medios en el mundo en el que vivimos. Montserrat es un foco de vida espiritual que requiere del trabajo desinteresado de sus más de ochenta monjes. Nosotros no recibimos ni un céntimo de las subvenciones que recibe la Iglesia, pero sí alguna ayuda de otros sectores. Evidentemente, podríamos hacer algún trabajo productivo, pero eso nos obligaría a renunciar a nuestra labor espiritual. Si el Papa tomara esa decisión liberadora, yo lo aceptaría, aunque no sé si eso es lo que quiere el Señor, porque significaría renunciar a la acción evangelizadora tal y como lo hemos hecho durante siglos. En cuanto a la financiación de la Iglesia, pienso que la fórmula vigente es la menos mala, y que si el Gobierno dejara de ayudarla, ésta no podría prestar la ayuda social que ahora hace y que le ahorra al Estado bastante dinero. Pero si tuviera que decidir yo, renunciaría a las subvenciones y optaría por una Iglesia pobre pero libre.

P. Quizá de lo que no quiere, o no puede, liberarse la Iglesia es del recurso a la explicación, mágica, infantil, de la experiencia religiosa. Quizá por eso la gente que hoy vive en libertad y racionalidad le está dando la espalda. ¿Por qué se empecina en esa actitud?

R. Porque no saben hacer otra cosa. Porque es más complicado, más exigente, proponer a la persona de Jesús desde un planteamiento de inteligencia que no repugne la racionalidad, porque se ha prescindido del respeto a la naturaleza superior de la condición humana. Y, bueno, quizá no en todas partes ha sido así, porque la concepción mágica del hecho religioso ha sido más fácil de introducir en Galicia que en Cataluña. Desde mi punto de vista, el concepto mágico prostituye la verdadera naturaleza de la fe, que es una adhesión racional, desde la afectividad y la inteligencia, a una creencia. Muchos problemas que hoy tiene la Iglesia se deben a la crisis del recurso a lo mágico, que hasta ahora apuntalaba unas verdades incontestables. Unas verdades que no sólo son contestadas por parte del hombre moderno, sino que, sencillamente, se desmoronan. No existe un Dios tapaagujeros, ni un Dios que soluciona problemas.

P. Lo cierto es que la jerarquía mantiene una pedagogía ininteligible del Evangelio, no conoce la misericordia, es anacrónica. Pero también es cierto que la Iglesia monástica y contemplativa, como la de usted, mantiene un contumaz silencio sobre esa actitud de esa jerarquía. No sé si lo hacen por prudencia o por miedo.

R. Yo no afirmaría, de forma tan tajante, que la Iglesia carece de misericordia, aunque sí es cierto que hay textos de la Iglesia española que tienen menos misericordia con la condición humana, con el hombre que sufre, que el catecismo de la Iglesia oficial. Me estoy acordando de un documento de la Conferencia Episcopal sobre los teólogos y las actitudes morales que era realmente terrible. Creo que esto es muy grave porque el Evangelio nos obliga a ponernos en el corazón del otro, en las angustias del otro, y, realmente, los obispos españoles, como colectivo, no parece que sean capaces de hacerlo. Quizá ellos teman que si adoptan una actitud de comprensión y tolerancia se relajen las cosas, no sé. Me resulta muy difícil comprenderles, la verdad. Pero lo que más me preocupa es que esas actitudes de intransigencia son las que determinan a la gente a ignorar lo que pueda decir la Iglesia a nivel ético, o el tema de la moral sexual, por ejemplo. La Iglesia se resiste a revisar sus criterios poniéndolos en el contexto de los avances de la ciencia, de la medicina, de la antropología, y yo creo que urge esa reflexión.

P. Pero no me acaba de explicar por qué, a la vista de tantos problemas como tiene la Iglesia, de tantos errores como cometen, ustedes, los que viven refugiados en la vida monástica, callan tanto, no denuncian, no se arriesgan.

R. Puede haber varias explicaciones. Una es que puede haber una cierta opción monástica de estar un poco alejados de estos temas. Otra, que los problemas que tiene la Iglesia son tan complejos que en algunos monasterios les falta gente suficientemente preparada para abordarlos. Y hay otros casos, como el nuestro, que estamos entre el desierto y la plaza del mercado. Cuando me he pronunciado sobre algo y lo que he dicho no ha sido del agrado de la autoridad eclesiástica, me han enviado mensajes muy claros de que yo, como monje, lo que tenía que hacer era limitarme a rezar y callar.

P. Y ¿está usted de acuerdo con esa recomendación?

R. ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Ya lo está comprobando usted! Pero es verdad que a veces, por prudencia, y para no complicar más las cosas, y sabiendo que hay obispos que están intentando cambiar las cosas silenciosamente, procuras dar una palabra sobre la necesidad de seguir el Evangelio sin provocar. Pero también es cierto que mis homilías son muy claras y tienen una notoria divulgación en Cataluña, en una emisora de radio de la Iglesia que...

P. No será la COPE...

R. ¡No! ¡Por Dios! Es Radio Estell. Pero sí quiero reconocerle que tendríamos que ser más valientes y denunciar más claramente situaciones en las que la Iglesia ni transmite ni vive el Evangelio.

P. Pero, con la excepción de hoy, y de su persona, la Iglesia contemplativa calla. Que es tanto como otorgar, como ser cómplice. Y lo malo es que, para la gente, la voz de la Iglesia son ellos: Cañizares, Rouco Varela...

R. ¡No, no! ¡Gracias a Dios hay otras voces en la Iglesia! Por ejemplo, en el tema de la COPE, que yo ya no la escucho, he hecho algunas gestiones en el Vaticano, en la Nunciatura, y firmé un documento que se envió a la Conferencia Episcopal protestando por sus contenidos. Creo que es lamentable que los obispos no tengan el coraje de poner freno a la estrategia de envenenamiento de la sociedad que llevan a cabo los más destacados colaboradores de la emisora. Así lo dije y lo sigo diciendo, y me parece muy triste que no haya una mayoría de obispos que tengan el valor de poner fin a una situación que contradice y repugna abiertamente los valores del Evangelio y también los de la convivencia democrática. Me atrevo a decir que los obispos mantienen la COPE en esos niveles de beligerancia porque les interesa mantener, también, lo que ellos pueden considerar una situación de equilibrio con... con la SER, aunque pienso que la SER no es tan radical como la COPE... En definitiva, la Conferencia Episcopal mantiene la COPE como está por una estrategia política y no eclesial.

P. No parece que sea ésa la actitud de la jerarquía católica española en temas tan polémicos como el "avance galopante" de los nacionalismos, que les ha llevado a cerrar filas con el PP ante el sedicente peligro de que España se rompa. Supongo que desde Montserrat, que es el referente espiritual y religioso del nacionalismo confesional, se ven las cosas de muy distinta manera.

R. No tengo esa visión catastrófica de la realidad. Pero quisiera precisar que Montserrat, por su trayectoria, al menos durante el siglo XX, ha sido un lugar de acogida de todos y de todas las mentalidades nacionalistas y no nacionalistas. Es verdad que Montserrat ha pasado por ser, en el imaginario popular, un referente del nacionalismo, pero la realidad es mucho más amplia porque aquí han nacido muchas formaciones políticas de muchas tendencias, y porque aquí se han defendido los valores democráticos de forma comprometida y abierta. Equiparar Montserrat a nacionalismo es una visión reduccionista. Como todo monasterio benedictino, Montserrat está muy enraizado en la cultura catalana y su lengua, pero no en contraposición o en confrontación con otras cosas. En cualquier caso, quiero decir, rotundamente, que ese temor a la desunión de España por parte de un amplio sector de la jerarquía católica, esa ofensiva contra lo catalán que también se hace desde el ámbito de la derecha política, no corresponde a la realidad ni a lo que siente la inmensa mayoría del pueblo catalán. Tampoco se puede justificar la posición de la jerarquía católica en el Estatut, que no es en absoluto rupturista. Pero sí es cierto que esa actitud y ese mensaje de que España se rompe han hecho mucho daño a la convivencia en el interior del Estado español.

P. Lo cierto es que hemos visto una sintonía total entre las tesis del PP y la actitud de la jerarquía. ¿Por qué? ¿Qué razones les llevan a esa complicidad tan explícita?

R. Creo que la jerarquía católica tiene la convicción de que hay que defender lo que ellos llaman la unidad de España, que, según ellos, los nacionalistas quieren romper. Ellos mantienen que la unidad de España, según ellos la entienden, claro, es un bien moral, lo cual es absolutamente falso y no tiene base teológica. Pero lo más importante es que, desde mi punto de vista, la Iglesia no debe quedar identificada con ningún partido concreto, en este caso con el PP como lo está haciendo. Lamentablemente, la mayoría de obispos creen que los nacionalismos ponen en peligro la unidad de España, y eso no es así. Una cosa es la unidad de fe, y otra muy diferente, el tema de la organización política de una sociedad, de un Estado que puede tomar mil formas.

P. Pues me imagino cómo ha debido de sentirse al oír a monseñor Cañizares que las autonomías y la autodeterminación van en contra del cristianismo porque el cristianismo es unidad.

R. Las afirmaciones de monseñor Cañizares me han dejado estupefacto.Además de no tener la más mínima apoyatura teológica, contradicen la propia identidad de Cataluña, de su historia. Es cierto que el cristianismo es unidad, pero unidad de fe, unidad en la solidaridad, como lo es la unidad con la Iglesia de Europa. ¡Pero no hace falta que sea una unidad política, porque entonces tendríamos que hacer con todos los católicos del mundo un solo Estado!

P. ¿Hasta qué punto piensa usted que habría sido contraproducente que la Conferencia Episcopal hubiera aprobado aquel documento "nonato" en el que apostaba claramente por la defensa de la unidad de España en contraposición a los procesos autonómicos?

R. Se lo diré sin rodeos: habría sido problemático y dañino que la Iglesia hubiera aprobado ese documento. Por eso, desde Montserrat, valoro muy positivamente la actuación de algunos obispos que impidieron que se aprobara ese texto que nos hubiera llevado a una polémica. Y ya tenemos bastantes polémicas en el interior de la Iglesia.

María Antonia Iglesias
EL PAÍS, DOMINGO - 27-08-2006

domingo, 16 de julio de 2006

Por puntos

Si tiene ratos tontos en este verano, le recomiendo este juego: desconecte el volumen del televisor e imagine qué podrían estar diciendo nuestros líderes mundiales

Forges el país de 16 de julio de 2006

EL CARNÉ DE CONDUCIR POR PUNTOS se ha implantado sin que exista la informatización adecuada. Como no hay dinero para ordenadores, a los guardias de tráfico se les ha dado una grabadora para que vayan registrando las multas y las sanciones, como en Eurovisión: "Conductor Fernando Gutiérrez, tri points, trua puant. Conductora Almudena Pérez, uan point, un puant. Conductor Francisco Hernando... ¡ten points, dix puants!". Esto abrirá un mundo de posibilidades en la relación conductor-guardia civil, porque se empieza hablando en francés y no se sabe dónde se acaba, y es bueno que en España, país de tradición autoritaria, se tiendan puentes en la relación de los ciudadanos con las autoridades.

No siempre es fácil. Tampoco para las autoridades. La cercanía es un arte. La vicepresidenta María Teresa Fernandez de la Vega, en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros, parece que esté regañando a alguien. Si quitan ustedes el volumen al televisor, comprobarán que en la expresión de la vicepresidenta encaja a la perfección una regañina imaginaria: "Buenas tardes. El periodista de La Vanguardia ha llegado tarde. Tres días sin postre. También estoy muy disgustada con el corresponsal de El Faro de Vigo, a quien le encargué dos kilos de berberechos y aún estoy esperando. Esto no lo puede tolerar ni éste ni ningún Gobierno". No quieran imaginar la impresión que transmitiría De la Vega como guardia civil de tráfico. No pasa de 120 ni san Pitopato.

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Si tiene ratos tontos en este verano, le recomiendo este juego: desconecte el volumen del televisor e imagine qué podrían estar diciendo nuestros líderes mundiales. Bush sonríe y transmite felicidad. Habla con frases cortas y pausas largas. Casi siempre utiliza el mismo ritmo de pronunciación. La próxima vez que aparezca en su televisor, intente encajar en Bush un texto como éste: "Hola. Me he comido un sugus. Estaba realmente bueno. Era de fresa. Soy feliz. Tengo una vaca lechera. Gracias". Seguro que encaja.

Un personaje hoy en decadencia, pero muy expresivo, es Carod-Rovira, que suele mantener ante las cámaras la actitud de un mártir: "Me duele la barriga y no es culpa mía". José Montilla es un personaje curioso. Cuando sonríe, le desaparecen los ojos. Transmite así la impresión de ser unigestual: o sonríe o mira. Las dos cosas a la vez no le salen. Podría pensarse para él un ejercicio ante el espejo, a lo Hommer Simpson: "Sonrío. Miro. Sonrío. Miro. Sonrío. Miro". Imaginarse lo que está diciendo Mariano Rajoy no es difícil, porque siempre dice lo mismo. Construya usted una frase con las expresiones "colosal", "gente normal" y "tremendo" y tendrá a Rajoy. Con Zapatero, depende. Cuando atraviesa una barrera de periodistas y cámaras de televisión, con sonrisa clara y los ojos muy abiertos, podría parecer que se ha fumado algo: "Voy bien, voy bien, sí, ja ja, sí, gracias, voy bien, menudo globete, ja ja". Otros personajes son más planos y previsibles: Acebes, o incluso Aznar, que ya responde un poco al modelo clásico guardia civil. En su momento implantó el carné de español por puntos. Le había retirado la licencia a más de media España. Y porque no le dejaron más.

Antonio Martínez
DOMINGO - 16-07-2006

domingo, 9 de julio de 2006

Un Dalai Lama en la cabeza

Los neurocientíficos han constatado que estamos biológicamente equipados para la empatía, para sentir lo que sienten los otros. Esto es así gracias a unas neuronas llamadas espejo. Dicen que su descubrimiento hará tanto por la psicología como hizo el ADN por la biología.

EL CEREBRO UN ENIGMA.'El mecanismo de espejo explica muchas cosas que antes no se comprendían' asegura Giacomo Rizzolatti, padre del hallazgo-Photobucket - Video and Image Hosting

Bien es cierto que en muchas ocasiones no es más que una fórmula automática, pero resulta que eso de “te acompaño en el sentimiento” tiene un lugar en el cerebro y un fundamento científico. El mismo que explica la congoja que experimentamos al ver que Bergman y Bogart van a separarse para siempre al final de Casablanca, o el escalofrío que nos invade cuando al superhéroe Cruise le insertan brutalmente un chip a través de la nariz en la enésima entrega de Misión imposible. ¿No es cierto que basta que un niño comience a llorar para que haya un estallido casi general en la guardería? En definitiva, que los neurocientíficos han constatado que estamos biológicamente equipados para la empatía, para romper las barreras que nos separan de los otros y sentir como ellos. Y aún más, el cerebro humano tiene herramientas para leer las mentes ajenas y, en cierto modo, para predecir el futuro.

Tan delicadas tareas corren a cargo de las denominadas neuronas espejo, rebautizas por Vilayanur Ramachandran, director del Centro de Cerebro y Cognición de la Universidad de California, como “las neuronas Dalai Lama” por su empatía y compasión. El mismo investigador ha llegado a afirmar que “el descubrimiento de las neuronas espejo hará por la psicología lo que el ADN por la biología”. Por su parte, el padre del hallazgo, Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma (Italia), se muestra modesto cuando se le pregunta su opinión. “Es un poco exagerado, pero quizá Ramachandran tenga razón porque el mecanismo de espejo explica muchas cosas que antes no se comprendían”.

El equipo de Rizzolatti las encontró por casualidad a principios de los años noventa, aunque, como ha explicado en alguna ocasión el investigador italiano, les costó varios años creerse lo que estaban viendo. Y no es para menos, porque lo que en su momento parecía ser simplemente un sistema de imitación de movimientos se está convirtiendo con los años y con los resultados de múltiples trabajos en una potencial revolución dentro de las neurociencias. En el sistema de espejo podría encontrarse la clave de nuestra condición como seres sociales, de los procesos de aprendizaje, de trastornos tan complejos como el autismo e incluso de la evolución del lenguaje.

Pero eso no es todo, las neuronas espejo se perfilan como un auténtico pozo de sabiduría, hay quienes sugieren que en ellas se encuentran las bases de algo tan alejado hasta ahora de la biología como los sistemas éticos, algunas tradiciones místicas o la cultura.

EMPATIA. Estas neuronas explican la identificación con grandes historias de amor, como la de 'casablanca'-Photobucket - Video and Image Hosting

Como el propio Rizzolatti admite, su equipo tuvo la suerte de estar en el lugar justo para encontrar este tesoro neurológico. En aquella época estaban estudiando en monos un área de la corteza cerebral asociada al movimiento. Para ello habían conectado de forma permanente una serie de electrodos en la cabeza de los animales de tal modo que cuando cogían o movían objetos, el monitor emitía un chasquido que significaba que las neuronas se encendían, que estaban trabajando. Un buen día, los científicos descubrieron con sorpresa que los chasquidos no sólo aparecían cuando el propio animal recogía los cacahuetes y los abría, sino que también se podían oír cuando veía a otro mono o incluso a los investigadores hacerlo. Es decir, que para su cerebro era lo mismo llevarse la golosina a la boca o que otro lo hiciera. Es más, los investigadores comprobaron que el sonido de abrir el cacahuete era suficiente para que las neuronas de “me lo voy a comer”, más tarde denominadas espejo, se pusieran en marcha. Las técnicas de imagen confirmaron más tarde que los humanos también disponen de un sistema de espejo, pero más sofisticado.Aunque hay muchas preguntas por contestar en cuanto a la ubicación y distribución de las neuronas espejo en el cerebro sapiens, lo que parece claro es que la base del funcionamiento es la misma que en los simios. Cuando un individuo ve a alguien coger una pelota, su cerebro la coge también y vive todo el proceso de lanzarla como si realmente lo estuviera haciendo. De hecho, un trabajo realizado en el University College London con bailarines del London’s Royal Ballet y expertos en capoeira –una danza marcial brasileña– demostró que el cerebro de ambos grupos ejecutaba exactamente el mismo baile que estaban contemplando en una pantalla realizado por otros. Sus neuronas danzaban solas porque ellos ya habían aprendido los pasos y no necesitaban materializarlos con el movimiento de su cuerpo. La conclusión inmediata de este hallazgo la daba uno de los investigadores del grupo británico, Patrick Haggard: “Un bailarín lesionado podría conservar su destreza sin ni siquiera moverse, simplemente mirando a otros bailar”. Obviamente, semejante ventaja es aplicable a otras muchas disciplinas e incluso a la psicoterapia por medio de las visualizaciones o de la práctica mental.

DESCUBRIDOR. Giacomo Rizzolatti, neurobiólogo, profesor de neurociencia en la Universidad de Parma (Italia)Photobucket - Video and Image Hosting

Pero el sistema de espejo no se detiene en los movimientos, sino que también refleja aspectos más sutiles del comportamiento, como son las emociones. “El mensaje más importante de las neuronas espejo es que demuestran que verdaderamente somos seres sociales. Nos ponen en el lugar del otro, pero no de forma abstracta o intelectual, sino sintiendo como él”, asegura Rizzolatti.

Los científicos han constatado que las personas que obtienen una mayor puntuación en los tests que miden la empatía presentan mayor actividad en las neuronas espejo. Por otro lado, numerosos experimentos han demostrado que la gente tiene tendencia a imitar de forma inconsciente los movimientos de los desconocidos porque esta especie de empatía motora facilita considerablemente las relaciones y la aceptación mutua. Eso sí, también se ha descubierto que las neuronas espejo no se dejan engañar por pantomimas; cuando se finge, estas inteligentes células ni se inmutan.

Los múltiples estudios que experimentan con todo tipo de emociones no dejan de confirmar que lo que ocurre en el exterior se vive de igual manera en el interior. Por ejemplo, el asco. El cerebro se enciende del mismo modo cuando un individuo pone delante de su nariz unos huevos podridos que si ve a otra persona haciendo un gesto de repugnancia ante semejante olor. Lo bueno es que con las emociones o sensaciones positivas también funciona. En un estudio publicado el año pasado, Christian Keysers, de la Universidad de Groningen (Holanda), pudo constatar que existe lo que se podría denominar empatía por vía tópica, o si se quiere, empatía táctil. La corteza cerebral de un grupo de voluntarios que se prestaron para el experimento reaccionó igual cuando les tocaban suavemente la pierna que cuando veían que la caricia se hacía a otra persona. De hecho, los científicos afirman que el sistema de espejo puede explicar el gusto de algunos por la pornografía porque contemplar una escena tórrida altera las neuronas del mismo modo que protagonizarla. Claro que en este terreno y en el de las caricias hay otros muchos elementos que entran en juego y que no se pueden explicar con el sistema de espejo, así que es aconsejable seguir experimentando en directo.

Keysers también ha observado que emociones sociales como la culpa, la vergüenza, el orgullo e incluso la humillación se reflejan en las neuronas espejo. Este investigador ha registrado la reacción de empatía de un observador ante el rechazo social. Todas esas emociones asociadas al contacto entre humanos tienen un lugar muy específico en el cerebro. Y lo que realmente convierte el sistema de espejo en el Dalai Lama que mencionaba Ramachandran es que una representación mental de lo que acontece en el mundo es suficiente para que se manifieste su empatía, o sea, que lo de “ojos que no ven, corazón que no siente” parece no ser cierto científicamente. “Tenemos un sistema que resuena. El ser humano está concebido para reaccionar ante los otros. El egoísmo, la idea de que cada uno tiene que hacer su vida y no ocuparse del resto son aspectos de la vida moderna. La naturaleza es justo lo contrario. Yo creo que cuando la gente dice que no es feliz y que no sabe la razón, es porque no tiene contacto social”, dice Rizzolatti. Eso sí, tal como afirma Marco Iacoboni, otro experto en esta área de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA): “Sin la consciencia de uno mismo y del otro no es posible ponerse en el lugar del otro”.

INVESTIGACIÓN. Estudios en vivo sobre comunicación neuronal en el Centro Nacional de Investigación Científica de París-Photobucket - Video and Image Hosting

Las neuronas espejo están también estrechamente relacionadas con la educación y la cultura. La imitación es un elemento clave para el aprendizaje, y es precisamente el sistema de espejo el que permite imitar. “En Occidente, la imitación está muy mal vista, pero es la base de la cultura. Se dice: “No imites, tienes que ser original”. Es un error. Primero tienes que imitar, y después puedes ser original”, dice Rizzolatti. Desde el momento en que abandonamos el útero estamos en disposición de repetir lo que vemos en el entorno, se ha observado que bebés de tan sólo unos minutos de vida son capaces de sacar la lengua a un adulto que les está haciendo ese gesto.
Parece que las neuronas espejo aportan una parte más de verdad al dicho “de tal palo, tal astilla” y añaden otra dosis de responsabilidad a los padres y educadores, que podrán verse reflejados en las generaciones que los siguen por la huella dejada en sus neuronas. En este sentido, los científicos hacen una interesante observación relativa a la exposición a escenas de violencia, bien en directo o en una pantalla. “El sistema de espejo puede activarse en el cerebro y facilitar la tendencia a volverse violento”, explica Iacoboni. Este hecho, unido a que algunos expertos afirman que estas neuronas son la base biológica de la cultura porque gracias a ellas se transmite de una generación a las siguientes, invita, cuando menos, a la reflexión sobre la herencia cultural y emocional. Y un dato a considerar, un trabajo publicado el año pasado sugería que a partir de los 15 meses los niños son capaces de detectar las acciones de los demás que están basadas en falsas creencias. “Nacemos con ciertas capacidades, pero la educación es muy importante. La sociedad refuerza los instintos básicos o va en contra de ellos”, afirma Rizzolatti.

Y puesto que el sistema de espejo parece ser el testigo del presente en su camino hacia el futuro, es de suponer que también almacene el recorrido del pasado a modo de un ADN neuronal que porta la herencia cultural. “La aparición de un sofisticado sistema de espejo estableció las bases para la emergencia, en los primeros homínidos, de numerosas habilidades específicamente humanas tales como el lenguaje y la empatía”, asegura Ramachandran. De este modo, las innovaciones surgidas entre nuestros ancestros no se perdieron como peculiaridades exclusivas de un individuo que había logrado construir un raro utensilio que cortaba, sino que gracias a la imitación se fueron propagando entre los miembros del clan. Y de las herramientas a las construcciones, y del lenguaje a los sistemas filosóficos, y todavía no hemos terminado.

Quizá una de las habilidades más llamativas de las neuronas espejo sea la de leer el pensamiento y anticipar el futuro. “Permiten leer la mente de los otros porque te ayudan a entender sus intenciones”, explica Iacoboni, líder del equipo que hizo el descubrimiento. De hecho, lo que parecen realmente activar estas células no es la acción en sí, sino su objetivo. Todo esto ocurre de forma inconsciente, no es necesario ningún esfuerzo, nuestro cerebro interpreta y responde a las intenciones sin que nos demos cuenta. “No pensamos lo que otra persona está haciendo o sintiendo, simplemente lo sabemos”, dice Vittorio Gallese, de la Universidad de Parma. Este baile de percepciones en el complejo entramado de relaciones sociales es el que aporta la gama de colores a los contactos entre individuos. Desde un punto de vista más básico también permite sobrevivir, porque no es lo mismo que el vecino de enfrente levante la mano para saludar que para golpear. Al igual que ocurre con la empatía, también en este caso hay personas con mejores antenas que otras para captar a los demás, presumiblemente su sistema de espejo es más activo.
Una cuestión muy interesante relativa a la percepción de emociones y sensaciones es su relación con un estado corporal determinado. Antonio Damasio, prestigioso neurólogo que recibió el Premio Príncipe de Asturias 2005, lleva años trabajando en la Universidad de Iowa sobre la conexión entre mente y cuerpo. Para Damasio, el cerebro es una extensión del cuerpo, y hay una clara consonancia entre los sentimientos, las emociones y el estado físico.

IMITACIÓN. Las neuronas espejo aportan una parte más de verdad al dicho 'de tal palo tal astilla'. Añaden una nueva dosis de esponsabilidad a padres y educadores. Las nuevas generaciones actúan según la huella dejada en sus neuronas-Photobucket - Video and Image Hosting

De forma sencilla, se podría decir que a cada emoción le corresponde un estado físico. En consecuencia, la empatía no es sólo un proceso mental, sino que implica a todo el cuerpo. Los espejos cerebrales captan lo que ocurre en el exterior, lo integran en sus redes y a continuación las emociones descienden desde las alturas neuronales como si de una ducha sensorial se tratara para encarnarse en el cuerpo. “Esto es realmente tener empatía. Por medio de un estado neural compartido en dos cuerpos diferentes […], el otro objeto se convierte en otro yo”, escribía Gallese en un artículo.
La relación cuerpo y mente-emociones es algo muy presente desde hace mucho tiempo en las denominadas medicinas complementarias. Ahora, los científicos aseguran que semejante relación abre importantes perspectivas en el área de la psicoterapia. Donde ya está clara la implicación de las neuronas espejo es en el autismo. Numerosos trabajos indican que los individuos que padecen este trastorno, caracterizado precisamente por la incapacidad para comprender las acciones y las emociones de los demás, presentan una actividad anormalmente reducida del sistema de espejo. Disolver las barreras entre el individuo y lo que lo rodea es, según Ramachandran, la base de muchos sistemas éticos y, particularmente, de las grandes tradiciones místicas orientales.
El sistema de espejo hace precisamente eso; por tanto, “puede usarse para proporcionar una base racional en vez de religiosa para la ética”. Y esto es sólo el principio de lo que se puede extraer de las neuronas espejo, porque se han convertido en el centro de interés de neurocientíficos, psicólogos, filósofos y antropólogos, sumergidos en un intenso debate sobre las implicaciones en numerosas áreas del conocimiento. En cualquier caso, lo que ya es evidente es que no hay excusa para no mostrar empatía y comprensión, todo el mundo lleva un Dalai Lama en su cabeza.

ANGELA BOTO.EL PAIS SEMANAL - 25-06-2006

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miércoles, 21 de junio de 2006

Brotes de intolerancia

En España están abiertas cuestiones que tienen que ver con pasiones más que con razones.

ESAS SEÑORAS manifiestamente irritadas que, durante la manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo con el apoyo del PP, increpan a gritos al alcalde de Madrid, ¿por qué están tan fuera de sí? El enojo a que dan rienda suelta por sus bocas de par en par abiertas contrasta visiblemente con el semblante más bien tranquilo, casi risueño, de que hacen gala la mayor parte de los caballeros en la misma escena, lo que evidentemente quiere decir que el alcalde de Madrid no había proferido palabras susceptibles de provocar tamaña reacción a su presencia.

Pocos días antes de este alboroto, un buen puñado de correligionarios del mismo alcalde increpado trataron de impedir -a base de insultos, pateos y la habitual sarta de zafiedades que el diputado Pujalte luce en la pechera como mayor timbre de gloria- que el ministro de Defensa hablara en el Congreso. No iba el ministro en plan pendenciero ni había metido a nadie el dedo en el ojo: sencillamente trataba de plantear ante los diputados el caso del envío de tropas españolas en misión de paz a Afganistán. Pues, nada, no le dejaron hablar.

Son dos de la larga serie de incidentes en los que un grupo de gentes airadas muestra con gritos y empujones su voluntad de no soportar la presencia de alguien que piensa distinto, insultándole y profiriendo injurias, chillando y abucheando: todo, con tal de no dejarle hablar. No ocurre sólo en Madrid; en Cataluña, jóvenes nacionalistas están convirtiendo lo que entendemos como escena pública en ámbito de exclusión y la conversación en insulto, mientras el debate degenera en griterío.

Hace años, cuando se trataba de establecer un sistema democrático en España, no faltaron voces que avisaran sobre lo que Pedro Laín llamaba habitual disposición anímica, consciente y subconsciente, deliberada y visceral, de los españoles, que consistiría en creer y pensar que sólo con la eliminación del adversario o del discrepante, bien por la muerte, bien por el silencio, sería posible una vida ciudadana aceptable y eficaz. El proceso mismo de transición mostró, sin embargo, que las teorías psicológicas sobre el carácter de los pueblos hacían agua por sus cuatro costados; que gentes con fama de intolerantes y fanáticas podían entenderse hablando y llegar a acuerdos negociando.

Hablar, negociar, fueron las grandes conquistas de la transición sobre el ruido procedente de todo tipo de gentes armadas y dispuestas a apretar el gatillo. ¿Por qué, entonces, estos rebrotes de intolerancia, este deterioro rampante de una cultura cívica que creíamos bien arraigada en nuestras costumbres políticas? Tal vez porque en España permanecen abiertas cuestiones que tienen que ver con valores inmateriales e intangibles, con creencias y símbolos, con identidades y sentimientos de pertenencia, con pasiones más que con razones. Durante largo tiempo, la construcción de un sistema democrático dejó como en penumbra algunas de estas cuestiones. Pero ahora, con la democracia consolidada, y las reivindicaciones nacionalistas o seudonacionalistas al alza, han estallado todas a la vez en un proceso difícilmente comprensible que extiende la inquietud en amplios sectores de la sociedad española.

La respuesta a esa inquietud por parte de la derecha, tras algunas vacilaciones, ya sabemos cuál es: echarse al monte en una deriva ultra, arrastrada por algún que otro legionario de Cristo y azuzada por la cadena de radio de los señores obispos y otros pescadores en río revuelto, entre los cuales un poderoso núcleo ultramontano espera obtener réditos en euros contantes y sonantes. Pero esta lamentable respuesta no debería despistar al Gobierno sobre las razones de aquella inquietud; menospreciarla, o actuar como si todo el monte fuera orégano, equivaldría a abandonar a una parte de la opinión en manos de manipuladores populistas, para los que da igual ETA que terroristas islámicos con tal de tener un motivo de agitación que permita elevar el grado de intolerancia.

Todo lo que la Constitución del 78 no cerró y previsiblemente tampoco se cerrará ahora, en plena puja por decidir qué realidad es más nacional que la vecina, requiere para su manejo un acuerdo de fondo entre los dos partidos de ámbito estatal. Quienes, entre un creciente griterío, están dinamitando los puentes que permiten reconocernos, aun en la distancia y en la discrepancia, como conciudadanos de un mismo Estado están invirtiendo en futuro: un futuro de enfrentamiento y de lo que en otros tiempos se llamaba guerra civil de palabras. Y ya llevamos recorrido mucho camino en esa dirección como para que no suenen en Génova y en Moncloa todos los timbres de alarma.

Santos Juliá. El País 18-6-06

domingo, 12 de marzo de 2006

Toga y sotana

Un juez aconseja a un matrimonio separado que acuda a la Iglesia.

Un magistrado de la Audiencia de Cantabria, Esteban Campelo Iglesias, resolvió una apelación presentada por una mujer, Concepción C. L., contra una sentencia de un juzgado de Torrelavega que la condenó a sesenta días de multa por insultar a la nueva pareja de su marido, darle una bofetada y tirarla del pelo. El juez confirma la condena y dedica dos folios a dar a la mujer y a su todavía marido consejos, entre ellos acudir a la Iglesia católica para reconciliarse. La Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ha elevado a la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) sus actuaciones. En el País.

Para el que quiera leer literalmente el fundamento de derecho de la sentencia al cual se refieren en el artículo, es el siguiente:

TERCERO : Lo dicho hasta aquí se ha hecho por este Magistrado como profesional encargado de administrar justicia. Más la respuesta dada en poco puede incidir y cambiar la situación de las personas intervinientes. Dando por supuesto su consentimiento o al menos la no oposición, permitan, Ismael y Concepción, verdaderos protagonistas del litigio, que les añada una nueva consideración que les pueda servir para su situación real y existencial como personas, unidas en matrimonio.

Hay que partir, como premisa fundamental de que se admita la existencia de Dios, que ha creado el hombre/mujer para ser señor de toda la creación y llamado a compartir su misma vida. También admitir la existencia del Maligno, que se rebeló contra Dios y que se constituye en el principal enemigo del hombre, al intentar romper ese lazo de amor que está llamado a compartir.
La situación vuestra Ismael y Concepción es la de toda criatura, que está iluminada por la Escritura. Dice en efecto el Génesis (capitulo 2 y 3) "y Dios impuso al hombre este mandamiento: de cualquier árbol del jardín puedes comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás so pena de muerte".

"La serpiente que era el más astuto de todos los animales dijo a la mujer: ¿cómo es que Dios os ha dicho no comáis de ninguno de los árboles del Jardín? Respondió la mujer a la serpiente: podemos comer del fruto de los árboles del jardín más del árbol de la ciencia del bien y del mal que está en medio del jardín, ha dicho Dios: "no comáis de él que el día que comiereis moriréis sin remedio."

Este mandato está dirigido a todo hombre/mujer y por tanto también estaba destinado a Ti Ismael esposo de Concepción. Compartías la vida con tu mujer, tenías una hija, tenías salud y es de suponer que disfrutabas de las condiciones necesarios para vivir una vida normal de agradecimiento a Dios. Sin embargo apareció en tu vida una mujer mucho más joven que tu esposa, y que tu suponías podía hacerte más feliz. Apareció también el maligno y te dijo ¿Cómo es que Dios te prohibe comer de ese árbol? Come y serás como Dios conocedor del bien y del mal.

Y tu, como Adán y no obstante ser consciente de los muchos árboles de tu vida que puedes disfrutar viendo que ese fruto prohibido era apetecible a la vista y bueno para lograr sabiduría, entendida como lo socialmente correcto, te eregiste en decisor de lo que es bueno y malo y comiste del árbol.

Y como con Adán y Eva, surgió el infierno en vuestro matrimonio y vuestra familia generando la separación y la huida, y los problemas que sólo vosotros conocéis. Pero ante esta situación de sufrimiento y de esclavitud es posible la reconciliación. Y digo situación de esclavitud porque todo tiene su base en que has creído que Dios no es amor porque te ha prohibido un fruto apreciable a la vista y alabado socialmente. Y afirmar que Dios no es amor es afirmar que Dios no existe, y entonces se ponen todas las esperanzas en esta vida temporal, y como esta vida, la tienes sólo dentro de unos limites, quieres a toda costa bebería en su integridad, rechazando todo lo que te lleve o suponga la muerte; y como tu mujer, a una determinada edad, supones tu, ya no me puede dar, en sexo, afectividad o carácter, la vida que yo anhelo, pues me voy a beber de otra fuente que estimas, menos gastada.

Os digo que la verdadera justicia para vuestro matrimonio está en la reconciliación ¿por qué? Porque Jesucristo, cogiendo las debilidades y rebeldías de todos murió por ellas y las destruyó, pagando el precio de nuestros pecados y a cambio, resucitado por el Espíritu nos regaló la vida eterna y dejó en la Iglesias ese espíritu vencedor de todo tipo de muerte.

De forma que ahora es posible no comer de esos frutos que Dios conocedor del bien y del mal, señala como prohibidos, porque nos conducen a la muerte. Y es posible porque se tiene la esperanza en una vida eterna y por tanto, que nadie la puede quitar. Es cuestión de que, Ismael y Concepción, pongáis en medio de vuestras vidas el Espíritu de Jesucristo Resucitado, capaz de llenar el anhelo de vida que tiene vuestro corazón. Y por eso tenéis que acudir a quien dispone de esa fuerza salvadora que es la Iglesia Católica, diciendo a sus Ministros que queréis participar y comer de ese fruto, que, es posible que se encuentre dormido, pero que, SOY TESTIGO, es real y que os digan el camino de iniciación para poder experimentar ese Espíritu que es vencedor de toda situación de muerte.

Perdonadme esta disquisición, que os ofrezco a vuestra libertad, y que entiendo como algo bueno y la mejor justicia que como Magistrado que aspira a ser cristiano pretende dispensaros.

domingo, 5 de febrero de 2006

Con uve minúscula

Ventura&Coromina

En aquel bistrot cerca de Montparnasse fumaba todo el mundo, hasta la cajera. Un escándalo. El camarero que me sirvió mi Sancerre lo comentó con guasa: "¡Fume, hombre! ¿Usted no fuma? Ya, claro, en España no dejan fumar en los bares. Y he oído que dentro de poco no dejarán tampoco beber alcohol. Luego no se podrá...". Le interrumpí con un gruñido poco amistoso, suavizado por un trago del conciliador Sancerre: "Ça suffit! Mire, vengo de ver la exposición sobre la melancolía en el Grand Palais y no quiero morir de sobredosis". El irónico se encogió de hombros, pasó un paño por el mostrador con una sonrisita de superioridad y me dejó tranquilo.
La primera definición conocida de la melancolía se encuentra en los Aforismos de Hipócrates: "Si el temor y la tristeza duran mucho, tal estado es melancólico". En realidad, la más evidente experiencia melancólica que proporciona la curiosa exposición organizada por Jean Clair es su propio éxito de público: nada fomenta más la combinación de temor y tristeza que verse encerrado durante un par de horas en un espacio reducido con un número demasiado alto de contemporáneos. En cuanto a la muestra en sí, poco se saca en claro salvo que apoyar la cabeza en la mano es una señal externa de acedía desde hace por lo menos veinticinco siglos. Mala fama que tienen los pensativos... Quizá la literatura y sin duda la música se prestan más a representar ese estado dulcemente negro de ánimo que la imagen, salvo en el caso de puntuales obras maestras como algún cuadro de Kaspar Friedrich o el admirable New York Movie de Edward Hopper. Y Goya, por supuesto. Su famoso retrato de Jovellanos, exhibido en el Grand Palais, aporta un suplemento de melancolía "sólo para españoles", puesto que se trata de nuestro mayor ilustrado... ¡Y no imagino efigies de Voltaire o Diderot como prototipos de este estado de ánimo! Que la ilustración local padezca tal agobio de temor y tristeza debe ser una especialidad española, como el gazpacho. Es lástima también que no haya lugar para películas en la exposición: ¿hay mejor manifiesto melancólico que Fresas salvajes, el film de Bergman escogido por Garci para concluir su benemérito programa cinematográfico en TVE?

Un punto interesante son los remedios para paliar la melancolía. La exposición presenta uno de ellos, la música (¡David tocando frente a Saúl!), que es un antídoto ambiguo porque a veces actúa como acicate (el cuadro de la joven escuchando tocar Schumann). Después debemos considerar, por supuesto, al vino. En su estudio clásico sobre el tema, Burton cita la opinión de Rhazés, para quien el vino es el mejor tratamiento de esa dolencia: "Quien puede encontrar compañía para beber ya no tiene necesidad de otros medicamentos". Omar Jayán opinaba lo mismo y Avicena, en su Canon de la medicina, recomienda a quienes se ven turbados por la melancolía no sólo beber, sino emborracharse francamente de vez en cuando. Ya no es fácil encontrar médicos tan sabios. También el austero Séneca da igual consejo a un corresponsal tristón, e incluso habla de "sobria ebrietas", lo cual hoy suena casi subversivo. En la exposición del Grand Palais no encontré ninguna imagen de fumador y, sin embargo, el humo del tabaco (por no hablar de sus hermanos mayores, el opio y el cáñamo) constituye un fármaco reputado contra la acedía. En la pintura holandesa del Siglo de Oro -la de Pieter Codde, por ejemplo- es frecuente el fumador de pipa con la cabeza apoyada en la mano y los ojos perdidos en el infinito, según mandan los cánones..., o al menos fijos en una moza que trajina en el fogón. A nosotros fue Sarita Montiel quien nos enseñó a fumar para no consumir demasiado deprisa la vida..., porque eso es la melancolía, la vida que vemos consumirse. Claro que era difícil encontrar fumadores en esta muestra, puesto que en el catálogo de la dedicada a Sartre le borraron el eterno cigarrillo de la mano.
En España, para combatir la melancolía, pronto sólo tendremos los programas humorísticos de televisión -tan abundantes y divertidos, ellos- o el Prozac. Es lo más sano y lo más moderno. A mí la prohibición de fumar en los lugares de trabajo no me afecta demasiado porque hace tiempo que tomé la precaución de trabajar en casa y, además, me parece muy bien evitar molestias a los no fumadores con quienes convivo, pero estoy en contra de las mentiras truculentas: no es cierto que fumar mate, aunque seguramente fumar mucho es perjudicial para la salud (tampoco creo que los huevos con bacon maten, aunque tomarlos para desayunar, comer y cenar no beneficia al hígado) y desde luego deba haber habido tantos muertos entre los fumadores pasivos como entre quienes padecen la estridencia del tocadiscos de su desconsiderado vecino. Pero en cualquier caso, más allá del perjuicio a terceros, no sé por qué el Gobierno debe inmiscuirse en la regulación de los vicios. Salvo que comparta la opinión del líder de la revolución iraní, que acaba de declarar que "los derechos humanos desembocan en la inmoralidad". En las actuales normativas contra los fumadores, sin embargo, coincidirán siempre las izquierdas y las derechas. Los gobiernos de izquierda hablan del enorme gasto público que causan los damnificados por el abuso del tabaco. Oyéndoles, parece que el dinero del Estado debe ser guardado para usos mejores que la satisfacción de los ciudadanos, caprichosos como son. Y eso que con el pago de impuestos sobre el tabaco, los fumadores costeamos buena parte de la sanidad pública... La derecha, por su parte, no puede negarse a prohibir una fuente de placer, sobre todo cuando es un placer popular y al alcance de todos. ¡Si al menos se tratase de un gozo exquisito y minoritario, como tomar caviar o poseer un yate! Su única duda estriba en si esta nueva inquisición perjudicará la marcha de ciertos negocios...

Animosa, la ministra de Sanidad dice que se están planteando una ley semejante, pero contra el alcohol. Lo único que les retrasa de momento es que aún no han completado los adecuados estudios científicos sobre los perjuicios de esa droga para el ser humano. Es difícil imaginar qué semejanza puede haber entre la ley antifumadores y la antibebedores, salvo que se admita la existencia de bebedores pasivos que acaban cirróticos sólo con ver trasegar a sus vecinos. Pero seguro que ya hay alguna estadística de la OMS que apoya este criterio. En lo tocante a los efectos nocivos del alcohol, ahí sí que puedo ser de alguna utilidad a la ministra, porque desde hace años realizo frecuentes experimentos no carentes de riesgo personal con esa sustancia. Es decir, no propiamente con alcohol -que nunca lo he probado más que en usos externos-, sino con vinos y licores. Me pongo a su disposición para lo que mande. En cualquier caso, lo primero que resulta obvio es que no debe ser un veneno muy patente porque nunca se ha prohibido ingerir sustancias venenosas: no hay leyes contra beber lejía o ácido prúsico, sin ir más lejos. O sea, que sólo se puede decretar que es indeseable lo que muchos desean, no lo que no quiere nadie. De nuevo se perseguirá el uso en nombre del abuso, como en el caso del tabaco. Por cierto, ya que estamos hablando de lo mucho que mata la droga, aprovecho para felicitar al Dr. Albert Hoffman por sus primeros cien años bien llevados... Pero resulta chocante que en estos casos los partidarios del respeto a las diferencias culturales se tomen un respiro: ¿o acaso no hay una cultura del tabaco y una cultura del vino? Aquí se acabaron las contemplaciones multiculturales, por lo visto. La civilización de la salud no hace alianzas, sólo prisioneros o esclavos...
Lo peor de todo, a mi vicioso entender, es el airecillo virtuoso que rodea la proclamación ufana de estas medidas. Tal como señaló Chesterton: "Si hay algo peor que el debilitamiento moderno de los grandes principios morales es el reforzamiento de los pequeños principios morales". En efecto, nuestra sociedad se va haciendo cada vez más virtuosa, pero con una uve cada vez más minúscula. También en francés existe la expresión "petite vertu", aunque se emplea para designar amables comportamientos de damas deliciosas: nada que ver, claro, con nuestras ministras. Y de este modo, sin remedio, regreso a la melancolía...

Fernando Sabater. en el País.

lunes, 9 de enero de 2006

La intromisión que no para

"En estas fechas ha entrado en vigor la dictatorial ley antitabaco"

Parece que en los actuales tiempos no existe Gobierno, casi ni Estado, sin tendencias totalitarias. Da lo mismo que sea de derechas, centro o izquierdas, que tenga mayoría absoluta o pelada, que sea americano, europeo, africano o asiático, que haya alcanzado el poder en las urnas o mediante un golpe. La idea antigua de que sólo las dictaduras eran totalitarias resulta ingenua, porque el totalitarismo consiste, sobre todo, en la intromisión de los Gobiernos en todas las esferas de la sociedad, en el afán de regularlo, controlarlo e intervenir en todo, de condicionar la vida de los ciudadanos e influir en ella, en no dejarles apenas márgenes de libertad y decirles cómo han de comportarse y organizarse, no sólo en lo público y común, sino asimismo en lo personal y privado.

Y de la misma manera que se va perdiendo la creencia de que las diferencias entre particulares puedan dirimirse sin recurrir a un juez, y así los países se llenan de denuncias y pleitos, también se está perdiendo una noción importantísima para las sociedades libres, a saber: que no todo tiene que estar regulado y supervisado por instancias superiores; que el Estado no tiene derecho a opinar de todo y menos aún a dictar normas para cualquier actividad, iniciativa o costumbre. Y al perderse esa noción se le cede todo el campo al Gobierno de turno (lo que todo Gobierno desea), con la consiguiente renuncia de los individuos a sus criterios, su participación y su autonomía. Un suicidio.

En estas fechas ha entrado en vigor la –esta sí– dictatorial ley antitabaco, con la Ministra Salgado permitiéndose tratar a los ciudadanos como a menores de edad, al decir a los fumadores, entre otras cosas abusivas, que acabarán agradeciéndole que les prohíba fumar en tantos sitios. Con declaraciones así, esa señora se está metiendo simplemente donde no la llaman. A continuación, el Parlamento de Cataluña crea un Consejo Audiovisual político (lo es, si lo elige la propia Cámara catalana), con atribuciones para sancionar y multar a emisoras de televisión y radio, y aun para cerrarlas temporalmente y conceder o negar nuevas licencias. Y acto seguido se anuncia que también el Gobierno central tendrá su nefasto equivalente, un Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales, que considerará “faltas muy graves” cosas tan imprecisas y vagas –es decir, tan aplicables a todo, según los intereses– como la “vulneración del pluralismo” o, aún más ridículo si cabe, la de “los principios de objetividad y veracidad” de las informaciones. Como si toda información pudiera o debiera ser objetiva y la veracidad no fuera por fuerza, casi siempre, debatible y subjetiva. Por mencionar un solo ejemplo reciente, yo no creo que deba darse “objetivamente” la noticia de que tres señoritingos barceloneses han quemado viva a una indigente por capricho, sino que han de hacerse bien explícitos el desprecio y la condena de una acción tan repugnante. He leído ya más de un artículo en contra de estos Consejos, a los que se calificaba de “peligrosos”. Para mi gusto, se quedaban cortos: no es que sean peligrosos por lo que puedan hacer en el futuro y cómo puedan ser manejados. Es que son, en sí y por principio, directamente intolerables.


Pero la tendencia totalitaria no se detiene aquí, porque no se detiene nunca por sí sola, y ahora veo atónito que, con pretextos varios, el Gobierno y el Congreso (como en lo del fumar, con el insólito acuerdo de todos los partidos) pretenden modificar los horarios de la población española, esto es, sus hábitos y su utilización del tiempo. He visto en la pantalla a un tal Ignacio Buqueras, Presidente de la Comisión Nacional de Horarios, hecho un energúmeno y permitiéndose regañarnos por las horas en que almorzamos, cenamos, vemos la televisión o nos acostamos. Pero, ¿esto qué es?, me pregunté al contemplar al impertinente, y luego he tenido la inquietante sensación de ser de los pocos que se lo han preguntado, tan lamentablemente extendida está ya esa creencia de que los gobernantes pueden entrometerse en todo. Ese señor Buqueras es, además, un auténtico simple, por decirlo suave: al defender su propuesta de adelantar los horarios españoles de todo, ha declarado que “Así tendríamos mejor calidad de vida y los ciudadanos dejarían de estar tensos y angustiados”. No me diga. Según Buqueras, los españoles sólo están tensos y angustiados por hacer una larga pausa para el almuerzo e irse tarde a la cama. Y el Gobierno permite que semejante razonador lo represente en algo, tenga un cargo y cobre del erario. ¿No hay más motivos de tensión y angustia? ¿Y cómo sabe Buqueras si la gente no estaría aún peor con sus horarios? El atrevimiento y la simplonería de los llamados “expertos” –en casi cualquier asunto– resultan deprimentes y a menudo insultantes. Si el Gobierno no quiere ser totalitario, haría bien en no meterse donde no lo llaman, en no opinar más de lo justo, en no entrometerse en nuestras vidas y costumbres, en administrar lo que le prestamos y en dejarnos en paz con sus vigilancias, imposiciones y manipulaciones. No se olvide que durante cuarenta años, no muy lejanos, ya fuimos tratados por los poderes como menores de edad y como vasallos. Ya basta.

JAVIER MARÍAS. EL PAIS SEMANAL - 08-01-2006

El duende de los extravíos